
NOTA AL LECTOR: Este texto excede la extensión habitual de los artículos publicados en El Economista. Por su relevancia e interés periodístico, hemos decidido presentarlo íntegramente.
“¿Cómo discernir sabiamente entre lo que de verdad importa y lo que sólo parece tener importancia?”, Edmund Clerihew Bentley, El último caso de Phillip Trent.
“Es en relación con los crímenes de la riqueza y la cultura como nos enfrentamos al mal […] Cuando los pobres cometen crímenes no tienen secretos, cuando los poseedores de riqueza cometen crímenes es necesario descubrirlos, porque si no permanecen ocultos e impunes”, G.K. Chesterton, The Divine Detective, 1909.
“La historia (desafortunadamente) casi siempre se escribe según las apariencias”, Stefan Zweig, Joseph Fouche: retrato de un hombre político, 1929.
“Si la forma de expresión aparente (Aussehen) y la esencia (Wesen) de las cosas coincidieran de una manera inmediata, toda ciencia sería superflua”. Reflexión del pensador del milenio sobre la sutil distinción entre estas dos categorías fundamentales del discurso científico más elevado (el permeado con el manto sagrado de la rigurosidad); categorías que, por otra parte, forman parte de la estructura metodológica con la que son construidas las sagas policiales basadas en el canon aristotélico. Karl Marx, El Capital, Libro III y FJVR.
Existe una abrumadora evidencia empírica, que corrobora el “Axioma Wilde-Keynes” según el cual “La literatura (especialmente si es la policial) y los textos de escritores y pensadores sociales, anticipan con elevado grado de certidumbre, el devenir de la realidad económica social y política de una nación”, FJVR, Los premios Nobel de economía: ensayos crítico-biográficos de Frisch a Koopmans, 1969-1975.
Reflexión general: Las lecciones metodológicas que brindan las sagas policiales con enfoque crítico social para el estudio de los rescates bancarios
El presente artículo tiene tres propósitos perfectamente claros y distintos a saber: (1) Revelar que la literatura anticipa eventos significativos reales y futuros de la dinámica social, política, económica y financiera, en lo particular mostrar que, los rescates bancarios vinculados a crisis económicas, en los que se presentan graves irregularidades financieras, especialmente en el mundo de la llamada “Alta Finanza” son claramente anticipados, por algunas de las sagas policiales más significativas de los grandes escritores clásicos y modernos de este luminoso género literario. Es decir, los acontecimientos descritos en las sagas policiales que, abordan temas propios del campo de la “Alta Finanza”, presentan a menudo simetrías casi perfectas con las secuencias y procesos que ocurren en el ubicuo mundo de las crisis bancarias y de sus resoluciones con recursos públicos. (2) Utilizar la metodología que sustenta la construcción y resolución de los crímenes en los cuentos policiales dedicados a la “Alta Finanza” por los escritores del género policial, para elucidar por analogía o símil pertinente, la naturaleza de los rescates bancarios. Utilizaremos para esta elucidación, la analogía o el símil en lugar de la metáfora para conectar lo descrito en las ficciones de las sagas policiales relacionadas con delitos financieros (White Collar Crime), con los hechos que aparecen casi siempre en los bail outs (rescates o salvatajes financieros), vinculados con las crisis bancarias. Para estos propósitos, preferimos el uso del símil o analogía, y no el de la metáfora. El símil o la analogía constituyen razonamientos explicativos simples de objetos científicos naturales o sociales, sobre la base del reconocimiento de la existencia de atributos semejantes en los objetos que se comparan. De esta manera, con el uso del símil o analogía, la elucidación científica de fenómenos sociales como los rescates bancarios tendrá mayor plenitud cognoscitiva. Desechamos el uso de la metáfora como elemento cognoscitivo, en virtud de que no nos sirve más que incidentalmente para elucidar la esencia de un fenómeno, ya que este concepto en su definición solo sustituye una cosa u objeto por otra de manera figurativa, su propósito es sólo brindar una descripción más vivida digámoslo así, más poética del objeto estudiado expresándolo a través de otro objeto. Verbigracia, la expresión “el tiempo es oro”, es una metáfora que asombra en su expresividad poética, pero no tiene propósitos explicativos, sólo encontramos en ella una comparación implícita. La metáfora no utiliza nexos comparativos de carácter epistemológico, ya que sólo identifica un objeto por medio de otro objeto sin precisar la naturaleza de ambos objetos. (3) Utilizar un componente esencial, también metodológico de las sagas policiales en la resolución de los crímenes, en la cual parten dichas sagas de las apariencias de los hechos (Aussehen) para indagar la esencia (Wesen) del asunto tratado.
