
El nuevo gobierno japonés aprobó el viernes un importante paquete de estímulo con el objetivo de aliviar el impacto de la inflación, en un paso que la primera ministra, Sanae Takaichi, calificó de fiscalmente “responsable”.
El conjunto de medidas por 21.3 billones de yenes (unos 135,000 millones de dólares) incluye subsidios energéticos y recortes tributarios, con el fin de impulsar el crecimiento del país, cuya población está cada vez más preocupada por el aumento de los precios.
Precisamente, el encarecimiento de la vida contribuyó a la caída del ex primer ministro, Shigeru Ishiba, que precedió en el cargo a Takaichi, la cual llegó al poder el mes pasado con la promesa de combatir la inflación.
Sin embargo, su paquete de reactivación ha avivado los temores de que se incremente la ya colosal deuda de Japón, lo que ha provocado que los rendimientos de los bonos del Estado alcancen máximos históricos y que el yen se deprecie frente al dólar.
“Una política fiscal proactiva y responsable significa una estrategia fiscal con visión de futuro y no tiene como objetivo perseguir el crecimiento de forma imprudente o expansiva”, defendió Takaichi en Tokio al presentar el estímulo.
“Mediante la aplicación rigurosa del concepto de gasto prudente, desplegaremos estratégicamente medidas fiscales para proteger la vida de nuestros ciudadanos y construir una economía fuerte”, añadió.
Según la primera mujer en gobernar Japón, las medidas lograrán reducir “la relación entre la deuda pública y el PIB”, alcanzar la “sostenibilidad fiscal” y ganar “la confianza del mercado”.
La relación actual entre la deuda y el PIB de Japón es de alrededor de 250%, una de las más altas entre las principales economías.
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Precios, yen y China
Las expectativas de que Takaichi se embarcara en una ola de grandes gastos tenían a la moneda japonesa bajo presión, y un yen más débil eleva los precios de las importaciones para un archipiélago pobre en recursos, que depende en gran medida de alimentos, energía y materias primas extranjeras.
Satsuki Katayama, ministra japonesa de Finanzas, lanzó la advertencia más contundente hasta la fecha de que el gobierno podría intervenir para apoyar la divisa, al afirmar que tomará “las medidas adecuadas contra los movimientos desordenados”.
“Japón lleva mucho tiempo aplicando políticas económicas expansionistas sin conseguir estimular la economía”, afirmó Margarita Estevez-Abe, analista de la Maxwell School de la Universidad de Siracusa.
“Mientras tanto, la deuda pública japonesa ha aumentado. Ya estamos viendo las reacciones negativas del mercado. Una mayor depreciación del yen afectará a los hogares japoneses con un aumento de los precios”, explicó a la AFP.
Cifras oficiales reveladas la semana pasada mostraron que la tasa de inflación anual en octubre, excluidos los alimentos frescos, se aceleró a 3.0%, frente a 2.9% de septiembre, aunque en línea con las expectativas del mercado.
Otra preocupación para la segunda economía más grande de Asia es la actual disputa diplomática con China tras los comentarios de Takaichi sobre Taiwán, y una respuesta militar de Tokio ante cualquier amenaza.
Cortesía de El Economista
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