A las 8:00 de la mañana, todos los días, Oscar Muñoz se levanta, desayuna con su esposa, le da un beso a su hija de meses de edad y se dirige a la explanada de la coordinación de Zapotitla, en la alcaldía Tláhuac, ahí, decenas de jóvenes, niños y adultos se reúnen para tomar una clase de box con él, ahí lo conocen como “El Garufa”.
Oscar estuvo 8 años en prisión por el delito de robo, derivado de dos condenas por dos cargos distintos. En prisión conoció al profesor Benito “Mi Chaparro” Catalán, quien le enseño todo sobre el box hasta llevarlo a conseguir sus cinturones, así lo dijo en entrevista exclusiva a El Heraldo de México.
Actualmente da clases en el Pilares “García Lorca”, donde tiene que cumplir cuatro horas diarias efectivas de entrenamiento para todo aquel que se acerque, como parte de su beca del Instituto del Deporte. Recuerda que comenzó practicando a solas en ese mismo lugar por las mañana cuando Daniel Castillo, su alumno y amigo, se le acercó y comenzaron a practicar juntos. Desde entonces son decenas de personas las que se han acercado, a quienes ha instruido e incluso llevado a funciones.
“El box es mi vida, me di cuenta que si sirvió para algo”, dice serio a la cámara El Garufa cuando se le pregunta qué significa esta disciplina para él.

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La “academia” del Garufa
Daniel Castillo, de 44 años, recuerda que comenzó a entrenar por salud. Por un desgaste en la cadera buscaba un ejercicio que no requiriera de todo su cuerpo y se acercó al box porque pensó que solo era mover los brazos, pero en el box y de mano del Garufa descubrió que podría entrenar todo su cuerpo y se enamoró del deporte. Recuerda que en un principio eran solo ellos dos practicando cuando la comunidad se les empezó a acercar.
Erick Torres, de 34 años, conoció el box con el Garufa, aunque hoy día entrena a sus propios alumnos porque en este deporte encontró una nueva forma de vida, llena de disciplina y carácter. Él se enfoca en clases particulares para niños de escasos recursos.

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“Aquí aprendí más que box, aprendí valores, a levantarme, controlar mi carácter y sobre todo, hacer buen uso del box”, dice Erick.
Oscar, “El Garufa” pentacampeón interreclusorios
A Oscar el box le cambió la vida en 180 grados, con esta disciplina aprendió que “todo se puede en esta vida” según sus propias palabras, y desde que comenzó a practicar ha ganado cinco cinturones en combates interreclusrio, el primero en 2016, un segundo en 2017, dos más en 2019, en 2020 y 2021 también ganó un cinturón en cada año.
“Garufa” significa ser una persona avanzada, “demasiado viva”, hasta gandalla, pero para él, el apodo es el que eligió antes de su primer combate en el Reclusorio Sur, solo fue en honor a uno de sus carnales quien murió durante una balacera y era conocido como “El Gurin”.

Créditos: Luz Aguirre
El talento y la pasión con la que dirige su clase se ve reflejada en la cantidad de alumnos que se le acercan, y los que ha logrado despegar en carreras semiprofesionales dentro del boxeo.
“Lo hago por ellos, ellos me motivan todos los días, aquí no solo aprenden box si no disciplina y a no andar en la vagancia”, declaró El Garufa.
LA
Cortesía de El Heraldo de México
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