
Poco a poco, sin hacer aspavientos en la escena nacional, los rivales políticos del gobernador de Sinaloa han ido desapareciendo de la escena: algunos son inhabilitados, otros renuncian y hay a quien incluso han asesinado. Parece que cualquiera que intente disputarle el poder al controversial Rubén Rocha Moya corre con la misma suerte.
Hace unos días, el propio mandatario de Sinaloa, en una candorosa confesión, relató que no llegó a la candidatura de Morena a la gubernatura por estar arriba en las encuestas, sino porque lo impuso López Obrador. En esa contienda interna sus principales rivales eran Luis Guillermo “el Químico” Benítez de Mazatlán -el que dice Rocha que lo superaba en las encuestas y debió haber sido el candidato, salvo porque se impuso AMLO-, Jesús Estrada Ferreiro de Culiacán, Gerardo Vargas de Los Mochis y Héctor Melesio Cuén, dueño de un partido local aliado con Morena.
La decisión de López Obrador fue que Rocha fuera candidato a gobernador, que Benítez y Estrada se reeligieran como alcaldes, que Vargas compitiera por Ahome -donde está Los Mochis- y que Cuén fungiera como una especie de “vice candidato” haciendo campaña con Rocha por la gubernatura. Todos ganaron.
¿Todos contentos? Nada más alejado a la realidad. Lo que siguió para los rivales de Rocha fue la debacle:
Estrada ganó la reelección en Culiacán. Fue crítico de Rocha. Rocha lo desaforó en 2022. Hoy ya no tiene peso.
“El Químico” ganó la reelección en Mazatlán. Rocha le quitó la alcaldía, lo volvió su secretario de Turismo, luego lo destituyó, lo desaforó para que no pudiera volver a la alcaldía y lo expulsó de Morena. “El Químico” se retiró de la política.
Vargas ganó la alcaldía de Ahome (Mochis) en 2021. Se reeligió en 2024. Comenzó a moverse para la gubernatura y Rocha lo destituyó. Hoy está relegado bajo amenaza de cárcel.
Lo de Cuén fue más grave. Rocha le dio la Secretaría de Salud, lo quitó a los seis meses, Cuén se fue a la oposición y se volvió el principal rival político de Rocha. Ganó la diputación federal en 2024 y antes de tomar posesión fue asesinado el día que se llevaron al “Mayo” Zambada. Rocha armó con su Fiscalía un montaje para decir que Cuén había sido asesinado en una gasolinera. “El Mayo” acusó que lo mataron en el mismo evento en el que a él le tendieron la trampa de que era una reunión entre ellos tres (Rocha, Cuén y El Mayo). La FGR le dio la razón al “Mayo”. No hay nadie en la cárcel por estos hechos.
A Rocha no lo quiere la gente en Sinaloa pero sigue en el cargo… y operando políticamente con un poder inusitado. Ya no están en su camino todos los que podían disputarle la sucesión e incidir en la candidatura de Morena a la gubernatura, que se definirá en un año. La decisión es de él. De él y de los suyos.
Cortesía de El Informador
Dejanos un comentario: