La NASA ha puesto fin a meses de especulaciones y rumores al hacer públicas este miércoles las imágenes y los datos recopilados del cometa interestelar 3I/ATLAS. Este objeto cósmico, que ha generado un intenso debate y hasta teorías sobre su posible origen alienígena, ha sido estudiado de cerca por diversas sondas espaciales, ofreciendo una visión sin precedentes de un visitante de fuera de nuestro sistema solar. Con la publicación de esta información, la agencia espacial estadounidense busca no solo compartir los hallazgos científicos sino también desmentir cualquier hipótesis fantasiosa, reafirmando que, a pesar de su singularidad, 3I/ATLAS es, inequívocamente, un cometa.
Desmitificando las especulaciones
Desde el descubrimiento de 3I/ATLAS, la comunidad científica y el público en general han estado fascinados por su naturaleza interestelar, lo que ha propiciado la aparición de diversas teorías. Una de las más controvertidas fue la sugerencia de que el objeto podría ser una nave alienígena, una idea promovida por figuras como el astrofísico de Harvard, Avi Loeb. Sin embargo, Amit Kshatriya, administrador asociado de la NASA, ha sido categórico al desestimar estas conjeturas. “Me gustaría abordar los rumores desde el principio”, afirmó Kshatriya. “Este objeto es un cometa. Se ve y se comporta como un cometa y toda la evidencia apunta a que es un cometa”.
El entusiasmo de la NASA por encontrar señales de vida en el universo es genuino, como ha insistido Kshatriya: “Podría ser un descubrimiento asombroso si logramos confirmarlo. Pero 3I/ATLAS es un cometa”. Esta declaración subraya la rigurosidad científica con la que la agencia aborda cada nuevo descubrimiento. La tardanza en la publicación de las imágenes, que llevó a Loeb a acusar a la NASA de retener información, se ha aclarado que se debió al cierre del gobierno estadounidense entre el 1 de octubre y el 13 de noviembre, y no a motivos ocultos. El 3I/ATLAS fue descubierto el 1 de julio y es el tercer objeto identificado que ingresa a nuestro sistema solar desde otra parte de la galaxia, destacándose por ser el más grande y veloz hasta la fecha, y se sospecha que podría ser el más antiguo. Su origen extrasolar lo convierte en un objeto de estudio científico de inmensa importancia, ofreciendo una ventana única a la composición de otros sistemas planetarios.
Una orquesta de observatorios en el espacio
Para capturar la esencia de 3I/ATLAS, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han desplegado una verdadera “orquesta” de observatorios y sondas espaciales. La sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA logró obtener una de las imágenes más cercanas del cometa, proporcionando detalles cruciales de su estructura. Por su parte, la sonda MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile Evolution), también de la NASA, capturó imágenes ultravioleta que serán fundamentales para que los científicos puedan descifrar su composición química. Incluso el rover Perseverance, desde la superficie de Marte, pudo captar una tenue imagen del cometa, demostrando la amplia cobertura observacional.
La ESA también ha contribuido significativamente a este esfuerzo. A principios de octubre, la agencia europea publicó sus propias imágenes del cometa, obtenidas por el Orbitador de Gases Traza ExoMars (TGO) y la nave espacial Mars Express. En estas tomas, el cometa aparece como un punto blanco ligeramente difuso, una clara indicación de su núcleo rocoso y helado rodeado por una “coma” de gas y polvo. El cometa interestelar pasó a principios de octubre a una distancia relativamente cercana de Marte, a tan solo 30 millones de kilómetros. A finales de mes, alcanzó su punto más cercano al Sol (perihelio), un evento que presumiblemente aumentará su visibilidad. Se espera que no sea hasta principios de diciembre cuando se pueda detectar con los telescopios terrestres. La buena noticia para la Tierra es que el objeto no representa ninguna amenaza, pues no se acercará a menos de 274 millones de kilómetros de nuestro planeta. Nicky Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, ha asegurado: “Nuestros telescopios vigilan constantemente el cielo para protegernos y, al hacerlo, ocasionalmente realizan importantes descubrimientos científicos como este. Por supuesto, la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA confirmó que Atlas no representa ningún peligro para la Tierra”.
Oportunidades únicas para el aprendizaje cósmico
La llegada de 3I/ATLAS a nuestro sistema solar representa una oportunidad excepcional para la ciencia planetaria y la astrofísica. Javier Licandro, astrofísico del IAC, destaca que las observaciones previstas para finales de noviembre o principios de diciembre serán cruciales para “caracterizar completamente la actividad del cometa: cuánto gas y polvo emite, cómo varía esa emisión con la distancia al Sol, o qué otros gases nos encontramos en la coma”. Si bien la posibilidad de un aumento súbito de actividad (outburst) es una opción, Licandro se muestra cauto: “Como todo cometa, nos puede sorprender con un aumento súbito de la actividad (outburst), pero no apostaría demasiado por ello”. Las dudas se disiparán en diciembre, y a partir de ese momento, el cometa comenzará a alejarse y a disminuir su brillo gradualmente.
La persecución científica de 3I/ATLAS continuará incluso cuando se pierda de vista desde la Tierra. Las sondas de la ESA que se dirigen a Júpiter, como JUICE, se activarán para seguir el rastro del cometa mientras se aleja para siempre de nuestro sistema solar. Nicky Fox ha anunciado que las últimas imágenes de este fascinante objeto serán tomadas por el telescopio espacial James Webb (JWST), el observatorio más potente de la humanidad. Julia de León, astrofísica del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), resume la importancia de este cometa: “Lo bueno de 3I/Atlas es que lo detectamos cuando estaba lejos del Sol y su actividad era muy poca, lo que nos permite estudiar su núcleo y después hacer un seguimiento temporal de su comportamiento a medida que se activa. Esto nos va a permitir una caracterización más completa”. Así, 3I/ATLAS no solo ha desafiado nuestras expectativas sino que también ha abierto nuevas vías para comprender los misterios de nuestro universo y más allá.
Cortesía de El Periodico
Dejanos un comentario: