Dreams tiene sexo, amor, inmigración ilegal y una descomunal Jessica Chastain

Una relación amorosa puede ser sexual, y una relación sexual no tiene por qué ser amorosa. Así lo entienden, juntos o por separado, los protagonistas de Dreams: Sueños, lo nuevo del mexicano Michel Franco, que tiene en Jessica Chastain el imán para atraernos al cine.

Es que la intérprete de La noche más oscura, El ángel de la muerte y que ganó su único Oscar por su interpretación menos recordada, la de Los ojos de Tammy Faye (casi nadie vio la película), cuando está en la pantalla, nos hace olvidar de todo el resto.

Y todo el resto es mucho. Chastain es Jennifer, hija de un empresario multimillonario y ella misma una mujer con clase y dinero, que no es ciertamente lo mismo. Y Fernando (Isaac Hernández, que es bailarín en su vida real e interpreta aquí a un bailarín) es un joven que ingresa ilegalmente a los Estados Unidos desde México. Cuando llegue a San Francisco, entra a una casa puro lujo. Y cuando uno imagina lo peor, esto es, cuando Jennifer lo vea, ella lo recibe con un beso de lengua y terminan en la cama.

Seguramente no era lo que el público esperaba.

Dreams, un título que se verá tiene más de irónico que de esperanzador, puede y permite tener varias lecturas. La de la inmigración ilegal, la del poder del dinero, el status y, no precisamente al final, la del amor y el sexo de la que hablábamos al comienzo.

Que puede ser la más atractiva de todas, la más humana, si se quiere.

Fernando y Jennifer se conocieron por una de esas acciones filantrópicas que tienen los millonarios estadounidenses fuera de su país. El, ya dijimos, es bailarín, y ella apenas lo ve casi que se babea. Tal vez él sienta algo más por esa mujer que podría doblarlo en edad. Ella entiende que el hechizo llega hasta allí. Podrá hacer alguna locura, pensar que podrán vivir juntos en México, pero cómo explicarle a su familia esa relación “desigual” desde varios puntos de vista, la principal, clasista.

El director Michel Franco es un nihilista de la primera hora. Un cineasta para quien la bondad humana probablemente no exista, o si un personaje tiene algo de generosidad o benevolencia ¡zas!, seguramente esté ocultando su costado oscuro, el que más temprano que tarde va a relucir, a salir a la luz.

Lo demostró en Después de Lucía, en Nuevo orden. Los fans del realizador, que es más mimado en Cannes y en Venecia que en su propia tierra, y aquí en la Argentina sus trabajos suelen verse en festivales más que en pantallas comerciales, no saldrán defraudados de ver Dreams.

Para quienes se acerquen por primera vez a su cine, el desconcierto inicial podrá cautivarlos o alejarlos. Como sea, esperen, aguarden al final de la película. Es allí donde la brisa se convierte en torbellino, y de ahí se pasa al ciclón, con una Jessica Chastain desatada.

Drama. México / Estados Unidos, 2025. 98’, SAM 16. De: Michel Franco. Con: Jessica Chastain, Isaac Hernández, Rupert Friend. Salas: Cinemark Palermo, Hoyts Abasto y Dot, Cinépolis Recoleta, Pilar y Avellaneda, Showcase Belgrano, Norcenter, Haedo y Rosario.

Cortesía de Clarín



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