Aplicaremos los tres aspectos epistemológicos señalados en el párrafo anterior, para explicar los procesos de rescate bancario. Para ello, utilizaremos como procedimiento epidíctico a manera de ilustración tres sagas policiales y una saga puramente literaria, esta última, sin embargo, tiene el gelstat de un thriller policíaco. La saga literaria con tintes de thriller policíaco es la novela “El dinero” del escritor francés Emile Zola perteneciente al realismo naturalista. Las tres sagas policiales que consideraremos para este ejercicio analítico son: “El último caso de Philip Trent” del escritor inglés Edmund Clerihew Bentley; los relatos que integran “El hombre que sabía demasiado” de Gilbert Keith Chesterton; y, la iluminante novela policial del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ¿Quién mató a Palomino Molero?
Las sagas policiales en la investigación de la naturaleza del FOBAPROA y su papel en el rescate del sistema bancario de México
Las ficciones literarias señaladas anteriormente, nos servirán para construir los insumos analíticos apropiados que permitan explicar el singular proceso de rescate bancario (bail out o salvataje financiero) realizado durante la administración del presidente, doctor Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) y, finalizado contractualmente en 2004, por la administración del presidente Vicente Fox, al proceder al intercambio de los pagarés emitidos por el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA) como proceso de rescate de los bancos que operaban en México bajo capital nacional, por los bonos administrados por el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB) garantizados por el gobierno, proceso en el que no faltaron graves irregularidades y crímenes financieros tipificados, como White Collar Crime (WCC). Es importantísimo señalar, que este proceso de rescate seguirá teniendo secuelas para las finanzas públicas de nuestro país por otro medio siglo.
De acuerdo con un informe elaborado por el IPAB, la conversión de pagarés FOBAPROA a bonos IPAB se realizó en distintas etapas, bajo los artículos quinto, séptimo, y noveno transitorio de la Ley IPAB (promulgada en diciembre de 1999). De acuerdo con esta conversión; se rescataron 24 bancos vía FOBAPROA, y 6 casas de bolsa a través del Fondo de Apoyo al Mercado de Valores (FAMEVAL) cuyos recursos provinieron en última instancia del fondo FOBAPROA. Por el artículo séptimo transitorio, se rescataron diez instituciones intervenidas gerencialmente (Unión, Cremi, Oriente, Obrero, Interestatal, Capital, Pronorte, Anáhuac, Industrial y Sureste); siete instituciones bancarias no intervenidas (GF Serfin y Serfin, GF Inverlat e Inverlat, Banpaís, Confía, Banco Mexicano, Bancen, y BBV-México); y, seis casas de bolsa (Bursamex, Arka, Valburmex, Estrategia Bursátil, Mexival-Banpaís, y Del Valle de México). Por el artículo noveno transitorio se rescataron tres instituciones (Bancrecer, Atlántico y Promex); y, por el artículo quinto transitorio se rescataron cuatro instituciones (BBVA-Bancomer, Banamex, HSBC y Banorte) correspondientes al Programa de Capitalización y Compra de Cartera (“IPAB 10 años. Informe Estadístico 1999-2009”).
El informe del IPAB contiene errores al considerar, por ejemplo, a Banpaís como institución no intervenida gerencialmente, cuando lo cierto es que Banpaís y el grupo financiero correspondiente fueron intervenidos el cinco de marzo de 1995. También omite el informe IPAB a las instituciones intervenidas de facto o informales. Es importante señalar que el auditor canadiense Michael Mackey contratado por el Congreso mexicano para revisar el FOBAPROA reveló lo siguiente: “La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) nos informó que, con el acuerdo de la SHCP y el Banco de México, pueden llevar a cabo una intervención informal (de facto), en donde los altos funcionarios del banco son sustituidos por administradores nombrados por la CNBV que reportan a la CNBV, o el banco es administrado por otro banco con aprobación de la CNBV” (Informe de Michael W. Mackey, “Evaluación Integral de las Operaciones y Funciones del Fondo Bancario de Protección al Ahorro y la Calidad de Supervisión de los Programas del FOBAPROA de 1995 a 1998”, julio de 1999).
Las intervenciones bancarias masivas aplicables a un gran número de bancos como las que se efectuaron entre 1994 y 1998, no se habían realizado en México desde 1916, cuando la Comisión Reguladora e Inspectora de Instituciones de Crédito (CRIIC), creada el 22 de octubre de 1915 por la Secretaria de Hacienda, procedió a tomar el control de la mayoría de los bancos, que operaban en México mediante el procedimiento de incautación por el gobierno de Venustiano Carranza (Decreto de Incautación del 26 de septiembre de 1916 emitido por el Gobierno Federal). Para examinar desde un punto de vista conservador sobre estas muy antiguas y masivas intervenciones bancarias bajo la modalidad de incautaciones, ver el trabajo de Alef Pérez Ávila “La Incautación Bancaria durante el Régimen de Venustiano Carranza desde la perspectiva del Banco Nacional de México septiembre de 1916-abril de 1920” (2014). Con un punto de vista diametralmente opuesto, destaca el trabajo de Emilio Zebadúa sobre la historia bancaria, donde toca incidentalmente el tema de las intervenciones o incautaciones bancarias en el gobierno de Venustiano Carranza, lo hace desde una visión favorable a la soberanía financiera en su texto “Banqueros y revolucionarios: la soberanía financiera de México, 1914-1929” (1994).
