
El mercado de valores en México es débil y ha permanecido deprimido en los últimos años. Bajo este contexto, la implementación de la nueva legislación de valores es vista como un esfuerzo crucial para inyectar dinamismo, siendo considerada un mecanismo que al parecer está bien planificado.
Luis Hernández Rangel, director general de Actinver, comentó que a pesar del optimismo, el efecto de la nueva legislación es aún “incipiente”.
Para que la ley logre elevar al mercado al siguiente nivel, se requiere un trabajo considerable y constante por parte de los intermediarios financieros y bursátiles.
Entre las tareas que resaltó es seguir promocionando y buscando maneras de promover estos mecanismos, explicar las “bondades” y la importancia de la ley y asegurar que las empresas pequeñas y medianas realmente obtengan la visibilidad necesaria para poder acceder al financiamiento.
Hernández consideró que la nueva legislación se suma a algunas señales positivas recientes en el mercado, como la colocación importante que se registró por primera vez después de ocho años, llevada a cabo por uno de los clientes más grandes, Fibra Uno o Fibra Next.
“Existe la esperanza de que la implementación del nuevo programa y la tendencia positiva observada en 2025 continúen generándose. Esperamos que esta legislación contribuya a que el 2026 sea un año de algunas consolidaciones y algunas fusiones. El optimismo radica en que esta tendencia positiva siga firme”. agregó.
Avizoran inicio de año complicado
El director general de Actinver consideró que en el 2026, la incertidumbre y la volatilidad seguirán presentes en los mercados bursátiles.
“La volatilidad se mantendrá, impulsada por los acomodados geopolíticos actuales y los acuerdos comerciales. Un factor importante que generará esta volatilidad es la variable de la revisión del tratado de libre comercio (T-MEC), a la cual hay que estar muy atentos”, aseveró.
Dada esta perspectiva, recomendó a los participantes del mercado tener cautela.
“Es fundamental escuchar a los expertos, buscar tendencias a mediano y largo plazo, y no tomar decisiones apresuradas, ya que la volatilidad actual hace probable que las decisiones aceleradas no sean las mejores. El objetivo debe ser generar un juicio estudiado e inteligente para tomar decisiones inteligentes también”, dijo.
Cortesía de El Economista
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