
La Administración de Donald Trump deberá financiar en su totalidad durante el mes de noviembre el programa de cupones de alimentos del cual dependen 42 millones de estadounidenses para comer. Un tribunal federal de apelaciones rechazó por ahora aprobar una solicitud de última hora del Gobierno del republicano para suspender la orden de un juez de Rhode Island que le instruía pagar íntegramente las prestaciones del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) durante el cierre del Gobierno.
La Casa Blanca anunció el pasado lunes que continuaría financiando, aunque solo parcialmente, el programa, que ayuda a uno de cada ocho estadounidenses a comprar alimentos, tras anunciar a finales de octubre que la prestación se quedaría sin fondos el 1 de noviembre debido al cierre gubernamental. Aquel anuncio dio pie a varias demandas, y en respuesta a una de ellas, el magistrado John McConnell, del tribunal de distrito de Rhode Island, dictaminó la semana pasada que el Gobierno estaba obligado a continuar los pagos de SNAP pese al cierre, y que para ello, debía usar el dinero que tenía guardado en fondos de contingencia.
El Gobierno acató la orden, pero se limitó a usar el dinero disponible en un fondo de contingencia del propio SNAP, que solo contaba con unos 5.000 millones de dólares, para financiar parcialmente las prestaciones de noviembre. El programa en su totalidad a nivel nacional cuesta aproximadamente 8.000 millones al mes.
Sin embargo, en una segunda opinión emitida el jueves, el juez McConnell ordenó a la Administración Trump financiar el programa íntegramente, y la instruyó a usar otros fondos de contingencia del Gobierno federal para hacerlo. McConnell fijó la tarde de este viernes como plazo límite para que la Administración cumpliera con su orden. En respuesta, la Casa Blanca recurrió al Tribunal de Apelaciones del Primer Circuito de EE UU para que suspendiera su fallo, lo cual se negó a hacer de momento.
El propio Gobierno ha admitido que el Departamento de Agricultura, que administra SNAP, tiene otra reserva con millones de dólares disponibles. Sin embargo, ha insistido en que no utilizará dinero adicional, afirmando que corresponde al Congreso asignar los fondos para SNAP, y que el resto de los fondos en esa reserva son necesarios para reforzar otros programas de lucha contra el hambre infantil. Esto a pesar de que la Administración ya usó esa misma partida presupuestaria para evitar la interrupción de otro programa federal de ayuda alimentaria para mujeres embarazadas y niños de bajos ingresos, conocido como WIC, durante el cierre gubernamental.
En su orden del jueves, McConnell rechazó la decisión de la Administración Trump de cubrir solo parte de las prestaciones de SNAP, lo cual podría haber dejado a algunos beneficiarios sin nada para este mes. También criticó al presidente Trump por usar el programa de nutrición como moneda de cambio política, citando las “numerosas declaraciones realizadas en las últimas semanas por funcionarios de la Administración Trump que dejan claro que los beneficios de SNAP se están reteniendo por razones políticas”.
Desde el inicio del cierre gubernamental, que ya es el más largo de la historia de EE UU, tanto demócratas como republicanos han insistido en que el Gobierno debía continuar financiando SNAP. Sin embargo, la Casa Blanca ha continuado afirmando que carece del poder y medios para mantener a flote el programa, uno que Trump ha señalado durante mucho tiempo como objetivo de recortes presupuestarios.
Mientras, el cierre de la Administración federal continúa. Debido al lapso presupuestario, la Administración Trump ordenó reducir el tráfico aéreo en los 40 principales aeropuertos de Estados Unidos a partir de este viernes, desatando el caos en las terminales más concurridas del país. Más de 1.000 vuelos fueron cancelados como resultado.
Los demócratas en el Senado presentaron este viernes una propuesta para poner fin a la crisis del cierre si sus contrapartes republicanas aceptaban aplazar durante un año del programa de subsidios sanitarios previstos en la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), conocida como Obamacare. Los republicanos rechazaron la oferta, mientras que el presidente pidió a los senadores permanecer en la capital durante el fin de semana, hasta que ambos partidos lleguen a un acuerdo.
Cortesía de El País
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