De concentraciones y competencia

No se sabe todavía si el anuncio que hicieran el viernes pasado las aerolíneas de bajo costo Volaris y Viva responde a problemas económicos de una de ellas, es una sugerencia para una nueva política aérea de este gobierno o apenas es un señuelo para ver qué dice la Comisión Anti-Monopolios, sustituta de la Cofece, acerca del poder de mercado que podría llegar a tener una concentradora aérea estilo Cintra (dueña, en su momento, de Aeroméxico y Mexicana), por lo cual obligaron a vender ambas empresas por separado.

Como se sabe, la Ley Federal de Competencia, la nueva versión es apenas de noviembre pasado, obliga a la Comisión anti-Monopolios a analizar las concentraciones de empresas para evitar que una compra o fusión tenga un poder sustancial de mercado y con ello evite la competencia en un mercado relevante (por ejemplo, el mercado doméstico mexicano). Si se anuncia una concentración como la que acaban de comunicar Volaris y Viva es evidente que la Comisión antimonopolios debería intervenir y analizar con lupa cada ruta, frecuencia y aeropuerto para determinar qué poder tiene un ente determinado como para determinar precios y condiciones de competencia (un boicot, una preferencia, un determinado nivel de servicio o de calidad).

Suponemos que las dos ultrabajocosteras lo saben y cuentan con que la comisión determinará lo que debe hacer: en caso de una concentración (tipo Cintra) será necesario que ambas mantengan sus estructuras y plan de rutas intactas y no puedan hacer sinergias ni con una sugerencia que ponga en peligro la competencia. La otra posibilidad es que se fusionen, en cuyo caso deberían deshacerse de rutas, frecuencias y espacios en aeropuertos para reducir su poder que hoy ronda el 70% del mercado doméstico.

Asimismo, el “Grupo Mexicano de Aerolíneas” debería contar con el aval de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) para modificar su estructura accionaria, de acuerdo a la Ley de Aviación Civil. Y algo más, de cara al T-MEC y al bilateral aéreo, se deberá justificar esta alianza de acuerdo con los parámetros de la ley de competencia, pues no olvidemos que entre las barreras no arancelarias el Departamento de Comercio de los Estados Unidos (USTR) se incluyen las “prácticas anticompetitivas” derivadas de un mal uso de las regulaciones de competencia.

En otras palabras, la Comisión AntiMonopolios debería hacer una investigación exhaustiva para garantizar la competencia en los mercados de México y Estados Unidos. No olvidemos que estamos a las puertas de la negociación del T-MEC y que el bilateral aéreo entre México y EU está lejos de haber dejado sus diferencias a un lado.

En fin, que el asunto va para largo y ya veremos en qué para este asunto. De su resolución se desprenderá lo que podremos decir es una política pública en materia de transporte aéreo para nuestro país.

Lo oí en 123.45: El asunto del piloto de Magnicharters que denunció no sólo los problemas de seguridad y mantenimiento de la empresa, sino las malas prácticas laborales, puede convertirse en un problema mayúsculo para la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). Y es que, al margen de que el asunto tome una directriz penal (lo cual sentaría un pésimo precedente), es claro que debe investigar a fondo y corregir.

Cortesía de El Economista



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