Cuando el funk rock llegó a Hill Valley: la historia detrás del casting de Flea en Back to the Future II

Hace más de tres décadas, el DeLorean despegó de nuevo, llevando al público directamente a un futuro lleno de hoverboards, zapatillas autoajustables y las videollamadas que, para ese entonces, eran todo un hecho increíble. Back to the Future Part II (1989), además de ser una secuela ambiciosa, también fue una pieza fundamental de la cultura sci-fi de los ochenta que se atrevió a imaginar, con humor y mucha acción, el “Annus Mirabilis” de 2015. El impacto fue inmediato: mientras la Guerra Fría llegaba a su fin, Hollywood nos daba la ilusión de un mañana eléctrico y un futuro lleno de esperanza.

La película, dirigida por el maestro Robert Zemeckis, era una carta de amor a la propia narrativa, complejizando la línea temporal de Marty McFly (Michael J. Fox). Sin embargo, en medio de los viajes temporales y los efectos especiales de la época, la producción necesitaba personajes que anclaran la trama juvenil. Para ello, Zemeckis y su equipo, conocidos por fusionar la música con el cine, buscaron talentos que aportaran una energía cruda y auténtica, un “funk callejero” que contrastara con la pulcritud del futuro.

Flea, a la izquierda, y Chad Smith de los Red Hot Chili Peppers durante el Lollapalooza 2023 en Grant Park en Chicago. Foto: Amy Harris/Invision/AP

Fue así como, en medio de las estrellas de Hollywood y los efectos de maquillaje envejecido, apareció una cara familiar para la escena punk y funk rock: Michael Peter Balzary, mejor conocido como Flea, el icónico bajista de los Red Hot Chili Peppers. Su breve -pero crucial- participación como el “enemigo jurado” de Marty se convertiría en el puente inesperado entre uno de los maestros del slap bass y la historia de ciencia ficción.

El funk rock toma por asalto Hollywood: La era de Mother’s Milk

Para entender cómo Flea saltó de los escenarios underground de Los Ángeles a un blockbuster de Hollywood, hay que situarse en 1989. Mientras se rodaba la secuela de Back to the Future, los Red Hot Chili Peppers vivían un momento crucial. Acababan de lanzar “Mother’s Milk”, el álbum que, con hits como “Knock Me Down” y su versión explosiva de “Higher Ground”, los catapultó de ser una banda de culto a ser un fenómeno de las radios universitarias y MTV.

Flea, el bajista de energía indomable y técnica revolucionaria -famoso por haber popularizado el slap bass en el rock-, ya era una figura reconocida por su excentricidad y su estilo de vida punk. Su figura era sinónimo de la contracultura musical vibrante de la época, exactamente el tipo de autenticidad que un director visionario como Robert Zemeckis querría inyectar en su elenco. La creciente popularidad de la banda en la órbita de Los Ángeles sirvió como la perfecta puerta de entrada.

El contacto directo: ¿Cómo llegó Flea a Back to the Future?

La elección de Flea no fue fruto de un extenso proceso de audición tradicional, sino de la conexión directa de Hollywood con la escena musical de Los Ángeles. Zemeckis y su equipo tenían la intención de utilizar músicos en papeles secundarios que inyectaran credibilidad y guiños culturales a la saga. Esta estrategia ya había funcionado con Huey Lewis (de Huey Lewis and the News), que no solo compuso los temas principales (“The Power of Love” y “Back in Time”) sino que apareció como un juez de audiciones en la primera entrega.

La propuesta a Flea fue más directa, reconociendo el carisma único del músico. Lo que se buscaba en el personaje de Douglas J. Needles era una energía agresiva, un punch que pudiera intimidar a Marty McFly sin necesidad de un actor de método. Flea, con su voz rasposa y su intensidad física, era el casting perfecto para encarnar al matón moderno y manipulador que utiliza el punto débil de Marty: el miedo a ser llamado “gallina”.

Flea en su papel de Douglas J. Needles, uno de los enemigos de Marty McFly. Foto: UniversalFlea en su papel de Douglas J. Needles, uno de los enemigos de Marty McFly. Foto: Universal

En una entrevista Rolling Stone, Flea declaró que: “Siempre pensé que era un actor terrible… Pero tuve la suerte de encontrarme con esta extraña y oscura carrera cinematográfica de cameos. Me encanta formar parte de la historia del cine”.

Flea siempre consideró el papel de Needles como un cameo divertido y afortunado, y reconoció que la actuación era secundaria a su carrera musical.

Needles: el catalizador de la desgracia de Marty

El papel de Flea en la saga, aunque breve en minutos de pantalla, es absolutamente fundamental para la trama y la madurez de Marty McFly, actuando como el catalizador de su desgracia y su eventual redención. En Back to the Future II, Flea aparece como un hombre de mediana edad en el año 2015, en una videollamada de pantalla plana.

Su personaje, Needles, presiona a Marty para que acepte participar en un negocio ilegal, utilizando la palabra clave “gallina”. Es el orgullo herido lo que obliga a Marty a aceptar, lo que resulta en su despido y en el consecuente arruinamiento de su futuro familiar. Sin embargo, la lección de Needles no termina ahí. Hacia el final de la saga, en Back to the Future III, el personaje reaparece, esta vez como una versión más joven en el 1985 que reta a Marty a una carrera de autos.

Habiendo aprendido la dura lección del futuro, Marty rechaza, por fin, el desafío. Al evitar la carrera, no solo salva su vida, sino que demuestra que finalmente ha superado su impulsividad. La presencia de Flea en ambas películas, a pesar de ser breve, se convirtió en el dispositivo narrativo que permite al héroe completar su arco de crecimiento.

Back to the Future II se consolidó como un éxito de taquilla y un referente ineludible de la cultura popular sci-fi que definió a una generación, dejando un legado que resuena incluso décadas después de su supuesto “futuro” de 2015.

Flea, una vez más, en su papel de Douglas J. Needles en la película de Back to the Future III. Foto: UniversalFlea, una vez más, en su papel de Douglas J. Needles en la película de Back to the Future III. Foto: Universal

Pero mientras Marty McFly finalmente lograba corregir su destino, el músico que lo desafió también estaba destinado a la grandeza. Flea, cuya participación en la película fue una corta anécdota más en su “alocada” vida, continuó con la ascendente carrera de Red Hot Chili Peppers. Un par de años después, en 1991, la banda lanzaría “Blood Sugar Sex Magik”, un álbum que los catapultaría al estatus de superestrellas globales, vendiendo millones y estableciendo a Flea como uno de los bajistas más influyentes de la historia moderna del rock. Así, la historia de Douglas J. Needles no es solo una anécdota cinematográfica, sino un momento en que Hollywood se cruzó -brevemente- con el rock más funky de Los Ángeles y una leyenda a punto de explotar.

Cortesía de Clarín



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