¡A la espera del siguiente capítulo!


Hay novedades en Tequila. De entrada, al presidente Diego Rivera ya lo apodan como el “Varguitas”, porque cada rato entrega un episodio digno de “La ley de Herodes”. Su administración acumula señalamientos como si fueran botellas: presuntos abusos, acoso a comerciantes y pleitos con cualquier tequilera que respire.

El último numerito fue el intento de clausura de una tequilera, calificado como una extorsión. Y el caso escaló hasta la Presidencia de la República.

Mientras la empresa lo denunció por presunta extorsión tras exigir más de sesenta millones de pesos, al final, hubo acuerdo: la empresa pagará adeudos, pero apenas una parte del monto que el alcalde pretendía cobrar.

Hasta foto se tomaron las dos partes, con la presencia del secretario de Gobierno, Salvador Zamora, quien intervino por el Ejecutivo estatal para resolver el tema.

Cuentan que el alcalde temió que le aplicaran un juicio de procedencia en el Congreso de Jalisco, que terminara sacándolo de la Presidencia Municipal.

¡A la espera del siguiente capítulo!

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En Jalisco, varios alcaldes presumieron en septiembre pasado estabilidad financiera, modernidad y hasta “nuevos modelos de gestión” en sus primeros informes de Gobierno. Pero llegó diciembre y la realidad les tocó la puerta.

Al menos 60 municipios ya pidieron adelantos de participaciones estatales del 2026 para pagar aguinaldos y cerrar este año sin que la nómina se les incendie. ¿Qué tal?

Nos dicen que la Secretaría de la Hacienda Pública explicó que cada Ayuntamiento vive “realidades distintas”, aunque en esta temporada muchos se parecen: todos necesitan dinero urgente. Eso sí, aclaran que no habrá rescates financieros.

La duda queda en el aire: ¿Los alcaldes recibieron Ayuntamientos en crisis o en su primer año el zapato les quedó francamente grande?

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En plena temporada navideña, el cardenal Francisco Robles Ortega decidió regalarles a los políticos un mensaje que, afirman, debería venir envuelto y con moño: que su chamba no se limite a repartir cosas materiales como si fueran Santa Claus con presupuesto público.

Durante un mensaje, el purpurado recordó que gobernar implica algo más complejo que inaugurar obras a medias, presumir despensas en redes y cortar listones sin despeinarse. Pidió “mirar más allá”.

Cuentan que el mensaje pegó donde duele: en el ego. Y que más de uno salió de misa buscando asesor espiritual… o de imagen.

Cortesía de El Informador



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