Crecimiento sectorial de las telecom en inestabilidad económica en 3T-2025

El dinamismo del sector de telecomunicaciones en México durante el tercer trimestre de 2025 (3T-2025) dio muestra de su resilencia frente al continuado deterioro de la actividad económica en México.

La contracción de 0.3% en el PIB, tanto en su comparativo anual como trimestral, dejó ver un entorno marcado por la baja inversión productiva, el rezago industrial y la persistente incertidumbre internacional.

En el marco de este escenario, el sector de telecomunicaciones vuelve a posicionarse como una fuerza muy dinámica del conjunto de la economía digital del país.

Crecimiento en medio de la adversidad. Los ingresos del sector alcanzaron $155.8 mil millones de pesos (mmp), un aumento anual de 3.5%. Esta expansión resulta especialmente significativa si se contrasta con el retroceso generalizado de la actividad económica.

El motor de esta evolución favorable volvió a ser el segmento móvil, que registró ingresos por $94.9 mmp y un crecimiento anual de 5.7%, sustentado tanto en la mayor contratación de líneas (6.9% más), como en el incremento sostenido del consumo de datos móviles, que promedió 6.4 GB mensuales por usuario.

En contraste, el segmento fijo mantuvo ingresos por $25.2 mmp, sin registrar variación respecto al año previo. La estabilización del mercado residencial y la baja dinámica en los servicios empresariales explican este estancamiento, que marca un punto de inflexión después de varios trimestres de recuperación.

La televisión de paga y los servicios convergentes aportaron $35.7 mmp y crecieron apenas 0.7% anual. La pérdida continua de suscriptores en TV restringida se ha compensado parcialmente con la mayor relevancia de la banda ancha dentro de los empaquetamientos, una señal de que el valor en este segmento se ha desplazado de los contenidos lineales hacia la conectividad fija.

Esencialidad de la conectividad. La capacidad del sector para crecer mientras el resto de la economía retrocede no es un fenómeno coyuntural, sino la manifestación de una transformación estructural y de hábitos sociales y de consumo.

La conectividad, tanto fija como móvil, opera hoy como un insumo transversal que sostiene actividades productivas, educativas y administrativas. En un entorno adverso, personas, hogares y empresas tienden a ajustar sus decisiones de consumo, pero la conectividad se mantiene como un gasto ineludible.

A esto se suma un impulso competitivo que continúa presionando a los operadores a mejorar sus ofertas y expandir su cobertura. La adopción masiva de servicios digitales, la necesidad de acceso continuo a plataformas de comunicación y la creciente digitalización de procesos económicos, explican que el sector mantenga un dinamismo superior al del resto de la economía.

Condiciones regulatorias y expectativas hacia 2026. Si bien el sector ha mostrado capacidad de resistencia, su desempeño futuro dependerá de forma creciente de las condiciones regulatorias y de inversión.

El tránsito hacia 2026 plantea retos importantes: estimular la expansión de redes, enfrentar el incremento sostenido en la demanda de datos y garantizar que los operadores cuenten con condiciones que favorezcan la inversión de largo plazo.

La revisión del régimen de derechos del espectro radioeléctrico es uno de los elementos críticos, especialmente en un país en el que los costos asociados al espectro representan una de las cargas más elevadas para los operadores móviles.

La capacidad de México para avanzar hacia una infraestructura más robusta y un escenario de competencia efectiva dependerá de su habilidad para corregir estos obstáculos.

Así, la eliminación de barreras operativas, el fortalecimiento del marco regulatorio y la reducción de costos estructurales serán esenciales para impulsar la trayectoria ascendente del sector en el mediano y largo plazos.

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Cortesía de El Economista



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