Durante años, Twitter fue mucho más que una red social. Fue el escenario de revoluciones, el altavoz de movimientos sociales y el lugar donde se contaban historias que cambiaban el mundo en 280 caracteres. Pero ahora, esa era llega oficialmente a su fin. El dominio Twitter.com será eliminado en cuestión de días, y el cambio podría tener consecuencias imprevistas para millones de usuarios.
Elon Musk no solo compró Twitter. Lo desmanteló pieza por pieza y lo reconstruyó a su imagen como X, una plataforma que aspira a ser mucho más que una red social. Pero mientras el nuevo diseño, el logotipo minimalista y el cambio de nombre ya llevan tiempo en marcha, quedaban vestigios del pasado: el dominio twitter.com seguía siendo funcional y esencial para ciertos procesos internos. Eso está a punto de cambiar. Y si eres de los usuarios que usan claves físicas de seguridad o “passkeys” para proteger tu cuenta, tienes hasta el 10 de noviembre para reaccionar, tal y como han confirmado desde la propia X. Si no lo haces, podrías quedarte fuera para siempre.
Un cambio que va más allá del nombre
Eliminar el dominio twitter.com no es simplemente una cuestión estética o de marca. Tiene consecuencias técnicas concretas. Muchos métodos de autenticación de doble factor (2FA), especialmente los más seguros, dependen del dominio al que están vinculados. Cuando alguien configura una clave física de seguridad o una passkey, esta se vincula a un dominio específico. En este caso, al antiguo twitter.com. Y aquí está el problema.
Cuando el sistema deje de reconocer ese dominio, cualquier clave asociada dejará de funcionar. Es como si de repente tu llave dejara de abrir la puerta de tu casa porque cambiaste la cerradura. Así, para seguir accediendo a tu cuenta, deberás volver a registrar esa clave, esta vez asociándola al nuevo dominio: x.com.
Este proceso, aunque relativamente simple, es vital. De lo contrario, los usuarios se encontrarán bloqueados fuera de sus cuentas, sin poder acceder ni siquiera para cambiar sus métodos de seguridad.

¿Qué tienes que hacer exactamente?
Si usas una clave de seguridad física o una passkey para iniciar sesión en X, debes volver a inscribirla antes del 10 de noviembre. Esto implica:
- Entrar en la configuración de tu cuenta en X (desde la app o la web).
- Ir al apartado de Seguridad y autenticación.
- Eliminar la clave actual vinculada a twitter.com.
- Registrar una nueva clave, esta vez asociada a x.com.
No se trata de una opción. Es un requisito para mantener el acceso a tu cuenta.
Y no, este cambio no afecta a quienes utilizan apps como Google Authenticator o códigos de verificación por SMS (aunque estos últimos son menos recomendables por su vulnerabilidad). Pero si tú, como muchos usuarios preocupados por su privacidad, decidiste dar el salto a métodos más robustos, es fundamental que actualices tu clave cuanto antes.

Lo que podría salir mal: las alarmas silenciosas
Más allá de las claves de seguridad, la retirada del dominio oficial de Twitter tiene implicaciones más amplias. Muchas aplicaciones, integraciones de terceros, bots, sistemas de redirección y API todavía dependen de ese dominio. Algunos servicios podrían dejar de funcionar, otros mostrar errores extraños, y en el peor de los casos, se podrían generar vulnerabilidades de seguridad si los sistemas no están correctamente preparados para el cambio.
Incluso el propio sistema de publicación de X ya ha dado señales de problemas: en algunos casos, los enlaces antiguos se están reescribiendo de forma automática, con resultados absurdos o inservibles.
Para los desarrolladores, esto podría significar romper miles de líneas de código. Para los usuarios comunes, tal vez solo un error al tratar de iniciar sesión o una redirección rota. Pero en un ecosistema digital tan interconectado, eso es suficiente para provocar un efecto dominó.
Con la eliminación definitiva del dominio, el cierre simbólico es total. Queda poco o nada de la plataforma original. Se fue el logotipo del pájaro azul, se fue el nombre, se fue la API que daba soporte a miles de investigadores y periodistas. Ahora se va también la dirección que le dio vida.
Lo curioso es que, aunque técnicamente X ya no es Twitter desde hace mucho tiempo, en la mente de millones de personas “tuitear” sigue siendo una acción cotidiana, una palabra que todavía no ha sido reemplazada por “xear” o cualquier intento similar. Esa resistencia cultural es probablemente lo último que queda del antiguo Twitter. Y quizás también sea lo siguiente que Musk quiera borrar.
Cortesía de Muy Interesante
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