Un fuerte operativo policiaco, respaldado por la Guardia Nacional, se desplegó este martes dentro y fuera del Centro de Reinserción Social (Cereso) varonil de Aguascalientes, tras un motín protagonizado por internos.
El disturbio inició en dormitorios y áreas comunes, en protesta por la aparente llegada de un jefe delictivo apodado “El Charro”, capturado la semana pasada, informó un vocero del centro penitenciario: “Pensaban que “El Charro” estaba aquí y no está” ¿Ya está controlada la situación? “Totalmente”.
Los internos quemaron colchones, sábanas y ropa, al exterior del Cereso se observó una columna de humo por lo que los bomberos de la capital fueron requeridos, sin embargo, no ingresaron a la zona de disturbios ya que los custodios controlaron el fuego. Ante ello, el jefe de bomberos encargado del operativo de Protección Civil señaló:
Aparentemente el mismo personal penitenciario y policial, todavía está en espera de instrucciones nuestra moto bomba a la que nos pidieron tener en reserva para cualquier situación que se pueda presentar”
De manera preliminar, las autoridades confirmaron que tres reos resultaron lesionados y fueron trasladados de urgencia a un hospital para recibir atención médica: “Torres Quintero, César González y Walmaro Padilla, son del módulo seis”, refirió el vocero del Cereso.
Familiares de los reclusos denunciaron el cobro de “piso” a personas privadas de la libertad con sentencia firme. Según los afectados, grupos de autogobierno exigen estos pagos con la complicidad de las autoridades: “Que desde hace año y medio le han estado cobrando 230 pesos por cada semana y si no los golpean o los ponen en sol, los castigan, los torturan, entonces pues si ya estamos hartos nosotros como familiares que les hagan eso”, señaló bajo el anonimato, la hermana de uno de los internos.
Este motín se suma a los disturbios registrados ayer, calificados por las autoridades como una simple riña. Por segunda ocasión consecutiva, las actividades del Poder Judicial en los juzgados aledaños al penal fueron suspendidas.
Cortesía de El Heraldo de México
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