La ciudad de Busán, en Corea del Sur, será testigo este miércoles a la noche (horario argentino) del primer encuentro cara a cara que mantendrán los presidentes Donald Trump y Xi Jinping desde el regreso del republicano a la Casa Blanca. La reunión, que se concretará en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), podría allanar un camino de paz en la guerra comercial que disputan las dos economías más grandes del planeta. En la previa a la cumbre, el mandatario estadounidense se mostró optimista y aventuró que saldrá “muy bien”. En Beijing, en cambio, el tono fue más agudo. El primer ministro de China, Li Qiang, reiteró los cuestionamientos a los “desproporcionados aranceles” norteamericanos y a su política exterior de “unilateralismo”.
El optimismo de Washington
De gira por Asia, Trump tiene como principal objetivo sellar nuevos acuerdos comerciales que refuercen la presencia de empresas estadounidenses en la región y potencien los ingresos del Tesoro. Las visitas a Malasia, Japón y Corea del Sur van en ese sentido. Sin embargo, la clave del tour asiático es acercar posiciones con China luego de la amenaza de volver a imponer nuevos aranceles del 100 por ciento a China a partir de noviembre, como respuesta a Beijing por los controles de exportación a las tierras raras.
El encuentro de líderes internacionales en APEC, que se celebra en la ciudad de Gyeongju, sirve de plataforma al republicano para entablar una discusión directa con Xi Jinping. “Será una reunión muy importante. Creo que va a salir muy bien”, sentenció el republicano ayer durante una actividad con empresarios en Tokio. En la capital asiática también fue recibido por la flamante primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, en un encuentro que derivó en acuerdos para garantizar el suministro de minerales críticos y tierras raras.
Los exorbitantes aranceles serán tema central, pero no excluyente de la agenda bilateral. El republicano sabe que la guerra comercial daña a las economías de las dos potencias, que Estados Unidos necesita que China vuelva a comprarle a los productores agrícolas norteamericanos (núcleo duro de su electorado) y que el conflicto a gran escala es insostenible en el tiempo.
En ese contexto, el fin de semana, delegaciones de ambas partes realizaron reuniones preliminares y avanzaron en las negociaciones para resolver la disputa arancelaria. “Estamos muy cerca de algo que todos van a celebrar”, destacó Trump el lunes, respecto de las tratativas que se desarrollaron en Kuala Lumpur, Malasia, sede de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Beijing “contra el unilateralismo”
En ese mismo espacio y, a pesar del mensaje optimista de Trump, el primer ministro chino, Li Qiang, reiteró las críticas a la administración republicana. “La interferencia externa en esta región ha aumentado, y muchos países enfrentan mayores desafíos debido a aranceles e impuestos externos desproporcionados”, dijo el funcionario en ASEAN. “El unilateralismo y el proteccionismo están afectando gravemente al orden económico y comercial internacional”, completó sin atenuar la postura que sostiene el gobierno de Xi Jinping desde el inicio del conflicto.
Sobre la mesa de discusión también existen otros puntos de tensión. Aún no se cerró un acuerdo definitivo para que la red social china TikTok pueda continuar operando en Estados Unidos. Bajo el argumento de proteger la seguridad nacional, las normas norteamericanas obligan a la firma asiática a desvincularse de su matriz ByteDance. En septiembre las partes acercaron posiciones para resolver el caso, pero todavía no se selló una salida definitiva. La propuesta que se conversó fue la creación de una empresa mixta, en donde China se quedaría con el 20 por ciento de la firma y los estadounidenses con el resto.
En la agenda, además, están las restricciones de Beijing a la venta de sus tierras raras, minerales esenciales para la fabricación de productos tecnológicos, vehículos eléctricos y equipos militares. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anticipó que Washington espera que esta medida se posponga “durante un año”. En paralelo, para Trump también es crucial debatir acciones para frenar el tráfico de fentanilo. Los republicanos apuntan al gigante asiático porque los narcos mexicanos utilizan precursores químicos de China para fabricar la droga sintética.
La suspensión de las exportaciones de tierras raras –anunciada en abril– y de las compras de soja a los agricultores estadounidenses fortaleció el poder de negociación de Xi Jinping, que se mantiene firme en su postura. Incluso, después de que se informara un “consenso marco” en las conversaciones, el ministro de Relaciones Exteriores chino mostró moderación frente a las exultantes palabras de Trump. Wang Yi advirtió que “el camino hacia una cooperación estable requiere respeto mutuo y pasos sincronizados”.
Fuentes diplomáticas estiman que se podría prorrogar la suspensión de los nuevos aranceles, avanzar en medidas conjuntas por el fentanilo y flexibilizar los controles a las exportaciones de tierras raras. Analistas chinos prevén que Trump podría dar marcha atrás con una ley de fines de septiembre que aumentó considerablemente las restricciones a las exportaciones de chips a filiales de compañías chinas.
El encuentro cara a cara en Busán será foco de atención en todo el mundo. Las convulsionadas idas y vueltas de la guerra comercial sacuden hace tiempo a la economía global y los mercados internacionales están a la espera de una resolución.
Cortesía de Página 12
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