“Estoy con ustedes”

En el marco del “año jubilar” de la Iglesia Católica y las celebraciones que con ese motivo se vienen realizando en Roma, entre el 22 y el 24 de octubre tuvo lugar en la capital italiana el V Encuentro Mundial de Movimientos Populares, una iniciativa iniciada en su momento por el papa Francisco y que hoy cuenta con el decisivo respaldo de su sucesor León XIV quien calificó a esos dirigentes de “poetas sociales” y “constructores de solidaridad en la diversidad”.

En el Vaticano, en el aula de audiencias Paulo VI, el papa Robert Prevost recibió a cerca de dos mil participantes del encuentro internacional que llegaron hasta allí en peregrinación desde el Spin Tim Lab, el edificio en el barrio romano de Esquelino hoy convertido en casa habitación para aproximadamente cuatrocientas personas en situaciones de emergencia pero que, al mismo tiempo, funciona como sede de los Movimientos Populares.

En su mensaje León XIV ratificó el compromiso asumido por su antecesor Francisco. “Haciéndome eco de las peticiones de Francisco, hoy digo: tierra, techo y trabajo son derechos sagrados, por los que vale la pena luchar y quiero que me escuchen decir: ¡Estoy con ustedes! ¡Estoy con ustedes!”, subrayó el papa norteamericano que vivió en Perú trabajando como misionero gran parte de su vida.

Esta ratificación del papa fue agradecida explícitamente por los Movimientos Populares que, en el documento emitido al finalizar su encuentro, consideraron que los dichos del pontífice constituyen “un apoyo de enorme valor para caminar juntos, Iglesia universal y local, en las estrategias de no violencia activa que desarrollamos como denuncia y acción profética contra la exclusión y la inhumanidad”.

En su discurso el papa afirmó que, frente al panorama “devastador” que presenta la realidad social de todo el mundo debido a “nuevas formas de deshumanización” la labor de los movimientos sociales “los convierte en campeones de la humanidad, testigos de la justicia, poetas de la solidaridad”. Y, por esta razón -dijo el pontífice-, “la Iglesia debe estar con ustedes: una Iglesia pobre para los pobres, una iglesia en salida, una iglesia que se arriesga, una iglesia valiente, profética y alegre”.

León XIV criticó además la “indiferencia estructural que se está extendiendo” seguida de una “globalización de la impotencia” que debe ser contrarrestada por “una cultura de la reconciliación y el compromiso”. Frente a esta realidad, dijo el papa, “los movimientos populares llenan este vacío creado por la falta de amor con el gran milagro de la solidaridad, fundada en el cuidado de los demás y en la reconciliación”.

En la declaración emitida al final de su encuentro, los movimientos populares denunciaron que “estamos viviendo en un mundo fracturado, herido por la violencia, la injusticia y el desprecio a la dignidad humana”, e hicieron un repaso por los conflictos armados activos en el mundo, las desigualdades económicas, la situación del empleo que empeora día tras día, el drama de la migración ilegal y las muertes que ello acarrea y los efectos del “daño medioambiental causado por un modelo depredador”.

Señalaron también que “los movimientos populares tenemos mártires: hermanos y hermanas que han dado su vida por su coherencia y su lucha por la justicia, la tierra, el techo y el trabajo, así como muchos perseguidos y encarcelados por defender la dignidad de quienes son excluidos”.

Sin embargo -dijeron-, “en medio de estas sombras nos estamos solos. El papa Francisco nos acompañó con su testimonio profético” y “ahora el papa León XIV nos ha asegurado que está con nosotros, animándonos a perseverar en la misión de llevar la esperanza a las periferias”.

Durante la audiencia en el Vaticano el papa León trazó un panorama de la realidad mundial poniendo el acento en aquellos temas que, a su juicio, son centrales y preocupantes. Entre otros puntos planteó la “paradoja” de la falta de tierra, alimento, vivienda y trabajo para millones de personas, mientras que “los teléfonos celulares, las redes sociales e incluso la inteligencia artificial están al alcance de millones” y pidió que “cuando se satisfagan necesidades más sofisticadas, no se descuiden las fundamentales”.

En el repaso del papa por los problemas que afectan a todas las sociedades tampoco quedó de lado la denuncia por el daño causado por las drogas. Señaló en particular a Estados Unidos, su país natal, afectado especialmente por el fentanilo. “La proliferación de nuevas drogas sintéticas, cada vez más letales, no es un delito cometido solo por los narcotraficantes, sino una realidad relacionada con la producción de drogas y su lucro, carente de una ética global” denunció el pontífice. En su extensa presentación León XIV aludió -entre otros temas- a la extracción de minerales del subsuelo en los países pobres, sin mayor beneficio para sus habitantes. Refiriéndose al litio, nombrado como el “oro blanco”, sostuvo que este mineral alimenta la competencia entre grandes potencias y corporaciones lo que representa “una grave amenaza para la soberanía y la estabilidad de los estados pobres, mientras empresarios y políticos “alardean de promover golpes de Estado y otras formas de desestabilización política” con el único propósito de apropiarse de esta riqueza minera.

En su diagnóstico León XIV también se refirió al “vacío ético” generado, entre otras razones, por las crisis de los sindicatos creados en el siglo pasado y por el quiebre de los sistemas de seguridad social que han hecho a los pobres más vulnerables y desprotegidos. “Las instituciones sociales del pasado no eran perfectas -sostuvo el papa-, pero al eliminar gran parte de ellas y adornar lo que queda con leyes ineficaces y tratados incumplidos, el sistema hace a los seres humanos más vulnerables que antes”. Y frente a ello señaló que los gobiernos, junto con los movimientos populares, “están llamados urgentemente a llenar este vacío, iniciando procesos de justicia y solidaridad que se extiendan a toda la sociedad”.

Según consta en su declaración final los movimientos populares se comprometieron a crear “comunidades organizadas”, redes de organizaciones, comunidad de comunidades y redes de redes “para que toda la comunidad esté organizada” y, de esta manera, “encontrar nuevas formas de reforzar el liderazgo moral de la Iglesia, apelando a la conciencia de amplios sectores de nuestros países e inspirando a más personas a través de la Doctrina Social de la Iglesia”.

Por su parte el papa León sostuvo que “así como la Iglesia apoyó en el pasado la formación de sindicatos, hoy debemos apoyar a los movimientos populares”. Agregó que “la Iglesia apoya sus justas luchas por la tierra, la vivienda y el trabajo”. Y concluyó diciendo que “al igual que mi predecesor Francisco, creo que los caminos correctos empiezan desde abajo y de la periferia al centro. Sus numerosas y creativas iniciativas pueden transformarse en nuevas políticas públicas y derechos sociales”.

Cortesía de Página 12



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