
Guadalajara, Jal. La industria alimenticia de Jalisco cerrará 2025 bajo un entorno de marcada incertidumbre, derivado de factores que están presionando sus costos y reduciendo ventas, como la prohibición de alimentos con alto contenido calórico en escuelas y la decisión del gobierno federal de gravar con el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) tanto a los refrescos azucarados como a las bebidas light o cero azúcar.
Fernando Acosta, presidente de la Cámara de la Industria Alimenticia de Jalisco (CIAJ), comentó a El Economista que estas medidas se han convertido en uno de los mayores retos para las empresas del sector, ya impactadas por otros factores como la inseguridad en carreteras, los cambios en hábitos de consumo y mayores exigencias normativas.
Ventas a la baja
De acuerdo con Acosta Hernández, las ventas en el subsector de la confitería se han desplomado en algunos casos hasta 50%, tanto por la aplicación de normas más estrictas como por el cambio de perfil del consumidor, cada vez más orientado hacia productos con menor contenido calórico y azúcares añadidos.
“Hay un escenario muy dramático para ciertos subsectores, por ejemplo el confitero, es uno de los más golpeados y es por el tema normativo de la prohibición para su venta en las escuelas… Hay empresas que tienen una caída de hasta el 50% en lo que va de este año, lo cual es catastrófico en cualquier negocio, y hay empresas que andan entre el 15 y el 20% de baja en ventas“, precisó.
El industrial destacó que el sector confitero es uno de los más relevantes para Jalisco ya que el estado es líder nacional al producir 40% de la confitería del país.
IEPS en bebidas
A la prohibición de productos calóricos se suma el impacto potencial que tendrá a partir de enero próximo el aumento del IEPS a bebidas azucaradas, y su aplicación ahora también a las bebidas light, una medida que la industria considera particularmente gravosa.
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Aunque el objetivo es reducir el consumo de productos con efectos negativos en la salud, el nuevo esquema fiscal incrementaría los costos operativos y de reformulación, afectando tanto a grandes compañías como a Pequeñas y Medianas empresas (Pymes) que ya operan con márgenes ajustados, expresó el presidente de la CIAJ.
Reformulación y diversificación de mercados
Fernando Acosta sostuvo que ante la caída en ventas, un número creciente de empresas ha optado por reformular productos, impulsando líneas “sugar free” o reducidas en calorías; otras, han buscado nuevos nichos de mercado para compensar la pérdida del canal escolar.
Sin embargo, Acosta advirtió que no todas las compañías tienen la capacidad financiera o tecnológica para transformarse con la velocidad que exige el nuevo marco regulatorio, lo que amenaza la supervivencia de pequeñas y medianas empresas del sector.
Inseguridad en carreteras
En la parte social, el presidente de la Cámara Alimenticia destacó la afectación que ha sufrido el sector por el robo al transporte de carga en las carreteras.
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“Los productos que más se roban son los que no necesitan cadena de frío para su conservación; se roban los productos que no necesitan de ese escenario para tener vida de anaquel, y los que son de primera mano para venderse en donde se te ocurra”, indicó el empresario.
Crecimiento marginal
Frente a este escenario que combina presiones fiscales, regulatorias y de seguridad, el dirigente industrial anticipó que al cierre del presente año, la industria alimenticia de Jalisco tendrá un crecimiento de apenas un dígito.
“De acuerdo con la CONCAMIN que el la Confederación Nacional de Cámaras Industriales, de enero a octubre de este año, la industria de los alimentos en general, sí registró un crecimiento marginal del 1.4% en comparación con el mismo período del año anterior. Es un crecimiento de un solo dígito, ya no es un crecimiento a doble dígito como estábamos acostumbrados”, puntualizó.
Cortesía de El Economista
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