
Miles de agricultores y ganaderos de al menos 20 Estados de México han salido a las calles este lunes para protestar contra los bajos precios, una crisis agravada por el aumento de los costes de producción. Los datos difundidos este lunes por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GMCA) exponen que el costo de producir ha crecido cerca del 50% en los últimos cinco años, mientras que granos como el maíz -esencial en la dieta mexicana- han caído entre el 30% y el 50% desde los máximos de 2022.
Estados como Guanajuato, Querétaro, Michoacán o Guerrero han amanecido con algunas de las principales carreteras cortadas por vehículos de productores y sindicalistas. En Ciudad de México, los manifestantes se reunieron frente a Palacio Nacional para pedir soluciones a esa gran crisis a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Los medios nacionales han recogido que las autoridades de Gobernación han entablado una negociación con los manifestantes convocados en la capital.
“El resultado ha sido un colapso de la rentabilidad”, advierte el análisis del GMCA, que expone que el promedio nacional de rentabilidad ha pasado de más del 50% en 2022 a apenas el 12% en 2025. Sheinbaum ha abordado el asunto en su habitual conferencia de la mañana. La mandataria ha admitido que el precio del grano de maíz “cayó muchísimo este año y se espera que el próximo año también disminuya”. “Cuando inicia la guerra en Ucrania [el comienzo de la ofensiva rusa de 2022], la tonelada de maíz estaba en más de 7.000 pesos. Ahora está sobre 3.200″, ha expuesto. Y ha abordado cómo eso ha afectado al campo mexicano: “Por el Tratado [entre México, Estados Unidos y Canadá, el TMEC] se fija el precio del maíz de acuerdo a la Bolsa de Chicago, y en la Bolsa de Chicago está contenido el maíz amarillo y el maíz blanco. Cuando cae tanto el precio del maíz, evidentemente les afecta a los productores nacionales”.
El análisis también expone que México enfrenta una competencia “desigual” dentro del TMEC. “Los productores mexicanos enfrentan una competencia desleal frente a los socios comerciales, cuyos gobiernos otorgan financiamiento, seguros, precios mínimos y coberturas de precios”, asegura la nota. El campo mexicano también ha visto otra problemática en la tormenta arancelaria lanzada desde comienzos de año por parte del presidente estadounidense, Donald Trump. Es el caso del arancel del 17% a los cargamentos de tomate de México a Estados Unidos que la Secretaría de Comercio estadounidense anunció a mediados de julio, una medida que retiraba un acuerdo comercial de 2019.
El GMCA expone en su análisis que a la crisis económica se le ha unido una creciente inseguridad rural (“extorsiones, cobros de derecho de piso y amenazas”), un asunto que paraliza las ganancias, genera pérdidas económicas o incluso pone en riesgo la vida de los líderes agrarios. Es el caso del asesinato de un líder del campo y productor de limones Bernardo Bravo en Michoacán o del también empresario de cítricos Javier Vargas en Veracruz, ambos la semana pasada. “Los manifestantes demandan medidas concretas de seguridad y protección que devuelvan la confianza al campo mexicano y permitan producir sin miedo”, asegura también la consultora.
Cortesía de El País
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