
El Instituto Baker propuso establecer un mecanismo trilateral de control de inversiones chinas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para dar certidumbre a México en estos flujos de capital.
“La Inversión Extranjera Directa china en México (donde, a diferencia de Estados Unidos y Canadá, actualmente no existe un mecanismo de control) merece atención, quizás a través de algún tipo de mecanismo trilateral sólido. Dicho control de inversiones ayudaría a México a abordar cualquier riesgo asociado con las inversiones chinas propuestas para México”, dijo.
Con base en Houston Texas y considerado uno de los centros de investigación más influyentes de Estados Unidos, el Instituto Baker hizo esta recomendación como parte de una serie de propuestas enviadas a la Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR), al participar en las consultas sobre la revisión del T-MEC.
Las estimaciones de la IED china en México varían ampliamente. Según el Instituto Baker, alcanza 15,000 millones de dólares, un monto que supera con creces las cifras oficiales del gobierno mexicano hasta 2024 de aproximadamente 2,000 millones de dólares. Pero esta cifra representa menos de 10% de la IED estadounidense estimada en México, que es de 145,000 millones de dólares.
Las llegadas a México de IED china serían mayores si la inversión prevista de 2,000 millones de dólares del fabricante de automóviles chino BYD no se hubiera pospuesto (aunque recientemente la marca ha dado señales de revivir el proyecto).
Adicionalmente, el Instituto Baker coincidió con expertos de Estados Unidos en que se deben tomar medidas para dificultar o imposibilitar que México, y en menor medida, Canadá, sean utilizados como puerta trasera de entrada de productos al mercado estadounidense.
“Se debe monitorear la inversión china en México. Esto es esencial en lo que respecta a los ‘vehículos conectados’, chips, suministros médicos y otros productos que plantean preocupaciones de seguridad nacional”, dijo en una carta dirigida a la USTR.
En el caso de otros bienes, reconoció la importancia de abordar el transbordo de productos chinos, particularmente a través de México, hacia Estados Unidos. “Es fundamental contar con reglas claras sobre qué constituye transbordo, tanto para las partes interesadas como para las agencias reguladoras estadounidenses”, instó.
Dentro del T-MEC, esto podría ser un asunto menos complejo que con muchos países asiáticos, ya que las exportaciones a Estados Unidos que cumplan con las reglas de origen del T-MEC quedarían automáticamente exentas de cargos por transbordo, salvo que se justifiquen excepciones específicas.
Un ejemplo importante de la necesidad de equilibrio se encuentra en las reglas de origen automotriz vigentes en el T-MEC. Estas reglas permiten la incorporación de piezas y componentes no norteamericanos, generalmente de la Unión Europea, Corea del Sur, Japón o China, hasta 25% del valor del vehículo.
“(Estas reglas) reconocen que en 2018, como hoy, algunas piezas y componentes simplemente aún no están disponibles en América del Norte, a pesar de los recientes avances en materia de nearshoring y reshoring”, agregó.
Por otro lado, sugirió que el T-MEC se beneficiaría de un nuevo capítulo que abarcaría, entre otros aspectos, la eliminación de aranceles, la armonización regulatoria, la cooperación en el almacenamiento y procesamiento de minerales de tierras raras y materiales relacionados, así como su procesamiento, junto con la protección contra la expropiación para los inversores extranjeros interesados.
Si bien el gobierno de Estados Unidos ya se centra en el aumento de la producción mineral estadounidense, un asunto que también se abordó recientemente en el acuerdo comercial con Malasia, considerarlo desde una perspectiva norteamericana presenta ventajas obvias, brindando oportunidades mineras potenciales en México y Canadá, así como en Estados Unidos.
“Si el objetivo es reducir dicha dependencia de China lo antes posible, será deseable trabajar con aliados cercanos como México y Canadá, aunque algunos minerales estén disponibles en territorio estadounidense. Además, la extracción de minerales es compleja y requiere la experiencia metalúrgica de empresas mineras estadounidenses y de otras partes del mundo”, dijo.
Las recomendaciones del Instituto Baker de cara a la revisión del T-MEC:
- Algunos de los indicadores y metas planteados en la PNIF 2025-2030 son los siguientes:
- Mecanismo trilateral de control de inversiones chinas, lo que daría mayor certidumbre y ayudaría a gestionar riesgos asociados a estas inversiones.
- Monitoreo de inversiones chinas en sectores estratégicos como vehículos conectados, chips o suministros médicos.
- Propone tomar medidas para imposibilitar que México y Canadá sean utilizados para introducir productos chinos al mercado estadounidense.
- Insta a definir con precisión qué constituye transbordo de mercancías para facilitar la labor de las agencias reguladoras y las partes interesadas.
- Destaca la importancia de mantener reglas que permitan la incorporación de hasta un 25% de componentes no norteamericanos en vehículos, reconociendo que algunos insumos aún no se producen en América del Norte.
- Sugiere añadir un capítulo al T-MEC que incluya la eliminación de aranceles, armonización regulatoria, cooperación en almacenamiento y procesamiento de minerales de tierras raras.
- Recomienda que México, Canadá y EU colaboren para reducir la dependencia de China en minerales estratégicos.
Cortesía de El Economista
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