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- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
Como cada día, María Florinda Ríos Pérez salió junto a su esposo antes del amanecer para trabajar limpiando casas. Sin embargo, una confusión con la dirección le impidió regresar a su hogar.
El pasado 5 de noviembre, la mujer, de 32 años y originaria de Guatemala, recibió un disparo mortal en la cabeza al intentar abrir la puerta de una vivienda, en un vecindario de Whitestown, un suburbio de Indianápolis, que pensaba era la que debía limpiar, pero que resultó ser la dirección equivocada.
La policía informó que encontró a Ríos Pérez sin vida en brazos de su esposo, Mauricio Velázquez, en el pórtico de la casa el miércoles, poco antes de las 07:00, hora local (12:00 GMT).
Funcionarios judiciales investigan si presentarán cargos contra el propietario de la vivienda.
De acuerdo con las autoridades, agentes habían respondido a una llamada sobre un posible allanamiento de morada en el suburbio de Whitestown.
En un comunicado, la policía afirmó que no parecía que la pareja hubiese entrado en la vivienda.
El caso fue remitido formalmente a la fiscalía del condado de Boone para su revisión y para determinar si se presentarán cargos penales.
La policía no ha identificado a las personas que se encontraban dentro de la casa ni a quien disparó, declarando el viernes que se trata de un caso “complejo, delicado y en desarrollo”, y que divulgar esa información sería “inapropiado y potencialmente peligroso”.
Asimismo, la policía ha instado a la población a tener paciencia y advirtió sobre la preocupante difusión en internet de información errónea acerca del caso.
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El relato de la familia de la víctima
Mauricio Velázquez declaró a CBS News, la filial estadounidense de la BBC, que espera justicia para su esposa, quien era madre de cuatro hijos.
En una entrevista con WTTV, también afiliada a CBS, Velázquez afirmó que la bala atravesó la puerta de la casa.
“Debería haber llamado a la policía primero, en lugar de disparar así, sin motivo alguno”, dijo a través de un intérprete.
“Pido justicia porque la persona que hizo eso no creo que esté bien de la cabeza”, subrayó el inmigrante entre lágrimas.
Rudy Ríos Pérez, hermano de la víctima, explicó al diario The New York Times que la pareja, que había emigrado hace tres años, iba a limpiar una propiedad nueva en la que nunca habían estado.
Al llegar a la dirección de la casa que creían que debían limpiar, intentaron abrir sin éxito la puerta principal con las llaves que les habían proporcionado sus clientes. Fue entonces cuando, cuenta Ríos, se produjo el disparo que atravesó la puerta y alcanzó a la mujer.
La familia descubrió más tarde que la casa a la que debían ir estaba ubicada detrás de la que intentaron abrir.
El gobierno guatemalteco aseguró que está dando seguimiento al caso y brindando acompañamiento a la familia de Ríos Pérez.
“La guatemalteca, de 32 años y originaria de Quetzaltenango, falleció en un acto violento cuando se disponía a cumplir con sus labores en la ciudad de Whitestown, en el estado de Indiana, el pasado 5 de noviembre. Le sobreviven su esposo y cuatro hijos”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores del país centroamericano en un comunicado.
El organismo añadió que están “brindando asistencia consular, legal y migratoria, así como servicios de documentación”, a través del consulado en la ciudad de Chicago.
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Otros casos
El fiscal del condado de Boone, Kent Eastwood, declaró al periódico The Indianapolis Star que el caso es complejo debido a cómo está redactado el concepto de defensa propia en la legislación estatal.
Las leyes de defensa propia todavía están vigentes en muchos estados de EE.UU., y la mayoría permiten que una persona se proteja con el uso de fuerza razonable, incluso letal, para prevenir la muerte, lesiones graves o repeler a un intruso.
Incidentes similares se han registrado en otras partes del país en los últimos años.
En 2023, Ralph Yarl, de 16 años, recibió dos disparos tras tocar el timbre de la casa equivocada en Misuri. Andrew Lester, de más de 80 años, se declaró culpable y falleció mientras esperaba su sentencia.
En Nueva York, Kaylin Gillis, de 20 años, murió tras recibir un disparo al entrar por error en el estacionamiento de una casa. El dueño de la vivienda que le disparó cumple ahora una condena de 25 años.

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Cortesía de BBC Noticias
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