En México, los jóvenes de la Generación Z tienen un panorama muy difícil en el mercado laboral: les cuesta mucho encontrar trabajo y son los primeros en perderlo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, tan entre abril y junio de este año, el número de jóvenes de entre 15 y 24 años con empleo pasó de 9.1 millones a 8.7 millones. Es decir que en un año más de 400,000 personas se quedaron sin empleo.
De acuerdo con los datos de la encuesta, en contraste, hubo 318,000 adultos de entre 25 y 44 años que consiguieron un nuevo trabajo, 203,000 nuevos empleos entre las personas de 45 a 64 años y 78,000 de 65 años y más. Esto deja a los más jóvenes como el único grupo que perdió fuerza laboral en 2025.
Despedir a los jóvenes es más barato
Al respecto de la pérdida de empleo de los jóvenes mexicanos, Clemente Ruiz, investigador en Economía de la UNAM, comentaba a El Universal que la falta de inversión tanto pública como privada frenaba el crecimiento económico del país. Cuando esto pasa, dijo, las empresas recurren a recortes de personal y, por desgracia, les resulta más conveniente despedir a los más jóvenes, “ya que despedir al personal que lleva más tiempo implica un costo mayor“.
Por su parte, Ricardo Aguilar Abe, de Invex, señaló que, cuando la economía no avanza, las personas más afectadas son las desempleadas, pues enfrentan más retos para encontrar trabajo. “No es la regla, pero generalmente los afectados se concentran en los recién egresados de las escuelas“, dijo.
Más de la mitad trabaja en la informalidad
Para quienes sí tienen empleo, el panorama tampoco es el mejor. De acuerdo con la encuesta, el 67.3% de los 8.7 millones de jóvenes empleados se encuentra en la informalidad. Esto los coloca en el segundo lugar entre la población con mayor informalidad laboral tan solo por debajo de los adultos mayores de 65 años.
¿Y qué implica la informalidad laboral? Como señala El Economista, en la mayoría de los casos, los trabajadores informales son bastante vulnerables, pues no cuentan con acceso a derechos básicos. Es decir, se encuentran en empleos que no ofrecen prestaciones de ley como vacaciones o acceso al seguro social o a alguna institución de salud. En muchos casos ni siquiera tienen contratos que definan y especifiquen sus labores y horarios, lo que puede derivar en abusos por parte de sus patrones.
De hecho, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Egresados 2025 del Inegi, casi una cuarta parte de quienes que trabajan de manera independiente lo hacen a causa de la falta de oportunidades en el mercado laboral. Según la encuesta, tan solo el 18.3% de los jóvenes trabaja como freelancer porque quería ser su propio jefe, el 17.5% lo hace porque buscan mejorar sus ingresos y solo el 15% por la flexibilidad de horarios.
A pesar de que ocho de cada diez trabajadores independientes dicen estar satisfechos con su decisión, el 62% confiesa que preferiría tener un empleo formal en una empresa o en el gobierno. Y que, según el 70.9% de los egresados añora tener prestaciones como vacaciones, aguinaldo y seguro social.
Cortesía de Xataka
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