
El Banco Central Europeo (BCE) propuso ayer 11 de diciembre, simplificar las normas para los prestamistas de la región con el fin de ayudarles a competir a nivel internacional, pero insistió en que la medida no debilitaría las barreras destinadas a prevenir crisis.
Europa ha estado bajo presión para flexibilizar una compleja red de regulaciones debido al temor de que sus bancos se queden aún más rezagados con respecto a sus ya dominantes rivales estadounidenses, ya que la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, busca recortar las normas en la principal economía del mundo.
Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, afirmó que las propuestas, que se presentarán al ejecutivo de la Unión Europea (UE) para su consideración, tienen como objetivo proporcionar “un marco más sencillo y empezar a reducir cargas innecesarias”.
Sin embargo, durante una rueda de prensa, subrayó que “los esfuerzos de simplificación deben mantener la resiliencia de los bancos. Y por resiliencia de los bancos nos referimos al nivel de capital”.
Una propuesta clave es simplificar las normas actuales que regulan los requisitos de capital de los bancos, introducidas tras la crisis financiera mundial del 2008-2009.
Esto supondría fusionar varios tipos de reservas de capital que los bancos deben mantener actualmente, reduciéndolas a solo dos.
Las normas para los bancos más pequeños se flexibilizarían “de manera prudente”, según las ideas expuestas por el banco central para los 20 países que utilizan el euro.
El BCE también pidió que se simplifiquen las pruebas de resistencia a las que hoy se someten los bancos en toda la UE y que se flexibilicen los requisitos de información.
Cortesía de El Economista
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