En un panel de FIL Pensamiento, la rectora general de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter; la alcaldesa de Guadalajara, Verónica Delgadillo; e Irma Erendira Sandoval, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincidieron en una sentencia que cuestiona el rol de la mujer en los puestos de toma de decisiones: ellas llegaron para reconfigurar el sistema.
Arcaico y construido por y para hombres, las mujeres en el poder deben reescribir, repensar y cambiar, desde lo que ya existe, las formas de gobierno que rigen a la sociedad.
El ejercicio reflexivo, hasta filosófico, comenzó con la pregunta central propuesta por la moderadora, la defensora de los derechos universitarios de la UdeG, Erika Loyo: ¿qué significa que llegue una mujer al poder? El diálogo partió de la premisa que México atraviesa un momento histórico, donde cada vez más mujeres ocupan puestos de toma de decisiones ejecutivas: la presidencia de la República, la Fiscalía del país, secretarías de gobierno, alcaldías, rectorías…
Planter Pérez anotó que la llegada significa un intento de reconfigurar un sistema en el que la autoridad, la inteligencia, la racionalidad y la conducción pública eran atributos meramente masculinos. Sin embargo, construido a lo largo de siglos, es imposible cambiarlo inmediatamente.
“La legitimidad femenina no nos fue concedida: es algo que hemos tenido que trabajar, es algo que nos hemos tenido que ganar. Llegar como agentes de transformación es un tema fundamental y desmontar los entramados de distribución de poder es otra tarea en la que fuimos excluidas históricamente”, afirmó.

Agendas como cuidados, igualdad sustantiva, participación comunitaria, prevención de la violencia y salud mental han sido temas puestos en la agenda pública por mujeres, aseguró, y enfatizó que no se busca desplazar a los hombres, sino formar un sistema común y verdaderamente igualitario. El sentido fundamental, dijo, es cambiar la lógica que ha gobernado las relaciones entre hombres y mujeres.
La rectora también reconoció que las mujeres en el poder son “herederas” de las que lucharon y nunca fueron nombradas. Las que sufrieron y pagaron, incluso, con su vida por una sociedad más justa. Por ello, su llegada a la Rectoría General de la UdeG es un reconocimiento colectivo, y así ha tomado decisiones al frente de la casa de estudios: escuchando a las y los recotores a fin de llegar a determinaciones en conjunto.
Alcaldesa tapatía llama a transformar los códigos del poder y visibilizar las agendas de las mujeres
Por su parte, la alcaldesa tapatía tocó un tema central: la llegada de las mujeres al poder no garantiza que las agendas antes invisibilizadas sean ahora prioridad. Es decir, en sí mismo su arribo a la toma de decisiones no significa que las cosas serán diferentes.
Recalcó que el sistema se ha regido por códigos masculinos, sin que necesariamente signifique construidos e impuestos por hombres. De ahí la necesidad de replantear las formas de convivencia.
“Nuestra llegada tiene que ser para cambiar los códigos y las reglas, enriqueciendo lo que ya existe. No se trata de sustituir, se trata de evolucionar, de construir juntos, de cambiar […]. Esa oportunidad es vivir nuevos códigos, visibilizar nuestras agendas y encontrar nuevos caminos para resolver los retos que tenemos como sociedad”.

La ex senadora de la República recordó que su entrada en la política estuvo marcada por ser la única mujer en un mundo ampliamente dominado por hombres, donde sufrió las violencias que sufren las mujeres en un entorno del que, siempre, habían sido excluidas.
Sin embargo, con la llegada de nuevas compañeras, procuró fomentar un ambiente de mayor cooperación y solidaridad entre ellas, a fin de facilitar su entrada en la política. Ahora como alcaldesa, indicó, busca trabajar para mejorar el presente de las mujeres con políticas públicas, presupuesto y mecanismos que acompañen la toma de decisiones.
Investigadora de la UNAM advierte que la llegada de mujeres al poder no garantiza cambios reales
Por último, la investigadora de la UNAM apuntó que existen violencias y opresiones distintas para cada mujer, pero pueden encontrarse “puentes” a fin de lograr la sororidad: hermandad entre mujeres.
Puntualizó en el momento histórico que atraviesa el país. “Eso lo tenemos que tomar como una gran esperanza porque es muy importante esta llegada, pero estoy absolutamente de acuerdo con no dormirnos en los laureles y decir que la llegada garantiza agendas y el liderazgo de agencias que promueven agendas locales consigue todo”.
EE
Cortesía de El Informador
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