Poco a poco la diputada federal Gaby Jiménez ha tomando un papel central en la política y decisiones del gobierno de Claudia Sheinbaum, desde el Poder Legislativo y la Ciudad de México.
El camino es largo y su objetivo es ambicioso. De poseer el control de Que Siga la Democracia, organización que se encargó de promover la revocación de mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, ahora aspira a tener su propio partido político.
Luego de meses de presentarse como el contrapeso al grupo de Ricardo Monreal al interior de la bancada de Morena, Jiménez Godoy logró consolidarse como vicecoordinadora del grupo parlamentario morenista e incluso el monrealismo ya la considera una aliada más.
Diputados de Morena a los que consultó esta redacción advirtieron que Jiménez trabaja en la consolidación del registro como partido político de Que Siga la Democracia, aun cuando confirmó el divorcio de Edgar Garza Ancira, dirigente oficial de la asociación civil.
La influencia de Jiménez podría aumentar al despuntar 2026, cuando podría confirmarse la incorporación del diputado Alfonso Ramírez Cuéllar al Gabinete Presidencial, el único y gran opositor al monrealismo en San Lázaro, y al que estarían considerando para convertirse en titular de la Secretaría de Agricultura e incluso en nuevo secretario de Gobernación.
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Los mismos legisladores morenistas que hablaron bajo estricto protocolo de no violar el anonimato, afirmaron que Garza Ancira está recibiendo un fuerte apoyo de las bases sindicales de Fuerza X México de la poblana Mayela Gómez.
Pero lo que no se esperaban Edgar Garza y Gaby Jiménez era la incorporación de Esthela Damián a la Consejería Jurídica de Presidencia. En su propósito de convertir a Que Siga la democracia en partido político, esto les vino como anillo al dedo en materia de impugnaciones, donde su aliada tendrá la información de primera mano.
Damián y Jiménez pertenecen a los pragmáticos que se unieron de última hora a la 4T, y en el proceso electoral de 2024 apoyaron a Omar García Harfuch para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. El riesgo ahora valió la pena, aseguran en el grupo cercano de Garza y Jiménez.
Cortesía de La Política Online
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