
Recientemente culminó el séptimo congreso internacional de dermatopatología, Del microscopio a la terapéutica®, en su versión “Revierte la estética de tu salud®, más allá del exposoma”. Este congreso atravesó los trámites de aval por parte de la UNAM, el centro Médico ABC, así como la Sociedad Mexicana de Dermatología (SMD), la División Latinoamericana de la Academia Internacional de Patología (IAP) y el de la Federación de Anatomía Patológica de la República Mexicana (FEDPATMEX), con la finalidad de poder otorgar constancias -con validez académica- para los consejos de dermatología y anatomía patológica. El propósito de este congreso es continuar con la educación médica a través de foros de exposición, debate y experiencias personales de autoevaluación en la subespecialidad de la dermatopatología.
¿Por qué iniciar esta editorial, con lo que pareciera una autopromoción? La razón es reflexionar para poder influir sobre dos puntos:
- ¿Qué es la estética de tu salud y porqué la dermatopatología tiene impacto sobre ella?
- ¿Hacia dónde se dirige la dermatología / dermatopatología?
Con respecto al primer punto, es importante -siempre recalcar–que es a través de la evidencia que se sostienen los avances en el conocimiento de la fisiopatología y por ende la respuesta a tratamientos puntuales. Recientemente se ha otorgado el Premio Nobel en el área de fisiología o medicina a tres científicos por descubrir la tolerancia inmunológica periférica y con ello evitar ser devorado por el propio sistema inmune. Son los científicos Mary E, Brunkow Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi, los galardonados con esta distinción y quienes resaltan a través del conocimiento el impacto que tienen las terapias inmunológias dirigidas sobre entidades autoinmunes y el cáncer. Shimon Sakaguchi, en la década dde 1990 identificó las células CD4+CD25+ como supresoras de la respuesta inmune y posteriormente Mary Brunkow y Fred Ramsdell descubren el gen FOXP3 como esencial en la capacidad reguladora sobre los linfocitos T (Treg), con lo que se evade la autoinmunidad. Sin esta evidencia es imposible desarrollar productos biotecnológicos específicos, tanto para autoinmuidad como cáncer.
Basado en estos principios, es indispensable identificar, evidencias fisiopatológicas, cuando el objetivo es revertir los daños que genera el exposoma sobre la piel. Pero, ¿qué es el exposoma? El exposoma es un término que acuñó, en 2005 el epidemiólogo, experto en cáncer, Christopher Wild, para definir la totalitad de las exposiciones que un ser humano recibe desde la concepción hasta la muerte. El exposoma de la piel, consiste en factores internos y externos y la interacción que éstos tienen para afectar a los individuos y que se manifiesta con síntomas y signos biológicos de enfermedad y/o envejecimiento. Y ¿qué es la estética de la salud?, pareciera un concepto tramposo, pero no lo es. Es la belleza individual, digamos coloquialmente “la bonitez personal”, del estado absoluto de salud que incluye todos los aspectos físicos, emocionales y psicológicos de estar bien y el bienestar, no sólo en cómo nos sentimos, sino cómo nos sentimos en la forma que nos vemos o percibimos. Afortunada o desafortunadamente, la sociedad utiliza la apariencia para medir o evaluar el estado de salud de todos los individuos, de esta forma se selecciona de manera conciente o inconciente. Con el uso de redes sociales y sistemas de comunicación (zoom, teams u otros) el ser humano se ha percatado, de forma más permanente, de la importancia y trascedencia de percibirse en buen estado de salud.
Los cambios que muchas enfermedades provocan en los individuos, modifican la percepción de una estética saludable, y por ello es de suma importancia conocer y reconocer con qué herramientas cuentan los dermatólogos para identificar un sinfín de enfermedades de la piel. Sin menospreciar ningún herramienta –lupa, dermatoscopio, luz de wood, examen directo, muestreo de DNA, ultrasonido-, es por mucho, la biopsia de piel la que exhibe los elementos que se requieren para correlacionar con la clínica y poder aplicar la mejor terapeútica y ahora, la terapia dirigida (blanco).
