Antes de Terminator, Arnold Schwarzenegger hizo un western en los ’70 que fue un desastre total

Con el declive de la popularidad del western en la década de 1970, surgieron todo tipo de versiones, tanto extrañas como maravillosas. El Villano, de 1979, es uno de los intentos menos exitosos del género. Por eso Arnold Schwarzenegger probablemente esté feliz de que esta triste entrega de su filmografía haya caído completamente en el olvido.

El Villano, también conocido como Cactus Jack en el Reino Unido y Australia, es una película que parece haberse querido preguntar: “¿Y si existiera una parodia del western que también fuera un homenaje a los dibujos animados de Warner Bros., el Coyote y el Correcaminos?”.

Según un artículo del medio especializado Film, huelga decir que el resultado no fue precisamente un éxito, “aunque es curioso ver a Arnold en uno de sus primeros papeles, antes de Conan el Bárbaro”. Y, por supuesto, su consagración con Terminator.

La película tampoco recaudó mucho. Es más, a los críticos no les convenció el homenaje que se intentaba hacer a los dibujos animados clásicos. El Villano estuvo protagonizada por Kirk Douglas. Fue dirigida por Hal Needham, un exdoble de cine que, como cineasta, es conocido por hacer películas para Burt Reynolds. Cuando rodó El Villano, ya había dirigido a Reynolds en Smokey and the Bandit (1977) y Hooper (1978). A su comedia-western de 1979, The Hollywood Reporter la definió como como una “caricatura de El Correcaminos, pero con personajes reales”.

El argumento no viene muy al caso, pero hay un forajido titular, quien no es muy hábil con el crimen y una joven (Ann-Margret) que heredó una fortuna de su padre. Los acompaña en su viaje un vaquero conocido simplemente como Handsome Stranger, interpretado por un muy joven Arnold Schwarzenegger.

Hay muchos defectos en El Villano, desde la impresionante falta de chistes hasta los errores amateurs del guión y algunas actuaciones insensibles, sobre todo de los que hacían de indios. Después está Arnold Schwarzenegger, quien claramente todavia estaba aprendiendo a controlar su presencia en pantalla en 1979, es decir, simplemente no sabía actuar.

De todos modos, se dijo que su actuación no es tan (tan) mala como su pésimo papel en un episodio de 1977 de Las calles de San Francisco, donde interpretó a un asesino serial, y fisicoculturista. En realidad, los ’70 no fueron una gran época para Arnold como actor en general. Véase también Hércules en Nueva York.

La crítica de la época no fue indiferente a la parodia. “La colección de chistes más lamentable de los últimos tiempos”. “Una parodia western irremediablemente estúpida sobre un pistolero irremediablemente estúpido”. “El Villano es como el Correcaminos, pero no tiene gracia”. “Schwarzenegger se ve y suena ridículo”.

Ese fue prácticamente el tono de las críticas. Los Angeles Times, escribió: “Los personajes son como dibujos animados y el humor burlesco y generalizado es demasiado simple para ser una parodia”.

Rotten Tomatoes fue drástico, pero su puntuación de “0%” parecería apropiada. En castellano, Tomates Podridos es un sitio web estadounidense que recopila reseñas de películas y series, mostrando un porcentaje llamado “Tomatómetro”, que indica el porcentaje de críticos que dieron una reseña positiva (más del 60% es “tomate fresco”, menos es “tomate podrido”).

A los problemas estéticos de la película se sumó su magra recaudación. Distintos medios informaron que el presupuesto oscilaba entre 4,5 y 6 millones de dólares, y las fuentes sobre su recaudación en taquilla son escasas. Sin embargo, un artículo del Washington Post de diciembre de 1979 afirma que El Villano recaudó aproximadamente 10 millones de dólares durante su exhibición en cines, lo que significa que la película tuvo casi el mismo éxito que su inepto reparto.

Cortesía de Clarín



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