
Los triglicéridos altos se han convertido en un problema de salud frecuente, impulsado por dietas ricas en azúcares y grasas, así como por un estilo de vida sedentario. Aunque la mayoría de las personas no presenta síntomas, mantener estos lípidos en niveles saludables es clave para prevenir enfermedades cardiovasculares y otros padecimientos metabólicos.
De acuerdo con especialistas en nutrición, incluir ciertas frutas en la alimentación diaria puede ayudar de manera natural a disminuir los triglicéridos. Gracias a su contenido de fibra y antioxidantes, favorecen la absorción adecuada de grasas y protegen al organismo del estrés oxidativo. Entre las más recomendadas se encuentran manzana, plátano, ciruela, kiwi y fresas, todas reconocidas por apoyar el metabolismo y mejorar el perfil lipídico.
Otros alimentos recomendados
No solo las frutas son útiles. Para controlar los triglicéridos, los especialistas también sugieren incorporar:
- Vegetales de hoja verde, como acelgas, espinacas, berros y lechuga.
- Verduras, entre ellas zanahoria, jitomate y calabaza.
- Frutos secos, especialmente nueces, almendras y avellanas.
Estos alimentos aportan fibra, micronutrientes y grasas saludables, lo que contribuye a reducir los lípidos en sangre y promover un perfil cardiovascular más sano.
Qué alimentos evitar
Para mantener los triglicéridos bajo control, es fundamental moderar o reducir:
- Bebidas azucaradas: refrescos, bebidas energéticas y tés endulzados.
- Alimentos ricos en azúcares simples, como miel, piloncillo, mermeladas o cajeta.
- Porciones grandes de carbohidratos refinados, incluyendo tortillas, pan blanco, arroz, papa y algunas leguminosas en exceso.
Además, los especialistas recomiendan consultar a un profesional de la salud antes de realizar cambios drásticos en la dieta, con el fin de recibir una orientación personalizada y adecuada para cada caso.
¿Cuáles son los niveles normales?
Según el National Heart, Lung, and Blood Institute de Estados Unidos, los triglicéridos se clasifican de la siguiente manera:
- Saludable: menos de 150 mg/dL.
- Ligeramente altos: entre 150 y 199 mg/dL.
- Altos: entre 200 y 499 mg/dL.
Mantener una alimentación equilibrada, acompañada de actividad física regular, sigue siendo una de las estrategias más efectivas para conservar niveles adecuados y proteger la salud del corazón.
Con información del Universal
MF
Cortesía de El Informador
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