El yacimiento peninsular del Abric del Pastor, situado en la Serra de Mariola, se ha consolidado como uno de los laboratorios naturales más ricos para estudiar la organización espacial de los grupos neandertales. La Unidad Estratigráfica V (SU V), excavada entre 2018 y 2023 y recientemente analizada, presenta un registro arqueológico de baja densidad que ha permitido identificar algunos episodios de ocupación del abrigo. Un trabajo reciente publicado en Journal of Paleolithic Archaeology demuestra que los neandertales no solo retornaron en varias ocasiones al abrigo, sino que, cuando lo hicieron, emplearon las mismas zonas para realizar actividades concretas. Los neandertales, por tanto, usaron el espacio de un modo muy similar al nuestro, destinando áreas específicas al descanso, al trabajo o al consumo de alimentos.
Un abrigo con memoria: el contexto geológico y arqueológico
Según los datos de laboratorio, la Unidad Estratigráfica V del Abric del Pastor se formó antes de 63 ± 5 ka BP, fecha obtenida para el nivel IVd del abrigo. Esta datación sitúa los episodios de ocupación ka BP en el marco del estadio isotópico marino 4 (MIS 4, entre 71.000 y 57.000 años atrás) o incluso antes.
El abrigo, un antiguo tubo kárstico del Mioceno tortoniense, ofrece una superficie potencial de ocupación de 60 m². Por el momento, se ha excavado un área de unos 40 m². La combinación de una baja densidad de artefactos con una excavación extensiva ha proporcionado una imagen nítida excepcional del uso humano del espacio.
La unidad presenta sedimentos compuestos por arenas calcíticas rojizas en la mayor parte del abrigo, mientras que el sector occidental, desprovisto de material arqueológico relevante, contiene arenas calcíticas amarillentas masivas. Los indicadores geoarqueológicos demuestran los propios neandertales evitaron sistemáticamente este sector “vacío”, probablemente porque no ofrecía condiciones funcionales óptimas.

Una zona para tallar: el norte del abrigo
El análisis espacial detectó en el sector norte un área densamente ocupada por restos líticos, que se agruparon en el denominado Cluster 2. La presencia de múltiples secuencias de reparaciones de materiales líticos, distribuidas verticalmente, indica al menos dos episodios distintos de talla. En el primero, predominó la explotación de sílex Mariola; en el segundo, del sílex tipo Serreta. Esta alternancia es coherente con la variación en la captación de materia prima en distintos momentos de ocupación. Ciertos tipos de sílex proceden de zonas situadas a más de 35 km de distancia, como en el caso de los tipos Beniaia o Catamarruc.
Las cadenas operativas representadas en el contexto arqueológico muestran una fragmentación avanzada, con productos de pequeño tamaño y escaso córtex. Esta evidencia apunta a que se llevaron a cabo tareas de talla centradas en las etapas finales del proceso. El hecho de que esta zona carezca de un hogar asociado refuerza la idea de que se utilizó a lo largo del tiempo como espacio funcionalmente segregado para la talla de materiales líticos. Así, los estudiosos sostienen que los neandertales “recordaron” que esta zona de la cueva era el mejor lugar para tallar y por ello reprodujeron la conducta visita tras visita.

El sur tranquilo: una zona de descanso junto al hogar
El único hogar (H19) claramente identificado de la Unidad Estratigráfica V se encuentra en el sector sur y está adosado a la pared del abrigo. Los análisis micromorfológicos solo han mostrado cantidades muy bajas de carbón y materia vegetal quemada. También se ha detectado la ausencia de residuos propios de las actividades domésticas intensivas.
Esta combinación de elementos (la proximidad al muro, la baja actividad asociada y la ausencia de materiales) reproduce los patrones que suelen manifestarse en las áreas de descanso de los grupos neandertales. Por otro lado, los estudios recientes sobre la dinámica del humo en los espacios paleolíticos indican que los hogares situados a menos de 0,5 m de la pared generan zonas libres de humo ideales para descansar, un requisito que se cumple con precisión en H19.

Bajo la cornisa: un espacio para los restos animales
En el sector sureste, protegido por una cornisa de 1,5 m de altura, se registra un conjunto de fauna abundante, pero con escasos restos líticos. Este Cluster 1 (Grupo 1) funcionó como una zona de acumulación de restos animales a lo largo del tiempo. Los investigadores han sugerido que posiblemente se trate del resultado de las actividades de procesado y el abandono de huesos, o quizás de procesos posdeposicionales que favorecieron tal concentración.
El hecho de que este espacio no esté asociado con hogares, unido a la escasez de productos, sugiere un área con una función bien distinta del resto del abrigo. La presencia de elementos pesados y la segregación espacial respecto a las zonas de actividad confirman que los neandertales gestionaron de forma diferenciada sus desechos. De este modo, en el Abric del Pastor se confirma una práctica ampliamente documentada en otros yacimientos del Paleolítico medio.

El oeste silencioso: un espacio sin ocupación
Resulta revelador que el sector occidental carezca casi por completo de materiales arqueológicos, pese a que la micromorfología y los análisis de n-alcanos hayan descartado procesos erosivos. El vacío no es producto de la naturaleza, sino de la conducta humana. Durante las múltiples visitas a la cueva, los neandertales evitaron de forma sistemática esta zona, quizás por sus características geomorfológicas o por su dificultad de uso.
Descifrando un palimpsesto neandertal: una ocupación breve, repetida y altamente organizada
La investigación en la Unidad Estratigráfica V muestra que los neandertales del Abric del Pastor desarrollaron un patrón espacial estable y repetido. Se dedicaron a la talla sistemática en el norte, al descanso en el sur junto al hogar y a la acumulación faunística bajo la cornisa, mientras que no utilizaron la zona oeste. Esta distribución funcional de los espacios, reproducida visita tras visita, muestra los asentamientos neandertales como espacios bien organizados y sugiere, además, una capacidad notable para recordar, anticipar y planificar el uso de cuevas y abrigos.
Referencias
- Sossa-Ríos, S., Mayor, A., Tomé, L., Davara, J., Kleinhapl, S., Mallol, C., Sánchez-Romero, L., Vaquero, M. y Hernández, C. M. 2025. “Knapping… Sleeping and Consuming? Spatial Variability in the High-Resolution Neanderthal Context of Abric del Pastor (Alcoi, Eastern Iberia)”. Journal of Paleolithic Archaeology, 8:23. DOI: 10.1007/s41982-025-00222-5.
Cortesía de Muy Interesante
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