
León, Guanajuato. Especialistas explicaron que México mantiene rezagos estructurales para integrar de manera efectiva la perspectiva de género en el sector hídrico, particularmente por la falta de datos desagregados, la escasa representación de mujeres en espacios de decisión y la necesidad de políticas con mayor precisión técnica.
Marissa Mar —integrante del Grupo de Mujeres en Agua de América Latina y el Caribe— alertó que, aunque México atraviesa un momento favorable en representación femenina dentro del sector público, persisten rezagos estructurales que impiden desarrollar políticas de agua efectivas con enfoque de género, particularmente por la falta de datos desagregados y la baja participación de mujeres en espacios de decisión del sector hídrico.
“Hoy en un lugar como México podemos decir (…) que en este momento hay un bono rosa porque tenemos una presidenta. Estamos en un lugar como Guanajuato. Tenemos toda la alineación de bono rosa”, dijo durante su participación en la XXXVII Convención Anual y Expo ANEAS 2025.
Sin embargo, advirtió que esta ventana de oportunidad podría revertirse tan rápido como cambian los ciclos electorales y citó otros países donde se han desmantelado estructuras institucionales de igualdad.
Cantidad no es calidad
Al referirse al diagnóstico regional de políticas de género y agua elaborado por Cepal y Unesco, Marissa señaló que México se ubica entre los países con más instrumentos normativos, pero subrayó que “cantidad no es calidad al final del día”.
Añadió que en la República se carece de información desagregada por sexo, lo que limita el diseño de políticas efectivas. Como ejemplo, mencionó el indicador ODS que mide el acceso a agua potable gestionada de manera segura.
“Cuando pedimos la desagregación por sexo, no la tenemos (…) mucho menos a nivel municipal o comunitario”, comentó.
La integrante del Grupo de Mujeres en Agua destacó, a su vez, que la representación de mujeres en espacios de toma de decisiones del sector hídrico sigue siendo mínima.
Por su parte, Griselda Medina Laguna, integrante de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), llamó a fortalecer la recolección y uso de datos para cerrar brechas en participación, acceso y toma de decisiones dentro del sector hídrico. En su intervención, subrayó que México cuenta con bases normativas sólidas, pero aún enfrenta rezagos estructurales que requieren políticas más precisas y acciones afirmativas.
Además, advirtió que persisten brechas importantes. A pesar de cambios en patrones tradicionales —como el acarreo de agua, históricamente asignado a mujeres—, datos de la plataforma regional OLA muestran que 60% de los hogares rurales sin agua aún dependen de mujeres para abastecerse, además de una baja representación femenina en organismos de gestión del agua.
Cultura
En el marco de un encuentro nacional de organismos operadores, representantes de León, Irapuato y Huixquilucan expusieron cómo han incorporado la perspectiva de género, la segmentación comunitaria y nuevas metodologías de comunicación para fortalecer la cultura del agua, bajo la premisa de que el recurso hídrico “no tiene género”, pero sí realidades distintas según quien lo usa y administra.
Amalia Anguiano Juárez, encargada de Cultura del Agua en León, destacó la importancia de que los organismos operadores adapten su comunicación a las necesidades de cada comunidad.
Patricia Ventura Villaseñor, coordinadora de Comunicación de Huixquilucan, explicó que, aunque el agua es un derecho humano sin género, las campañas deben considerar a quienes históricamente administran el recurso en el hogar.
Adriana Romero Aguilera, coordinadora de Comunicación de Japami (Irapuato), expuso que las mujeres suelen ser quienes alertan en el hogar sobre fugas, consumo excesivo o prácticas de desperdicio: “somos las primeras en decirle a los hijos: ‘báñate en menos tiempo’ o ‘cierra la llave’”.
Cortesía de El Economista
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