Exigen avances en erradicación de violencia a mujeres

Pese a que la convocatoria se vio reducida, decenas de mujeres no dejaron pasar la oportunidad de salir a las calles este 25N para gritar que México sigue siendo un país peligroso para las mujeres.

En la Ciudad de México, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conocido como 25N, mujeres de diferentes edades e integrantes de diversos colectivos marcharon a lo largo de Paseo de la Reforma, partiendo desde la Glorieta de las Mujeres que Luchan hasta llegar al Zócalo Capitalino, en busca de visibilizar todas esas violencias de las que día a día siguen siendo víctimas.

En su camino corearon y gritaron consignas como: “no que no, sí que sí, ya volvimos a salir”, “mujeres contra el machismo”, “ni una muerta más” y “mujer, escucha, esta es tu lucha”; la mayoría vestidas de morado, el color representativo del movimiento feminista.

Según el gobierno de la Ciudad de México, a esta manifestación acudieron no más de 1,000 personas, pero se desplegaron cerca de 600 mujeres policías; y una vez que concluyó la movilización, el saldo reportado fue blanco, ya que pese a que se registraron algunas pintas, el llamado bloque negro avanzó sin complicaciones ni destrozos.

Y es que era de esperarse, pues días antes, el gobierno federal y el de la Ciudad de México decidieron cercar todo el primer cuadro capitalino —principalmente Palacio Nacional— con decenas de vallas metálicas de más de dos metros de altura que fueron soldadas entre sí y reforzadas con grandes bloques de cemento.

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“¡No llegamos todas!”

Desde un templete colocado en al Zócalo capitalino, integrantes de contingentes de mujeres desaparecidas, víctimas de feminicidio, de violencia vicaria, entre otras, reclamaron al gobierno de Claudia Sheinbaum que pese a que una mujer llegó por primera vez a la presidencia de México: “¡aún no es tiempo de mujeres!”.

Ello al señalar que en México se vive una violencia estructural, pues cada día 10 mujeres mueren de forma violenta y siete de esos asesinatos quedan impunes, además de que no se castigó el 92.5% de las violaciones sexuales que ocurrieron durante 2024 y el 99.6% de las mujeres desaparecidas no son localizadas con vida; al tiempo que acusaron que la violencia y precariedad laboral de las mujeres también continúa, aunado a que los transfeminicidios y los casos de violencia vicaria han aumentado y aún no se tipifica este delito a nivel nacional.

“Al mismo tiempo, reivindicamos nuevamente nuestra independencia política e ideológica del “feminismo” institucional que representa la clase política en el poder, somos la evidencia de que no llegaron todas, sólo llegaron quienes desde el privilegio han utilizado un discurso de la igualdad de género hasta ahora reservada para su clase”, lanzaron.

“Marcho porque me arrebataron a mis hijos”

Karina Gutiérrez, una madre de 44 años que desde hace 1 año y 5 meses no logra ver a dos sus hijos, expresó con enojo que este 25N decidió salir a marchar ante la indiferencia e incapacidad de las autoridades para resolver su denuncia por violencia vicaria.

“Marcho porque me arrebataron a mis hijos. Su padre se los llevó hace un año, 5 meses. Vengo aquí para que se visibilice la violencia vicaria (…) El padre fue a mentir a los juzgados y a iniciar una denuncia falsa por amenazas y no los he podido recuperar y a nadie le importa”, relató sobre su caso.

Y es que Karina acusa que desde ese tiempo su carpeta de investigación no avanza, ya que “parece que a nadie le importa, siempre son dilaciones, omisiones en las investigaciones (…) En mi caso no es que el padre que haya pagado a las autoridades, sino que realmente es que la fiscalía no hace su trabajo, o sea, los ministerios públicos, los asesores jurídicos no se comprometen y no hacen ningún trabajo”.

Es así que reconoce que salir este día a marchar también es una forma de desahogo, una forma de que la gente pueda identificar más la violencia vicaria y principalmente que sepan que las madres como ella suelen ser muy atacadas por el sistema y por la sociedad, simplemente por pelear por sus hijos y exigir sus derechos.

“Cuando escapamos de la violencia, en mi caso yo escapé de violencia física, emocional, psicológica y pues es una violencia continua la violencia vicaria. Es difícil de identificar porque piensan que cuando los hijos están con el padre no corren peligro. Pero en la mayoría de los casos son padres que nos han agredido a las propias madres y es muy grave que los hijos sigan viviendo con ellos, sigan sustraídos, robados por los propios padres”, enfatizó.

Cortesía de El Economista



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