El espacio aéreo de Venezuela amaneció este 24 de noviembre con menor movimiento aéreo y un cielo prácticamente despejado, después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitiera una advertencia internacional para que las aeronaves civiles “extremen la precaución” al sobrevolar el país.
La alerta, provocada por el aumento de actividad militar en la región, ha generado cancelaciones, ajustes operacionales y una reconfiguración temporal del tráfico aéreo en torno a territorio venezolano.
La medida se produjo en un contexto marcado por el fortalecimiento de la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico latinoamericano, con portaaviones, aeronaves de combate, buques y fuerzas especiales desplegadas como parte de la operación ‘Lanza del Sur’.
Washington aseguró que el operativo se enmarca en la lucha contra el narcotráfico, mientras que el régimen de Nicolás Maduro interpreta los movimientos como una amenaza para forzar su salida del poder.
Tras la advertencia de la FAA, aerolíneas como Iberia (España), TAP (Portugal), Gol (Brasil) y Avianca (Colombia) anunciaron la suspensión de sus operaciones hacia Venezuela. La reducción de vuelos comerciales en rutas habituales se evidenció en plataformas de monitoreo aéreo, donde se observó una notable disminución en las trayectorias que usualmente cruzan el espacio aéreo venezolano.
Por el contrario, compañías como Wingo, Avior, Laser y Estelar informaron que mantendrán sus vuelos nacionales e internacionales con normalidad, aunque bajo seguimiento constante de la situación y en coordinación con autoridades aeronáuticas.
Al revisar el tráfico aéreo de países vecinos como Colombia y el Caribe, la diferencia es evidente: mientras sus mapas de vuelo muestran un flujo constante de aeronaves comerciales.
el espacio aéreo venezolano aparece con una actividad significativamente reducida tras la advertencia de la FAA, marcando un contraste que refleja el impacto inmediato de la alerta en las rutas regionales.
Tras la notificación emitida por la FAA, la Aeronáutica Civil de Colombia informó que las aerolíneas que operan entre Colombia y Venezuela han tomado decisiones autónomas para proteger la seguridad de los pasajeros y sus operaciones, lo que ha generado cancelaciones y afectaciones para cerca de 1.500 viajeros, principalmente en Bogotá. Pese a ello, algunas compañías —como Satena— mantienen su operación regular.
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La entidad explicó que, ante los desvíos de rutas de aerolíneas europeas y sudamericanas que usualmente sobrevuelan territorio venezolano, se fortalecieron las capacidades de vigilancia, control y comunicaciones para garantizar la seguridad del tránsito aéreo en el espacio aéreo colombiano.
Además, recordó que, según el Convenio de Chicago, los Estados están obligados a proteger la aviación civil y no pueden comprometer la seguridad de aeronaves comerciales. La Aerocivil señaló también que la FAA alertó sobre posibles interferencias a sistemas de navegación, motivo por el cual varias aerolíneas ajustaron sus trayectorias.
Finalmente, la autoridad aeronáutica anunció que este lunes se realizará una reunión clave con autoridades de aviación de la región y aerolíneas afectadas para coordinar medidas de mitigación, compartir cifras reales de impacto y avanzar en la normalización de las operaciones lo más pronto posible.
La advertencia de la FAA está relacionada con el “empeoramiento de la situación de seguridad” y el incremento de maniobras militares en la región. Washington ha movilizado un grupo de ataque de portaaviones, buques de guerra y aeronaves furtivas, en paralelo al anuncio de que el “cartel de los Soles” —que Estados Unidos vincula a Nicolás Maduro— será designado como organización terrorista.
Desde septiembre, fuerzas estadounidenses han atacado más de 20 embarcaciones presuntamente dedicadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental, con más de 80 fallecidos, aunque sin pruebas concluyentes presentadas públicamente sobre la participación de los navíos en actividades ilícitas.
Cortesía de El Colombiano
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