Las pymes tienen un dilema: aceptar pagos con tarjeta a pesar de las comisiones o perder beneficios

Marisol, dueña de una tienda de abarrotes en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, decidió volver a aceptar pagos con tarjeta en su negocio, luego de suspenderlos durante varios meses debido a que algunos depósitos no se reflejaban de manera adecuada; una situación que ejemplifica uno de los problemas que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (PyMES) en México rumbo a la bancarización digital.

Así lo refiere el presidente de la Alianza de Pequeños Comercios (Anpec), Cuauhtémoc Rivera, quien enlista los desafíos de los propietarios que sí desean diversificar los métodos de pago, pero se enfrentan a altas comisiones; en promedio, los negocios que sí reciben pagos con tarjeta cobran 5% de comisión, lo que genera un debate sobre quién debe absorber este costo.

La práctica de trasladar este costo al cliente al decir “si quieres pagar con tarjeta no hay problema, pero te voy a agregar lo que me cobras” es común, aunque se considera una práctica indebida, de acuerdo con la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC).

“El proveedor deberá informar de forma notoria y visible el monto total a pagar por los bienes, productos o servicios que ofrezca al consumidor. Dicho monto deberá incluir impuestos, comisiones, intereses, seguros y cualquier otro costo, cargo, gasto o erogación adicional que se requiera cubrir con motivo de la adquisición o contratación respectiva, sea ésta al contado o a crédito”, detalla la ley.

Sin embargo, los clientes pueden reportar esta práctica y, en algunos casos, el banco tiene la política de regresar la comisión al cliente y cobrarle al negocio, explica Salvador Rotter Aubanel, integrante de la Comisión de Desarrollo de investigación Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México.

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Alianza Anpec – BBVA

Cuauhtémoc Rivera explica que en México solo 15% de los 1.2 millones de comercios acepta pagos con tarjeta, lo que muestra que los bancos no están pensados para apoyar a la economía social.

Sin embargo, la Anpec logró marcar una pauta al firmar un convenio con la institución financiera BBVA, el cual permite a sus afiliados pagar una comisión de 0.80% a 0.85% por el cobro con tarjeta, un monto que el comerciante puede pagar “tranquilamente” por ser “bastante marginal” y “muy chiquita”. A raíz de este convenio, el 10% de los afiliados avanzó en la adopción de pagos electrónicos.

“Esto marcó una pauta; otros bancos están a la expectativa de eso porque ahí está la muestra, sí se puede bajar la comisión y no pasa nada y los banqueros más incluso de ofrecer la oportunidad a la gente que tenía fuera de la banca”, explicó.

Muchos pequeños y medianos comercios ya aceptan pagos con tarjeta con lo amplían sus métodos de pago.
(Foto: iStock )

La alianza permite a los integrantes de la Anpec que tienen cuenta en BBVA cobrar a todos sus clientes con cualquier tarjeta de crédito o débito con una tasa preferencial del 0.85% contra el 2.50% de tasa para clientes sin convenio, de acuerdo a lo que se estipula en la página del banco .

El líder de la Anpec considera que los bancos solo dirigen su mirada a quienes tienen perfiles crediticios altos y dejan fuera a personas que consideran con mayor riesgo crediticio.

“Lo que están perdiendo es que mucha gente del país no accede a la banca y por tanto eso los deja en una situación de exclusión financiera muy fuerte”, asegura en entrevista con Expansión.

Otro punto en contra para los dueños de PyMes es la conectividad, pues el acceso a internet, sobre todo en zonas rurales y menos urbanizadas; un ejemplo son algunas zonas de Zacatecas y Chihuahua, mientras que la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Puebla y Mérida, son las que presentan mayor crecimiento en la bancarización, de acuerdo con Cuauhtémoc Rivera.

“Me dieron otra terminal más accesible y el beneficio del pago con tarjeta es que ya casi nadie carga efectivo y al venir por una cosa y ver que tienes pago con tarjeta se llevan más cosas”, comparte Marisol, quien está dentro de una zona considerada como urbanizada.

Inseguridad y ciberseguridad

El temor a ser víctima de un robo y cargar efectivo en vez de las tarjetas bancarias también inhibe la bancarización digital en los negocios; el tema de la ciberseguridad es otro punto.

“Hay mucha desconfianza en las operaciones bancarias porque se documentan muchos casos de fraudes, cargos indebidos y demás. No hay una certidumbre de que los candados que tienen los bancos para evitarlos funcionen al 100% y de alguna forma esto llega a la gente y la gente termina por tener desconfianza de este sistema.

El líder de la Anpec asegura que muchos integrantes necesitan capacitación en el uso de estas herramientas bancarias debido a que un alto porcentaje no es nativo digital, por lo que el gobierno y los bancos también deberían atender este aspecto.

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Los ciberfraudes frenan el uso de tarjetas en los pequeños y medianos comercios. / La imagen es ilustrativa.
(Foto: Jimena Zavala)

¿Qué pasa con las PyMes que no se bancarizan digitalmente?

Las tiendas de barrio y pequeños negocios que prefieren recibir solo efectivo se están perdiendo de tener un historial que les facilite el acceso a financiamiento. Esto incluye la posibilidad de obtener créditos blandos (tasas bajas) operados por instituciones de segundo piso o banca de desarrollo.

“Como no tengo historial, no tengo un nivel de recursos que sirva de base para que le dé al banco la posibilidad de saber si tengo capacidad de pago, pues no me permite entrar al desarrollo de la competencia con los demás negocios”, explica el contador a Expansión.

Además, quedan vulnerables a caer en redes de préstamos informales, como los préstamos gota a gota, que cobran altos intereses.

Para las PyMes, especialmente durante los dos primeros años cruciales para su consolidación, lo mejor que pueden hacer es bancarizarse desde el principio para ir creando un historial y demostrar capacidad de pago.

De acuerdo con un estudio global de Nuvei realizado en colaboración con Edgar, Dunn & Company, la experiencia de pago se convirtió en un factor determinante para la competitividad de los comercios y un factor decisivo en la relación entre comercios y consumidores en los próximos años.

“Los rechazos de tarjeta podrían generar pérdidas de hasta 117 mil millones de dólares a nivel global en 2025, un problema que impactará de lleno en los ingresos y en la fidelidad del consumidor. Ante un fallo de pago, 13% de los usuarios cambia de proveedor y 5% abandona la compra por completo, lo que evidencia la fragilidad de la conversión en entornos digitales”, detalla el estudio.

Modernizar los sistemas no solo representa un avance tecnológico, sino una apuesta estratégica para fortalecer la competitividad del comercio en México, sentencia Nuvei.

Cortesía de Expansión



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