Entre béisbol, literatura y Guadalajara, Padura celebra su trayectoria en la UdeG


La Universidad de Guadalajara otorgó el grado de Doctor Honoris Causa a Leonardo Padura Fuentes, distinción que el escritor cubano recibió en el Paraninfo Enrique Díaz de León, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. El reconocimiento fue concedido, según la institución, por una obra que ha sabido dialogar con las transformaciones de su tiempo y por haber convertido la literatura en un ejercicio de libertad.

La ceremonia inició con una revisión sintética de su trayectoria: nacido en 1955 en una familia de origen humilde, Padura creció en un ambiente marcado por los cambios de la Revolución cubana. Su afición temprana al béisbol (que pensó sería su destino profesional) terminó conectándolo con la escritura, después de estudiar Filología Hispánica en la Universidad de La Habana. Desde su barrio de Mantilla, su literatura se formó en una intersección entre la novela norteamericana, la tradición hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX y el periodismo narrativo.

Padura inició su discurso recordando esa primera aspiración juvenil que nunca se cumplió. “Durante los primeros 18 o 20 años de vida lo que más añoré fue tener una medalla, ganarme una medalla como jugador de béisbol. Y ahora estoy ganando medallas como escritor. Es un destino que yo no esperaba y que ha sido tan satisfactorio, en muchos sentidos”, expresó visiblemente conmovido.

LEE: “Para escribir hay que vivir”: Elísabet Benavent presenta ‘Esnob’ en la FIL

 EL INFORMADOR / J. ACOSTA
EL INFORMADOR / J. ACOSTA 

Padura agradeció a la Universidad de Guadalajara, a su rectora general, Karla Planter, y a Dulce María Zúñiga, Rectora del CUCSH y responsable del proceso académico que respaldó la distinción. Habló con amplitud de su relación con México y, en particular, con Guadalajara, vínculo que definió como constante, duradero y determinante para su desarrollo literario. “La universidad me hace este reconocimiento que le agradezco tremendamente, pero esta cantidad de amigos que están hoy aquí… gente con la que trabajo, con la que tengo relación desde hace años, hace que me cueste trabajo pensar que ese soy yo del que han dicho cosas que ustedes han aplaudido”, dijo.

El escritor recordó su primera visita a Guadalajara, en 1990, para un encuentro de narrativa coordinado por las áreas de difusión cultural de la UNAM y la UdeG. En esa época, sin saberlo, sería en esta ciudad donde se definiría un giro profundo en su carrera. Rememoró que al año siguiente, 1991, atravesó una experiencia decisiva: haber ganado un concurso de novela en Cuba que después fue declarado desierto por razones institucionales. Esa obra, que quedó temporalmente sin destino, encontró su camino gracias a un encuentro casual.

El escritor relató que Paco Ignacio Taibo II, tras leer la copia mecanografiada de la novela, decidió publicarla dentro de una colección de novela negra de la editorial de la Universidad de Guadalajara. Padura recordó su sorpresa al ver el ejemplar impreso de Pasado perfecto.

EL INFORMADOR / J. ACOSTA  
EL INFORMADOR / J. ACOSTA  

“Me dijo Paco: ‘Mira lo que tengo aquí’, y me dio un ejemplar impreso de mi libro. Fue una conmoción. Aquella edición tenía erratas hasta en la mirada, (exclamó entre risas) en la contratapa decía ‘Pandura’, pero esa la novela existió y fue muy importante”, aseguró.

La publicación del libro marcó el origen del personaje Mario Conde y consolidó un puente literario que perdura hasta hoy entre el autor del y la ciudad. Contó también que Guadalajara se ha convertido en escala obligada cuando realiza actividades en México, tanto por la comunidad de lectores que lo acompaña como por razones prácticas de salud debido a la altura de otras regiones. “Creo que ya lo he convertido en un pretexto, porque lo que me gusta es venir a Guadalajara y estar con los amigos que tengo acá”, señaló.

Durante la ceremonia, Padura subrayó que este doctorado no lo interpreta como un reconocimiento únicamente a su obra, sino como una forma de celebrar la fidelidad que ha mantenido con la universidad y con la ciudad desde hace más de tres décadas. Destacó que es su cuarto doctorado honorífico (tres de ellos en México) y reconoció el papel que el país ha tenido en su consolidación literaria.

“México sigue siendo un referente para mi trabajo, para mi carrera. Todas esas cosas que se han dicho aquí, México tiene mucha culpa de que me hayan pasado y de que yo haya podido hacerlas”, afirmó.

En su discurso, Padura también recordó a amigos, editores, académicos y diplomáticos presentes, incluido Miguel Díaz Reynoso, a quien definió como “un embajador cómplice”. Hizo una referencia humorística al objeto que suele acompañarlo en ceremonias. Cometí un error imperdonable: no traje conmigo la pelota de béisbol que llevo a estas cosas. Lo único que puedo poner por acá es una caja de cigarrillos cubanos populares. Esto es lo que me acompaña de Cuba esta tarde”.

Te puede interesar: ECOS Jalisco ofrecerá concierto navideño gratuito

EL INFORMADOR / J. ACOSTA  
EL INFORMADOR / J. ACOSTA  

Dulce María Zúñiga Chávez, rectora del CUCSH, destacó la capacidad del escritor para convertir los materiales de la memoria y la historia en narrativa. Subrayó la dimensión ética de su trabajo. “Celebramos al escritor que ha sabido transformar la memoria, la historia y el desencanto en una materia literaria de alta dignidad estética. Celebramos también al hombre que nos recuerda que la literatura no solo narra el mundo: lo cuestiona, lo ilumina y lo redime”.

Zúñiga agregó que el reconocimiento simboliza un puente intelectual entre Cuba y México, sustentado en la resistencia del pensamiento y en la fidelidad a la palabra. “Este reconocimiento trasciende el ámbito literario: representa un acto de afinidad ética e intelectual”, afirmó.

La rectora general de la UdeG, Karla Planter Pérez, recordó que la relación de Padura con la universidad comenzó justamente en 1991 con la publicación de Pasado perfecto. Señaló que la institución reserva su máximo reconocimiento para figuras que han contribuido a la vida intelectual iberoamericana y subrayó la cercanía del autor con la FIL Guadalajara. “El doctor Padura no es un visitante casual; es un amigo entrañable y un pilar fundamental de esta casa de estudios”, expresó.

Planter destacó que en 2020 la FIL otorgó a Padura la Medalla Carlos Fuentes, y que este año volvió a la casa de estudios para dictar una conferencia magistral en la Cátedra Julio Cortázar. Concluyó recordando la relevancia del detective Mario Conde en la literatura latinoamericana contemporánea.

La frase:

“Con este son ya cuatro Honoris Causa que recibo, tres en México (Universidad Autónoma de Juárez de Tabasco, Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Católica de Lima, Perú), pero ninguno en Cuba”.

*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp aquí: https://whatsapp.com/channel/0029VaAf9Pu9hXF1EJ561i03  

MV

Cortesía de El Informador



Dejanos un comentario: