México se está quedando sin fábricas de carros, pero hay un problema mayor: en breve costarán más

Durante años se repitió que México sería el gran ganador de la nueva etapa de la industria automotriz. Sin embargo, el nuevo análisis prende las alarmas. En el corto plazo no llegarán más plantas ni capital fresco. El mensaje apunta a los aranceles de Estados Unidos y a su giro proteccionista. El país vecino concentra la inversión y deja a México en la orilla. El resultado se verá en menos proyectos productivos y en autos más caros en las agencias.

Guido Vildozo, director asociado de Standard & Poors Global Mobility, trazó este escenario frente a la industria en el Foro Automotor AMDA 2025. El especialista explicó que el nuevo esquema de aranceles aplicado por Estados Unidos a la cadena automotriz ya cambió el tablero. La política protege a las fábricas dentro de su territorio. Al mismo tiempo castiga a los países exportadores. México entra en esa lista.

De acuerdo con el reporte de El Economista, en sólo once meses se anunciaron proyectos por 50,000 millones de dólares para instalar nuevas plantas y ampliar la producción dirigida al consumidor estadounidense. Esa cifra rompe cualquier comparación inmediata. La industria mexicana necesitó diez años para atraer 40,000 millones de dólares. El contraste deja claro quién se queda con el pastel más grande. Mientras tanto México observa cómo la inversión se desplaza hacia el norte.

En este contexto las marcas tradicionales de volumen no planean nuevas apuestas fuertes en México. El corto plazo luce frío para proyectos de ensamblaje y expansión de capacidad. Vildozo señaló que la única vía para cambiar ese guion pasa por el gobierno mexicano. La autoridad tendría que presionar a las armadoras para elevar la producción destinada al mercado interno. El modelo actual prioriza la exportación de más de 80% de la manufactura. El país fabrica para otros y deja desatendido a su propio comprador.

Planta de GM en Coahuila, México.

Los movimientos recientes de las marcas confirman la tendencia. General Motors ya redistribuye volúmenes fuera del complejo de Silao, en Guanajuato, hacia la planta de Ramos Arispe, en Coahuila. La reconfiguración busca acomodar mejor la producción frente a las nuevas reglas. Vildozo también mencionó el caso de Stellantis. El grupo tenía el objetivo de fabricar más modelos de forma local. Ahora parte de esa producción migrará a Estados Unidos con énfasis en Jeep y en vehículos con márgenes muy altos.

El mensaje que envían estas decisiones resulta claro. Las marcas priorizan proyectos con mejor rentabilidad y menor exposición a los aranceles. Los modelos que comparten planta con Estados Unidos reciben trato preferente. También los que dejan mayores ganancias por unidad producida. Cada dólar cuenta cuando la política industrial premia la producción doméstica. México queda atrapado entre ese muro económico y su dependencia de las exportaciones.

Planta Honda Mexico Celaya Paro

Planta de Honda en Celaya, México.

El precio de los autos autos nuevos en México subirá

El efecto no se limita a hojas de cálculo ni a presentaciones para inversionistas. Vildozo anticipó que los precios de los autos subirán. Las marcas necesitan cubrir el costo del arancel. Para lograrlo buscarán mercados terceros que ayuden a compensar esa carga. México aparece como candidato natural. La región funciona como válvula de escape para estrategias definidas en Washington. El consumidor local enfrenta el aumento en la lista de precios sin haber tenido voz en esta discusión.

En esa dinámica el país corre el riesgo de pagar carros más caros sin recibir a cambio nuevas plantas ni empleos adicionales. La narrativa del nearshoring pierde brillo en el terreno automotriz. Los anuncios recientes se concentran en Estados Unidos y dejan proyectos tímidos en otros territorios. El sector mexicano observa cómo la carrera se define lejos de sus centros de producción. La pérdida de atractivo se traduce en menos opciones para el cliente y en menor competencia real.

Nissan Fabrica Mexico

Planta de Nissan en Morelos, México.

Para México la disyuntiva queda planteada. O se acepta este papel secundario con menos inversión y autos más costosos. O se impulsa una política que exija mayor contenido local y apuesta por el mercado interno. Las palabras de Vildozo aparecen como advertencia temprana. El país todavía conserva talento, infraestructura y ubicación privilegiada. Sin embargo, el tiempo corre a favor de los aranceles estadounidenses. Mientras la industria toma decisiones, el consumidor ya se prepara para una nueva era de coches menos accesibles.

Cortesía de Xataka



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