
La decisión del presidente Donald Trump de sancionar a su homólogo Gustavo Petro puede parecer mala para Colombia, pero no es el peor resultado para las empresas que se estaban preparando para aranceles que aplastarían la economía.
El viernes, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos prohibió efectivamente a Petro y a miembros de su círculo íntimo utilizar el sistema financiero estadounidense o hacer negocios con empresas estadounidenses por supuestamente facilitar el tráfico de drogas.
Sin embargo, hasta ahora, las empresas y los trabajadores colombianos han salido relativamente indemnes. Un grupo de líderes empresariales buscó contacto directo con funcionarios estadounidenses para ayudar a persuadir a Trump de que su disputa con Petro no debería llevarlo a atacar a un país que históricamente ha sido un aliado cercano.
Aun así, Trump es impulsivo a la hora de imponer y cancelar aranceles, y ya ordenó una vez la imposición de aranceles a Colombia en una disputa migratoria en enero, antes de dar marcha atrás a los pocos días.
Estos esfuerzos muestran una hoja de ruta potencial para las empresas que exportan desde países cuyos gobiernos están en desacuerdo con la Casa Blanca.
“Los empresarios colombianos han estado ejerciendo su propia diplomacia comercial”, afirmó Muni Jensen, fundadora de Goldleaf Advisors, con sede en Washington, consultora en asuntos políticos y públicos. “Este es un modelo del que sin duda otros países pueden aprender”.
Estos esfuerzos comenzaron tras el estallido de enero, cuando Trump amenazó con imponer aranceles de hasta 50% a todos los productos colombianos. Si bien la disputa se resolvió rápidamente, conmocionó al sector privado, que se dio cuenta de su falta de canales de comunicación con quienes gestionaban el mayor mercado de petróleo, café y flores de Colombia.
Se propusieron solucionar eso, dijo María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo-Estadounidense (AmCham), antes de que se anunciaran las sanciones.
“La relación entre dos países va más allá de sus gobiernos”, dijo Lacouture, quien ha estado viajando entre las dos capitales en un intento de evitar que la disputa entre los líderes afecte el acceso de Colombia a su más importante socio comercial.
La Andi, la mayor asociación empresarial del país, también participó en la iniciativa, al igual que expresidentes, exdiplomáticos y asociaciones que representan a distintos sectores exportadores. Los grupos se reunieron con funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU., funcionarios de comercio, legisladores y cámaras empresariales.
Cortesía de El Economista
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