Taylor Momsen tiene 32 años y una historia que parece escrita para el cine: fue una niña prodigio en Hollywood, una estrella adolescente en la televisión y, cuando todos esperaban que siguiera ese camino, eligió romper con todo para dedicarse al rock. Hoy lidera The Pretty Reckless, la banda estadounidense que abrirá los conciertos de AC/DC en Buenos Aires el próximo año en River Plate (23, 27 y 31 de marzo). Para muchos, su presencia en la previa de los australianos es una reivindicación del trabajo de una artista que se animó a reinventarse.
Antes de ser reconocida por su voz rasgada y su estética gótica, Taylor fue Cindy Lou Who, la tierna nena de El Grinch, la recordada película navideña protagonizada por Jim Carrey. Gracias a ese papel, con apenas siete años ya era una figura popular en los Estados Unidos.
Pero su salto a la fama global llegó años después, cuando interpretó a Jenny Humphrey en Gossip Girl, la serie que definió a una generación de adolescentes. Su personaje, la hermana rebelde del protagonista, reflejaba parte de su propia lucha interna: una joven que quería escapar de las etiquetas y decidir quién quería ser. Mientras filmaba, Taylor comenzó a escribir canciones y a tocar la guitarra, convencida de que su futuro estaba más cerca del rock que de las alfombras rojas.
En 2009, todavía en plena popularidad televisiva, fundó The Pretty Reckless. El debut no fue fácil: muchos la miraban con desconfianza, pensando que se trataba de un simple capricho de una actriz famosa. Pero ella se tomó el desafío con seriedad. Compuso, grabó, giró y se enfrentó a la crítica hasta ganarse un lugar genuino en la escena.
Su primer álbum, Light Me Up, lanzado en el año 2010, fue un éxito inesperado con canciones como Make Me Wanna Die y Miss Nothing, que sonaron fuerte en radios y series juveniles. Pero la cosa no fue tan fácil de cara a llegar al lugar en donde está hoy.
Aunque lo tenía todo para llegar lejos, el camino de Taylor en el mundo de la música no estuvo libre de obstáculos. Durante años, Momsen lidió con la presión mediática y con la dificultad de ser tomada en serio por venir del mundo de la TV infantil y juvenil. Fue su salida definitiva de Gossip Girl en 2012 la marcó el inicio de una nueva etapa.
En una entrevista reciente con el podcast Call Her Daddy, la actriz confesó que era imposible romper el contrato, pero los escritores la vieron tan mal que la sacaron del guion poco a poco. “Fue una larga batalla en la que discutí con todos. Les decía: ‘Sáquenme de acá. No puedo más. Esto me está matando’”.
Pero una vez que todo terminó, la música se convirtió en su única prioridad. Con Going to Hell, su segundo disco, The Pretty Reckless alcanzó el número uno en las listas de rock de Billboard, algo poco común para una banda liderada por una mujer. Aquel éxito confirmó que Taylor ya no era “la chica de Gossip Girl”, sino una figura auténtica del rock contemporáneo.
Los años siguientes la vieron compartir escenario con artistas de la talla de Marilyn Manson, Evanescence y Guns N’ Roses. En 2021, después de atravesar momentos personales difíciles, lanzó Death by Rock and Roll, un disco que fue celebrado por la crítica y los fans por su honestidad y madurez artística. El álbum consolidó su reputación como compositora y como una artista capaz de transformar el dolor en fuerza creativa.
Hoy, más de una década después de haber dejado la televisión, Taylor Momsen es reconocida por su constancia y su compromiso con la música. Su incorporación como telonera de AC/DC en la gira sudamericana no solo es un reconocimiento a su trayectoria, sino también una prueba de que su apuesta por el rock fue la correcta.
Para Taylor, será la oportunidad de reencontrarse con los argentinos, un público que siempre la recibió con fervor: ya se presentó dos veces en Buenos Aires e hizo vibrar a la gente al ritmo de sus canciones. Esta vez, su desafío será mayor: abrir el show de una de las bandas más legendarias de todos los tiempos.
Y cuando salga al escenario en River para encender la noche antes de AC/DC, quedará claro que ya no queda rastro de aquella “niña buena”: sólo una mujer que encontró su voz y no piensa dejar de hacerla oír.
Cortesía de Clarín
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