El médico se entrena durante toda su carrera para ayudar a revertir al estado de salud y actualmente, con mayor importancia, la estética saludable. Y aquí tomo un paréntesis para deternos y pensar nuevamene sobre ¿qué la estética? Por definición es la rama de la filosofía que se dedica a estudiar, explorar –no explotar— la esencia, naturaleza y percepción de la belleza y el arte. Etimológicamente proviene del griego αισθητικός, aisthetikós: susceptible a ser percibido por los sentidos. Y reconozco que en percepción, hoy existen tendencias mundiales de unificación o globalización de la belleza, estandarizados, pues. Se olvida al individuo y a la individualidad, (a la bonitez personal) y aunque se utiizan escalas de recuperación de la salud (PASI, EASI, SALT, DLQI) para medir el impacto de terapeúticas específias, éstas se extrapolan a una universialidad desproporcionada de una belleza preconcebida.
Por ello, replanteemos la dirección en la educación en el área dermatológica: ¿educamos para estandarizar bienestares o buscamos revertir –individualmente- en cada dermatosis la mejor belleza en salud de los pacientes? Insisto que deberíamos luchar por lo segundo y continúo en la segunda reflexión: ¿hacia dónde se dirige laeducación en dermatología, –dermatopatología?
No dudo que existan 90 plazas por año para ejercer laespecialidad de dermatología, la pregunta es ¿cómo estamos educando a los residentes que cursan de 2 a 4 años de medicina interna para que se transformen en especialistas de la clínica de la piel, bueno, de la piel, pelo y de las uñas? ¿Qué está sucediendo entre esos 3 años que dura la residencia y el egreso de estos residentes?
Sí sabemos que para México, prácticamente sólo ejercen 2,265 dermatólogos ¿a dónde se van esos dermatólogos? ¿a qué partes de la República? ¿qué es lo que acaban haciendo? — surgen más preguntas que respuestas, sin embargo, a través de haber educado residentes durante 23 años en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y generar congresos de dermatopatología, puedo decir que el mayor porcentaje de los residentes, los estudiantes y los dermatólogos egresados, prefieren la cosmética a la Dermatología clínica y menos, la Dermatopatología.
Es decir, como profesores , ¿qué estamos dejando de semilla en los residentes, que pueden cursar 5 años, entre Medicina Interna y Dermatología para luego dedicarse a poner inyectables? Y como yahe sido criticada –lo normal, en redes sociales- no es que esté en contra de que los dermatólogos lo hagan, sino que que se plateen las bases científicas que justifiquen no sólo los inyectables, sino cada molécula tópica o sistémica que devuelva al individuo su salud y logremos revertir al exposoma. Busquemos como sociedad médica dermatológica las evidencias justificadas para devolver a nuestra sociedad una belleza individual, proporcional y armónica de su salud.
No dudo ni un segundo en que los dermatólogos mexicanosdesean que el paciente recupere la estética de su salud, es decir que su piel vuelva a mostrarse semejante a antes de padecer cualquier enfermedad, llámese enfermedades autoinflamatorias, enfermedades autoinmunes, enfermedades infecciosas, hasta el propio fotoenvejecimiento. Sin embargo, si no tenemos las bases científicas y la evidencia histológica y molecular de cada una de estas entidades, poco vamos a demostrar con los tratamientos que la industria se ha dedicado a construir. Insistamos en que la industria farmacéutica invierta en protocolos, en población mexicana, que justifiquen el uso de cada una de sus fármacos, moléculas biotecnológicas, ungüentos o pomadas. Que se invierta, no sólo en eventos rimbombantes en las playas paradisiácas mexicanas, sino en investigadores e investigaciones mexicanas y démosle la cientificidad a los procedimientos terapéuticos.
Con ese énfasis y este interés es que he construido un espacio de educación médica contínua que busca resolver el acertijo desde la evidencia histológica hasta la evidencia científica de los fármacos biotecnológicos y que en armonia funcionen de manera adecuada.Pero cada vez menos dermatólogos saben leer un reporte histológico, cada vez menos dermatólogos exigen un reporte histológico adecuado, cada vez menos dermatólogos exigen una evidencia científica de los procedimientos que aplican en sus consultorios.
No olvidemos que enaltecer es mejor que enriquecer, que como sociedad dermatológica damos valor a lo que profesamos, no costos y que estudiamos para revertir las escalas de daño para devolver la bonitez individual a cada mexicano.
*La autora, la doctora Marcela Saeb Lima es especialista en dermatología y dermatopatología, su información en: Msldermatopato.com
Cortesía de El Economista
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