China aprobó el sábado la revisión de una ley destinada a reforzar la capacidad de Beijing para librar una guerra comercial, frenar los envíos al exterior -desde minerales estratégicos hasta muñecas sexuales- y abrir aún más su economía de 19 billones de dólares al año.
La última revisión de la Ley de Comercio Exterior, aprobada por el máximo órgano legislativo chino, entrará en vigor el 1 de marzo de 2026, informó el sábado la agencia estatal de noticias Xinhua.
La segunda economía más grande del mundo está revisando sus marcos jurídicos relacionados con el comercio, en parte para convencer a los miembros de un importante bloque comercial transpacífico creado para contrarrestar la creciente influencia de China de que la potencia manufacturera merece ser parte, cuando Beijing trata de reducir su dependencia de Estados Unidos.
Aprobada en 1994 y revisada tres veces desde que China ingresó en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, la última en 2022, la Ley de Comercio Exterior faculta a las autoridades para contraatacar a socios comerciales que intenten frenar sus exportaciones y adopta mecanismos para abrir sectores restringidos a empresas extranjeras.
La revisión también añade una disposición según la cual el comercio exterior debe “servir al desarrollo económico y social nacional” y ayudar a convertir a China en una “nación comercial fuerte”, según Xinhua.
La revisión se centra en áreas como el comercio digital y ecológico, junto con las disposiciones sobre propiedad intelectual, mejoras clave que China necesita hacer para cumplir con los estándares del Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
Cortesía de Expansión
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