La muerte es una gran aliada de la historia. Gracias a la arqueología funeraria, se han podido reconstruir desde vestidos medievales hasta paleodietas y objetos de la vida cotidiana. Ahora, un nuevo hallazgo de gran relevancia arqueológica se suma a los anaqueles históricos. Así, los arqueólogos han descubierto una necrópolis excavada en la roca en la antigua ciudad de Colossae, una de las urbes más importantes de la Anatolia helenística. Se trata de un área de enterramiento 2.200 años de antigüedad, tallada directamente en la roca travertina.
Colossae: una ciudad con miles de años de historia
Emplazada en la actual provincia de Denizli (Turquía), la antigua ciudad de Colossae fue un centro comercial de gran importancia en la antigüedad. Famosa por su industria textil y la producción de lana de alta calidad, prosperó bajo el Imperio persa y mantuvo su relevancia durante los periodos romano y bizantino. Su ubicación estratégica en el valle del río Lico la convirtió en un punto clave de las rutas comerciales entre el interior de Anatolia y las costas del Egeo.
La necrópolis recién descubierta se encuentra a escasa distancia del núcleo urbano antiguo, en un terreno rocoso que los constructores seleccionaron para conservar la tierra fértil destinada a la agricultura. Se localizó durante las primeras excavaciones sistemáticas realizadas en Colossae, dirigidas por el profesor Barış Yener, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Pamukkale. Según el equipo de excavación, constituye una de las mayores concentraciones conocidas de tumbas de tipo “bañera” talladas en la roca en toda la región.
Arquitectura funeraria: tumbas talladas en travertino
Las tumbas se abrieron a poca profundidad y muy cerca de la superficie, característica que ha posibilitado el hallazgo. Presentan un diseño sorprendente por su uniformidad. Se trata de cavidades rectangulares talladas en la roca travertina, con una longitud media de 1,8 metros y una profundidad cercana a 1,5 metros. Puesto que estas dimensiones se ajustan al cuerpo humano, el hallazgo confirma que se concibieron como sepulturas individuales.
Hasta la fecha, se han localizado unas 65 tumbas, de las cuales 60 ya se han excavado y documentado. Dispuestas en hileras, conforman un campo funerario extenso y perfectamente planificado. Según los estudiosos, este ordenamiento sugiere la existencia de un control colectivo sobre el espacio funerario, quizás bajo la autoridad de una comunidad organizada o una institución religiosa local.
El conjunto ha sido descrito por los investigadores como uno de los mayores ejemplos de este tipo de sepultura en Anatolia. Si bien su tipología —tumbas tipo bañera excavadas en la roca— se documenta en otros lugares del Mediterráneo oriental, pocas veces se ha verificado tal densidad ni tal grado de conservación.

Lo que revelan los objetos de las prácticas funerarias
Además de los sepulcros, el equipo de excavación ha encontrado una gran cantidad de materiales asociados a los rituales de enterramiento. Entre ellos, destacan lámparas de aceite, frascos de barro y vidrio, monedas, sandalias y otros objetos personales depositados junto a los difuntos.
Los arqueólogos subrayan la presencia de amuletos, talismanes y piedras vinculadas a las prácticas de curación. Es probable que estos objetos cumplieran una doble función: asegurar el tránsito del alma al más allá, por un lado, y proteger el cuerpo del difunto frente a fuerzas malignas, por otro. Este tipo de creencias, muy difundidas en el mundo helenístico, refuerzan la idea de una religiosidad cotidiana profundamente arraigada en la vida de las comunidades locales.

Un proyecto de protección y conservación
El programa de excavación de Colossae forma parte del programa estatal Heritage for the Future Project, impulsado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía. Gracias a este plan, la zona de la necrópolis ha podido delimitarse, protegerse y equiparse con sistemas de vigilancia para evitar saqueos o daños. Esta intervención temprana garantizará la preservación del yacimiento para que puedan desarrollarse futuras campañas arqueológicas. El equipo de estudio planea crear un archivo digital con los resultados de la excavación, la topografía del conjunto y el inventario de los objetos recuperados.
En los años venideros, la necrópolis podría convertirse en un punto clave para comprender la evolución del urbanismo y las creencias funerarias en Anatolia occidental. Se espera que su estudio permita conectar las prácticas locales con los modelos del mundo helenístico y romano.
El hallazgo también tiene implicaciones turísticas y educativas. Colossae, menos conocida que otras ciudades antiguas como Hierápolis o Laodicea, podría beneficiarse de este descubrimiento para fortalecer su posición como destino arqueológico. La integración del yacimiento en los circuitos patrimoniales regionales, además, podría favorecer la aplicación de programas para conservar el sitio.

Significado histórico y cultural del hallazgo
Desde el punto de vista histórico, el descubrimiento de la necrópolis de Colossae confirma la existencia de una comunidad estable con prácticas funerarias compartidas. Desde el punto de vista arqueológico, proporciona un ejemplo excepcional de cómo los antiguos habitantes de Anatolia integraron la economía agrícola, el aprovechamiento del terreno y el culto a los muertos en una misma concepción del paisaje.
La elección de tallar las tumbas directamente en el travertino revela un equilibrio entre la funcionalidad y la sacralidad del espacio. Estas tumbas excavadas, además de preservar el terreno cultivable, también ofrecían una permanencia simbólica: la roca, duradera e inmutable, garantizaba la conservación del cuerpo y la memoria del difunto.
Asimismo, los objetos hallados en las sepulturas permiten reconstruir aspectos cotidianos de la vida en Colossae, desde la vestimenta y las creencias religiosas hasta los intercambios comerciales y la estética. Colossae, ciudad de larga historia, vuelve a hablar a través de sus tumbas.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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