Recientemente, durante una campaña arqueológica desarrollada en los municipios franceses de Monts e Indre-et-Loire, han salido a la luz dos yacimientos excepcionales, separados por unos cientos de metros de distancia. Se trata de un establecimiento aristocrático de época gala y de una vivienda rural altomedieval vinculada al periodo carolingio. La coexistencia de ambos hallazgos en un mismo sector ha proporcionado a los arqueólogos una oportunidad única para observar cómo se transformó el paisaje social, económico y político desde la última fase de la Edad del Hierro hasta los inicios de la Europa feudal.
El asentamiento aristocrático galo: Monts, testigo de poder y estatus
Una estructura defensiva imponente
El primer yacimiento corresponde a un establecimiento aristocrático galo, cuya ocupación se extiende desde finales del siglo I a.C. hasta los inicios de la época romana. Su rasgo más llamativo es la presencia de un cierre rectangular de unas 1,2 hectáreas, delimitado por un gran foso de más de 2 metros de profundidad y entre 5 y 7 metros de anchura. Lo acompaña un talud interior.
Esta arquitectura defensiva no es propia de un asentamiento común. El tamaño del foso, la planificación del recinto y la presencia de edificaciones internas demuestran la voluntad de mostrar públicamente un estatus elevado, propio de las élites galas del final de la Edad del Hierro.

Vida cotidiana en un enclave de prestigio
En el interior del recinto, los expertos han documentado diversas estructuras: una vivienda principal, varias edificaciones auxiliares y un pozo. Las huellas de los postes indican construcciones sólidas capaces de sostener techumbres pesadas. La disposición interna del espacio, por otra parte, muestra meticulosidad y coherencia, dos cualidades que confirman que se trataba de un asentamiento estable.
Los materiales recuperados y la configuración arquitectónica permiten reconstruir aspectos cotidianos de la vida gala, desde el aprovisionamiento hasta las actividades domésticas y artesanales. El asentamiento responde a un complejo de élite perfectamente funcional que pudo haberse encargado de gestionar recursos, ejercer la autoridad local y controlar los territorios circundantes en el valle del Indre.
Continuidad tras la conquista romana
La ocupación del lugar durante el primer siglo de nuestra era indica que el asentamiento no se abandonó tras la conquista romana. Este hecho sugiere que la élite local se adaptó a las nuevas estructuras de poder. Es probable que conservase parte de su influencia en este nuevo marco político. Tal continuidad de ocupación convierte a este yacimiento en un valioso testimonio para explorar la transición cultural entre la sociedad gala y el nuevo orden romano.

Una granja carolingia: Sorigny y la ruralización medieval temprana
Una ocupación de la Edad Media temprana
El segundo yacimiento corresponde a un asentamiento rural de época carolingia, fechado entre los siglos VIII y X d.C. Este descubrimiento se integra en un conjunto más amplio de hallazgos altomedievales en la zona: una granja de élite identificada en las cercanías y una necrópolis de unas cien tumbas situada a unos cientos de metros al noreste. Los arqueólogos han interpretado el sitio como parte de un sistema rural articulado, formado por unidades productivas de diferente rango que dependían entre sí.
Una granja organizada: arquitectura, economía y comunidad
El área de excavación de la granja cubre unos 12.000 metros cuadrados, divididos por un camino principal que servía para estructurar el asentamiento. En la zona oriental se registraron decenas de agujeros de poste correspondientes a edificios de madera, probablemente viviendas y espacios agropecuarios. En la zona occidental se localizaron numerosas fosas destinadas al almacenamiento, la extracción y eliminación de desechos, así como silos y evidencias claras de actividades de forja, lo que indica una economía diversificada. El conjunto incluye además una veintena de tumbas.
Estas características son propias de una granja carolingia típica. Se trataría de una unidad autosuficiente dedicada a la agricultura y la ganadería, en la que también se habrían llevado a cabo actividades artesanales que abastecían tanto a la propia comunidad como a los centros de poder local. La granja refleja, por tanto, un modelo de organización rural estrechamente ligado a las estructuras señoriales emergentes.

Significado histórico: del mundo galo al feudalismo carolingio
La coexistencia de un asentamiento aristocrático galo y una granja carolingia en un mismo territorio permite observar cómo se transformó la organización del poder en el tiempo. Así, la estructura gala transmitía su autoridad mediante la monumentalidad, el dominio visual del paisaje y la arquitectura defensiva, mientras que la granja carolingia se hacía presente en el territorio mediante la producción agropecuaria, la gestión de recursos y los vínculos de dependencia rural.
Ambos modelos reflejan sistemas sociales distintos. Uno, el galo, se basa en la exhibición del poder; otro, el carolingio, emplea la estructuración económica y la gestión señorial. El paso de un modelo a otro, por tanto, ilustra una profunda transformación del orden social en la cual el poder se ruralizó y se descentralizó, dando origen a las estructuras feudales tempranas.
Estos hallazgos demuestran que, si bien cambiaron las formas de dominio a lo largo del tiempo, el paisaje mantuvo su continuidad. Los mismos valles, terrazas, riberas y vías naturales siguieron operando como puntos estratégicos durante siglos. La importancia de estos yacimientos radica en que proporcionan un registro de ocupación del territorio casi continuado entre la antigüedad y la Alta Edad Media.

Testigos de mil años de historia
Los yacimientos de Monts y Sorigny constituyen dos hitos arqueológicos que permiten reconstruir más de un milenio de transformaciones políticas, económicas y sociales. Ambos hallazgos dialogan entre sí para ofrecer un relato continuo: una tierra donde el poder mutó, donde el modelo social se transformó y donde el territorio siguió siendo el hilo conductor de la historia.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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