
San Pascualito Rey anunció su concierto de despedida en Guadalajara, programado para el 29 de noviembre como parte del cierre de su vigésimo quinto aniversario. La fecha marcará el final de un ciclo iniciado en 2000 y que, de acuerdo con su vocalista Pascual Reyes, concluye en términos claros para todos los integrantes.
En conversación con EL INFORMADOR, Reyes explicó que la decisión llegó acompañada de emociones encontradas. “Es un sentimiento ambivalente, por un lado satisfechos del trabajo que hemos hecho a lo largo de 25 años, como una misión cumplida. Y por otro lado, triste, porque ver la gente literalmente en los shows llorando, los mensajes que diario nos han estado mandando, platicando anécdotas de cómo la música de San Pascualito Rey les ayudó en tal situación o que los acompaña desde tal fecha, etcétera. Es una dualidad rara, pero creo que la estamos cerrando muy bien”.
El vocalista recalcó que la separación no responde a conflictos internos. “Normalmente cuando una banda acaba es porque ya no se llevan los integrantes, absolutamente eso no está pasando ahora”, aseguró. Por el contrario, considera que la relación con el público ha revelado dimensiones que no habían contemplado del todo. “La gente se acerca enseñándonos sus tatuajes de San Pascualito Rey. La verdad, no sé cómo sean con otras bandas, pero la gente que sigue a San Pascual es muy leal, muy entregada y muy apasionada”, comentó.
Sobre las razones que llevaron al anuncio del parón, señaló que existen varios factores acumulados. Uno de ellos es la carga de trabajo fuera del escenario, que recaía casi por completo en él. “Hay un trabajo de escritorio que se tiene que hacer para que nos puedas ver en un show, y ese trabajo yo era el único que lo llevaba… junto con mi equipo de management, pero es un trabajo de diario”. A esto se suman las entrevistas: “El 90% me las echaba yo”.
Otro aspecto decisivo tiene que ver con las condiciones actuales de la industria musical, especialmente en lo referente a la operación de foros. Reyes describió un escenario en el que los costos se han incrementado de manera constante. “Casi casi ni te ponen catering ni aguas… te rentan el cascarón y luego el colmo es que tienes que pagar los impuestos que ellos deberían pagar. Y además una cuota a la sociedad de autores, yo tengo que pagar para tocar mis canciones”.
De igual manera, aseguró que la situación no es exclusiva de México. Citó el caso de Garbage y James Blake como ejemplos de afectaciones globales. “A raíz de la pandemia muchas condiciones con los foros han cambiado y ya no es tan fácil subirte a la van y vámonos”, dijo. A ello se agrega el incremento de gastos logísticos. “Súbete a 13 cuates a una van con viáticos, hoteles, etcétera… cada vez es más difícil”.
Junto con estos factores, reconoció un deseo personal de explorar otros territorios creativos. “Tengo la inquietud de hacer música desde otro lugar, con otros instrumentos, otros géneros, otra sonoridad. La mezcla de todo me llevó a tomar la decisión”.
El concierto en Guadalajara será parte del cierre oficial de la gira, y se perfila con un setlist amplio. La banda ha ofrecido presentaciones de hasta cuatro horas en situaciones permitidas por el recinto. Sobre ello, Reyes explicó: “Definitivamente es complicado sintetizar 25 años en tres horas. Acabamos de tocar en el BlackBerry de CDMX y nos echamos tres horas y media. Es un equilibrio entre rolas que a fuerza tenemos que tocar y rolas que queremos tocar nosotros”.
La revisión de repertorio también incluye un esfuerzo por no repetir la mayor parte de canciones tocadas en visitas anteriores. “Siempre que regresamos a un lugar checamos el último playlist, tratamos de que no toquemos la mayoría lo mismo”, apuntó. En caso de que el lugar lo permita, podrían extender la presentación. “Si el municipio y demás lo permiten, nos podemos seguir hasta cuatro horas si la gente lo aguanta”.
Para la banda, Guadalajara mantiene un significado particular. El cantante recordó su primera visita. “La primera vez que fuimos a tocar lo hicimos en Chapultepec en un festival a mediodía y en la noche, era pequeño, pero estaba abarrotado. Para ser nuestra primera vez, nos fue muy bien”. Desde entonces, afirmó sentir la ciudad como un espacio cercano. “Guadalajara la considero mi segunda casa”.
El cierre del proyecto como tal no implica el fin de la música de Pascual Reyes, quien continuará activo en otros formatos. Lo que permanece, señaló, es la obra creada por la banda en estos 25 años. “Ahí está la música… habrá gente que apenas nos vaya descubriendo. Lo importante es que esté ahí para acompañar en la vida, en los buenos y en los malos momentos”.
SV
Cortesía de El Informador
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