El regreso de La Charo, la chaqueña que deslumbró a Rosalía con su bonete guaraní, canto indígena de folklore y base electrónica

Ocurrió a fines del mes pasado: La Charo impactó a la mismísima Rosalía con su música poderosa y look impactante con bonete guaraní y un vestido futurístico de Luz Arpajou, la diseñadora que elige María Becerra para sus shows.

El grupo Cindy Cats estaba tocando en el estadio de Ferro junto a sus acostumbrado despliegue de invitados sorpresa, con la famosa española en una suerte de palco cuando subió la cantante que hizo Carnavalito del duende, del Cuchi Leguizamón, con una mezcla de folklore tocado por sesionistas de rock, pop y jazz, sumado a una base electrónica. Más tarde le hizo llegar su flamante vinilo Areté.

La Charo es nada menos que el nombre artístico de la carrera solista de Charo Bogarín, la artista nacida en Formosa y criada en Chaco, que desde el 2005 deslumbró a la escena local e internacional con el dúo Tonolec, junto a Diego Pérez. Era una época de fusiones nuevas a cargo de músicos como Lisandro Aristimuño, Gaby Kerpel, Tremor y Arbolito.

Charo y Diego apostaron a fusionar el folklore argentino con la música electrónica y el canto en lenguas indígenas como el qom y guaraní. Ganaron un concurso de MTV, grabaron media docena de discos y salieron de gira por el mundo, con escalas en China y Europa.

Hoy La Charo tiene un cuarto disco solista que marca una vuelta a sus orígenes con Tonolec, con sus cantos en lenguas originarias que unen lo ancestral con lo contemporáneo. Trabajó con los productores Juan Sardi y Juan Blas Caballero para volver a incursionar en la sonoridad electrónica tribal después de haber incursionado en terrenos más clásicos.

En guaraní, Areté significa “tiempo verdadero” y cuenta con la participación de las cantoras indígenas Ema Cuañeri, oriunda de Formosa y Carina Carriqueo, oriunda de Bariloche, más samplers de coros de niños guaraníes del litoral argentino. Ambas cantoras estarán presentes este viernes 19 de diciembre en Niceto Club.

Diez días atrás, en una charla con Clarín el mismo día que viajó a Madrid para participar del programa Ibermúsicas, Charo contó detalles de aquel show en Ferro.

“No conocía a los chicos de Cindy Cats, pero unos días antes del concierto me llama Lito Vitale para preguntar si les podía pasar mi contacto: ‘Hay unos chicos jóvenes que son muy talentosos y que te quieren invitar a cantar con ellos’. Le dije que sí porque me encantan las colaboraciones, y más con estas nuevas generaciones que la están rompiendo con su formato, que me parece muy nutritivo”.

Y agrega: “Me llamó primero el cantante, después uno de los productores y me dijo que siempre invitan a alguien de la rama de folclore y les gustaría que hiciera el Carnavalito del duende del Cuchi. Sumé una canción mía y pedí anunciar el concierto del 19 de diciembre. Salió fantástico y encima estaba Trueno, con quien grabé en su disco”.

-No te habían dicho que iba Rosalía.

-Nada. Nadie sabía. Y cuando veo que está, bueno, la tenía enfrente! Después surgió la posibilidad que una persona de Soiny le diera mi vinilo.

-¿Como va a ser el show en Niceto?

-Conseguimos esa fecha hace un mes, porque nos hicieron un lugarcito. Lo que quiero hacer es escalonar, porque ya venía haciendo todos estos años Café Berlín y el Torcuato Tasso, que son para un público de 150 personas. Quería llegar a 300 y me parece relinda la sala con la gente parada. Voy a tocar en un power trío con Lucas Herrero y Juan Sardi. Tratamos de volver a esas épocas doradas de la electrónica, pero con sonidos locales y con el anclaje de las lenguas indígenas, una sonoridad única.

Es una cultura que está viva y tiene elementos nuevos para seguir aportando al cancionero. Por eso este disco tiene un canto que aporta la cantora mapuche tehuelche Carina Carrillo, que investigó el canto de los onas que está en Tierra del Fuego. Yo recopilé la Fonoteca de Arte Sonoro Indígena para el INAMU, un reservorio de cientos de cantos indígenas del territorio argentino.

-¿Qué respuesta tuviste en otros países?

-A ver, los checos están ahora encantados con este disco. Hay gente en Canadá que está al tanto de mi trabajo porque hice conciertos en el Museo de Antropología. Hay gente de Chile, y a Nueva York fui el año pasado a tocar American Society. También en Washington DC fui a bares de 100 personas y al Kennedy Center. ¡Fue fabuloso!

-¿En qué quedó Tonolec?

-Cumplimos 20 años este año y un poco antes nos juntamos con Diego para ver si podíamos retomarlo, nos juntamos y dijimos que mejor dejarlo para más adelante. Por suerte, con él todo fluye. Siempre fue así. Nada forzado. Nada que nos obligue. Somos hermanos así, adorados.

-¿Qu{e recordás de aquellos comienzos?

-De los 20 a los 30 años fui periodista gráfica de El Diario de Resistencia, Chaco. Antes fui bailarina y se me ocurrió cantar a los 19 cuando me compro mi primer micrófono, guitarra y teclado. A los 27-28 años me cruzo con Diego y hacemos esta experiencia que antes deTonolec lo llamamos Laboratorio WAV, donde él desde Córdoba componía las bases electrónicas. Era con nuestra manera de trabajar a la distancia y fue de manera muy fluida. Ganamos el concurso en MTV y vamos a Madrid, donde decimos “Bueno, vamos a ponernos con todo, a componer y a darle forma a esto”. También nos mezclamos con diseñadores y fue uno de los distintivos.

Lo que quiero hacer es teñir de ese espíritu del no tiempo, un hueco donde estamos con el sentimiento de celebrar, estar juntos y que no nos preocupe nada más.

-¿Cómo siguen los shows?

-Esta es la apertura. De fines de enero y hasta el 15 de febrero estoy haciendo gira patagónica por Neuquén, Bariloche, San Martín de los Andes, El Bolsón y más. En abril iré a Córdoba y estamos preparando la gira por el NEA y si es posible por España, Lisboa y República Checa. Tenemos el ejercicio de la independencia y la autogestión, y creo que funcionamos mejor así.