
El Senado de Estados Unidos (EU) aprobó ayer 9 de noviembre, una medida destinada a reabrir el gobierno federal y poner fin a un cierre que ha dejado sin trabajo a los empleados federales, retrasado la ayuda alimentaria y colapsado el transporte aéreo.
En una votación de procedimiento, los senadores aprobaron un proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes que será enmendado para financiar al gobierno hasta el 30 de enero e incluye un paquete de tres proyectos de ley de asignaciones presupuestarias para todo el año.
El paquete aún deberá ser aprobado por la Cámara de Representantes y enviado al presidente de EU, Donald Trump, para su firma, un proceso que podría llevar varios días.
En virtud de un acuerdo alcanzado con un grupo de demócratas que rechazaron el liderazgo de su partido, los republicanos aceptaron someter a votación en diciembre la prórroga de las subvenciones previstas en la Ley de Asistencia Asequible, según una fuente.
Las subvenciones, que ayudan a los estadounidenses con bajos ingresos a pagar un seguro médico privado y que expiran a finales de año, han sido una prioridad para los demócratas durante la batalla por el financiamiento.
La votación para sacar adelante el proyecto de ley se aprobó por un margen de 60 a 40, el mínimo necesario para superar el obstruccionismo del Senado.
“Parece que estamos muy cerca del fin del cierre”, declaró Trump a los periodistas en la Casa Blanca antes de la votación.
El proyecto de ley prohibiría a las agencias federales despedir empleados hasta el 30 de enero, lo que supone una victoria para los sindicatos de trabajadores federales y sus aliados. Esto frenaría la campaña de Trump para reducir la plantilla federal.
Según los registros federales, al inicio del segundo mandato de Trump, unos 2.2 millones de civiles trabajaban para el gobierno federal. Se espera que al menos 300,000 empleados abandonen el gobierno a finales de este año debido a la iniciativa de reducción de plantilla de Trump.
También proporcionaría el pago retroactivo a todos los empleados federales, incluidos los miembros del ejército, los agentes de la Patrulla Fronteriza y los controladores aéreos.
El acuerdo fue negociado por dos demócratas de New Hampshire, las senadoras Maggie Hassan y Jeanne Shaheen, y Angus King, un independiente de Maine, según la misma fuente. El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, el demócrata más importante de la cámara, votó en contra de la medida.
“Durante más de un mes, he dejado claro que mis prioridades son reabrir el gobierno y ampliar los créditos fiscales mejorados para las primas de la ACA. Este es el mejor camino para lograr ambos objetivos”, publicó Shaheen en X.
Se han cancelado más de 2,300 vuelos
Las autoridades advirtieron ayer que los viajes aéreos en Estados Unidos (EU) podrían “reducirse a un goteo” debido a la cancelación o el retraso de miles de vuelos y al caos que sufrieron los pasajeros a causa del cierre del gobierno federal.
Sean Duffy, secretario de Transporte, afirmó que el número de vuelos afectados o cancelados se multiplicará si continúa el bloqueo presupuestario entre demócratas y republicanos, mientras los estadounidenses se preparan para viajar durante las vacaciones de Acción de Gracias a finales de este mes.
“La situación sólo va a empeorar (…) Las dos semanas antes del Día de Acción de Gracias, veremos cómo el tráfico aéreo se reduce a un goteo”, dijo Duffy en el programa de entrevistas dominical de la CNN State of the Union.
Hasta ayer por la noche, el número de vuelos cancelados dentro de EU y hacia y desde EU superaba los 2,300, con más de 8,000 retrasos, según datos de la plataforma de seguimiento FlightAware.
Entre los aeropuertos más afectados se encuentran los tres aeropuertos del área de Nueva York, el O’Hare de Chicago y el Hartsfield-Jackson de Atlanta.
El Aeropuerto Internacional Liberty de Newark, uno de los principales centros de operaciones del noreste de Estados Unidos, fue uno de los más afectados. El 27% de los vuelos fueron cancelados, con retrasos en 40% de las salidas. (Con información de AFP)
Cortesía de El Economista
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