
En su natal Frensillo, el gobernador David Monreal Ávila decretó el fin de una era. Justo dentro de dos años habrá entregado el poder y ha perfilado a su sucesora, su paisana y senadora Verónica del Carmen Díaz Robles.
“Ella representa y simboliza lo que ha anhelado el cambio”, presumió el mandatario morenista ante pobladores de Rancho Grande, el pasado fin de semana. “¡Ni lo mismo, ni los mismos!”, insistió, para después elogiar a la secretaria de la Comisión de Desarrollo Municipal en la Cámara Alta. “Ella es una mujer fresca, una mujer comprometida”.
Una mujer que garantiza la continuidad del monrealismo… sin llevar el apellido.
El destape en Río Grande podría punto final a la polémica desatada por la intención de Saúl Monreal de suceder a su hermano. Desde la presentación del cuarto informe de gobierno ha ocurrido una nada discreta cargada hacia la legisladora morenista, quien estuvo al frente de los programas federales hasta el 2023. Para los mandos medios y superiores de la administración morenista hubo una orden tajante, inapelable: hay que alinearse con Vero… o renunciar.
Un sector —minoritario— de funcionarios y legisladores estatales se ha quejado de lo que califican “actos anticipados” de Díaz Robles. Con el pretexto de la presentación de su primer informe de actividades, decenas de taxis portan una calcomanía con su nombre, en el medallón.
¿Acaso se están levantando encuestas para Palacio Nacional? Su compañero de bancada, Saúl Monreal Ávila, mantiene su intención de buscar la candidatura, no obstante el veto de la cúpula partidista.
El más joven del clan frensillense reconoció a su hermano Ricardo —actual coordinador morenista en San Lázaro— como “el gran líder del movimiento en Zacatecas” y decidió seguir su ejemplo: “Coincidimos en que no es sano aceptar las imposiciones ni caer ante las injusticias. Cómo no recordar aquella lección que nos dio cuando luchó por la dignidad y la democracia en Zacatecas”.
Ese primer monrealazo ocurrió en 1998 y permitió el surgimiento de una nueva clase política. Los herederos de ese grupo primigenio entrarían en la disputa por la gubernatura: Geovanna Bañuelos de la Torre, por el PT, y Jorge Álvarez Maynez, por Movimiento Ciudadano, figuran entre los aspirantes.
Por el PAN, el actual alcalde capitalino, Miguel Varela, y la diputada federal Noemí Luna Ayala, estarán entre los mejor posicionados. Y por el PRI, el empresario Adolfo Bonilla.
Efectos secundarios
REUBICACIÓN. Alfonso Javier Flores Padilla compitió por un cargo en las elecciones extraordinarias del pasado 1 de junio. Titular del juzgado 12º de distrito de Baja California, con residencia en Tijuana, fue uno de los pocos jueces en funciones que aceptó el reto. Las estructuras morenistas operaron para otras causas, pero Flores Padilla no quedaría en el desamparo: pronto aterrizaría en el área jurídica del Tribunal Fiscal y de Justicia Administrativa. El magistrado presidente, Guillermo Valls Esponda, acaba de festejar su cumpleaños con un pachangón del que ya trascendió información comprometedora.
SIMULTÁNEO. Al parejo de la ayuda distribuida por los empleados federales, en Hidalgo, Morelos y Puebla fue perceptible el trabajo en campo de distintas corporaciones privadas, para entregar víveres y reinstalar operaciones de los pequeños comercios que atienden las necesidades básicas de los pobladores en la zona siniestrada. Entre las compañías que se han sumado figuran Grupo Centurión, Fundación Carlos Slim, la Asociación de Empresarios del Centro Histórico, La Huerta, Grupo Rica —embotellador de Coca-Cola—, Fundación Televisa, BBVA Bancomer y Chedraui.
Cortesía de El Economista
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