México puede ofrecer confianza en el contexto de incertidumbre: IIF

En el contexto mundial de incertidumbre que prevalece por la dinámica comercial que está aplicando Estados Unidos, México tendría que ofrecer un ambiente de certidumbre y predictibilidad a los inversionistas de largo plazo que sí quieren quedarse en el país, advirtió el economista senior del Instituto de Finanzas Internacional (IIF), Jonathan Fortun.

“Los inversionistas entienden bien que el contexto geopolítico es más corto que el potencial que ofrece la sociedad comercial de México con Estados Unidos y Canadá. Un Presidente dura cuatro años, máximo 10 años cuando mucho en el poder, y por otro lado, los industriales tienen horizontes mucho más largos. Y es ahí, donde se abre la oportunidad para México”.

Entrevistado por El Economista, consideró que México puede trabajar internamente para generar confianza, reduciendo el riesgo que prevalece en el respeto al Estado de derecho, en la impartición de justicia; en las resoluciones judiciales y reparando la institucionalidad de las autoridades económicas.

Subrayó que está fuera del alcance de las autoridades mexicanas la debilidad del dólar; la perspectiva del horizonte fiscal de Estados Unidos o la opinión del liderazgo global de la primera economía del planeta.

“Si es del interés de las autoridades mexicanas mantenerse atractivos para la Inversión Extranjera Directa, como han evidenciado pueden avanzar en estos cambios que sí están al alcance de las autoridades mexicanas, de los legisladores y de la iniciativa privada”.

Desde Washington, en las oficinas centrales del IIF, que asocia al mayor número de instituciones financieras de operación global, el experto agregó que los inversionistas toman hoy sus decisiones a partir de las recomendaciones de economistas, estrategas financieros y expertos en geopolítica, tras la dinámica que está imprimiendo Estados Unidos desde que inició este año.

Observó que también se han vuelto focos de atención para los inversionistas “la sostenibilidad fiscal de México; la institucionalidad del Banxico y el riesgo financiero que representan las empresas del Estado, como Pemex”. Sin embargo, matizó que en el contexto mundial, al compararlo con otros emergentes, todavía México se distingue “bastante bien”.

Súper peso y
la debilidad del dólar

Jonathan Fortun es responsable de revisar periódicamente la operación de los títulos de deuda y accionarios de los emergentes para presentar el Capital flows emerging markets, el reporte mensual donde identifica el IIF, el comportamiento de los flujos de capital hacia los mercados emergentes.

En la conversación destacó que la apreciación del peso mexicano del último año y medio, se tiene que entender bajo la perspectiva de que el dólar de EU se ha debilitado. Refirió que desde el 2 de abril pasado, en el llamado Liberation Day, cuando el presidente Donald Trump anunció la dinámica arancelaria, el dólar ha presentado un debilitamiento mucho más marcado que favoreció al mejor desempeño de las monedas emergentes.

El peso mexicano que explicó “es la moneda emergente más operada en el mundo, refleja esa realidad de mercado más allá de las características específicas de México”.

Fortaleza del peso,
una roca para el nearshoring

El economista del instituto observó que el llamado super peso se puede convertir en “la roca” en el camino del nearshoring.

“Mientras más se aprecie el peso, la ventaja comparativa del mercado mexicano se encarece en costo de tecnología y de mano de obra contra otros países; es decir, puede diluirse esa ventaja”.

Mientras más alto el peso, más es pero para las exportaciones, consignó. De manera que será importante encontrar un nivel óptimo de estabilidad y es ahí donde también tienen que trabajar las autoridades.

Agregó que en el IIF han notado que los inversionistas miran al peso mexicano como un paralelo al mercado de Estados Unidos.

“Quieren participar en el mercado de Norteamérica sin exponerse al dólar estadounidense y se van al peso mexicano (…) otro elemento que explica la fortaleza del peso es el hecho que la variabilidad y riesgo de invertir en el emergente, todavía no es muy alto, o no es tan alto como el de otros emergentes”.

Está fuera del alcance de las autoridades mexicanas la debilidad del dólar; la perspectiva del horizonte fiscal de Estados Unidos o la opinión del liderazgo global de la primera economía del planeta.

Cortesía de El Economista



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