En el 2025, el gobierno Federal a través de la Junta de Gobierno de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, decretó la intervención gerencial con carácter temporal de dos instituciones bancarias: CI Banco, S.A., Institución de Banca Múltiple, e Intercam Banco, S.A., Institución de Banca Múltiple, Intercam Grupo Financiero (Comunicado No. 25, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 26 de junio de 2025). Asimismo, con fundamento en el artículo 141 de la Ley del Mercado de Valores, la Junta de Gobierno de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores decretó la intervención gerencial temporal de Vector Casa de Bolsa, S.A. de C.V. (Comunicado No. 14 de la SHCP, 26 de junio de 2025).
Regresando al uso del símil o analogía indicados más arriba, importa señalar, que, dentro de la metodología utilizada en el género policial que se aplicará en este ensayo al análisis del rescate bancario decretado por el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, tendrá especial relevancia la dialéctica de la dicotomía esencia (Wesen) versus apariencia (Aussehen) que, preferentemente utilizan los escritores consagrados en este dilecto género literario. Género, cuya importancia resaltó Gilbert K. Chesterton, otorgándole no sin razón una dimensión épica comparable a la “Iliada“ de Homero (G.K. Chesterton “The Value of Detective Stories“, 1901). Por su parte, Fernando Pessoa escritor portugués del nivel literario de Eca de Quiroz, y de José Saramago, no concebía felicidad intelectual mayor que leer sagas policiales. Pessoa escribió además de poesía del más alto calibre a la altura de la que produjo Walt Whitman, cuentos policiales de clase mundial, creando al inolvidable detective portugués “Abilio Quaresma el descifrador“. De los setenta heterónimos empleados por Fernando Pessoa, el más famoso es el de Ricardo Reiss. El premio nobel de literatura 1998, José Saramago rindió homenaje a Pessoa, con un libro de suprema belleza literaria intitulado “El año de la muerte de Ricardo Reiss“ (1984). Para indagar más a fondo sobre este notable escritor, recomendamos la biografía de Fernando Pessoa, que escribió Richard Zenith calificada de sublime y monumental por Parul Sehgal crítico literario del New York Times.
En este ensayo, utilizaremos la metodología de las sagas policiales basada en la dicotomía Wesen y Aussehen, para revelar la verdadera naturaleza específica del rescate bancario realizado por el gobierno de México, concentrándonos en elucidar la siguiente interrogante ¿A quien rescató el FOBAPROA? Cuestión, que por la importancia económica de lo que implicó negativamente para el pueblo de México, se convierte en una pregunta central, cuya respuesta debe arrojar nueva luz respecto a la verdadera naturaleza de dicho rescate, el cual, como sabemos se derivó del error de diciembre de 1994, en el que el peso mexicano se devaluó frente al dólar, en más de cien por ciento, al que siguió una política monetaria y fiscal draconiana de corte monetarista, que elevó las tasas de interés internas en más de cien por ciento, lo que detonó la crisis bancaria más grave del siglo XX en México; y, cuyos efectos económicos, financieros, políticos y sociales persisten todavía; y que por lo que sabemos, seguirán prevaleciendo por lo menos, por otros cincuenta años más, hasta que el gobierno Federal liquide el último dólar de adeudo generado por dicha crisis.
La justificación del análisis: La colosal magnitud económica de los rescates bancarios con recursos fiscales, y las catástrofes sociales generadas
Una detallada revisión de la magnitud económica de los costos fiscales incurridos en los 151 mega-rescates financieros internacionales vinculados a crisis bancarias, crisis cambiarias o crisis fiscales, que se han identificado en el último medio siglo, demuestra que dicha magnitud ha sido gigantesca (Luc Laeven y Fabian Valencia “Systemic Banking Crises: A New Database”, IMF Working Paper No. 08/224; 2008 “Resolution of Banking Crises: The Good, the Bad, and the Ugly,” IMF Working Paper No. 10/44, 2010; “Systemic “Banking Crises Database: An Update” IMF Working Paper, WP/12/163, 2012; “Systemic Banking Crisis Revisited” IMF Working Paper, WP/18/206, 2018).
En el caso del rescate del sistema bancario de México (que detonó la crisis de 1994-1995), medida la magnitud del costo fiscal por la suma del saldo vigente de los pagarés con aval gubernamental emitidos por el FOBAPROA y transferidos al IPAB, más los pagos de intereses implicados de los citados pagarés, el resultado es claro y revelador a saber: se trató de un proceso sumamente costoso para el Estado, cuyo monto se aproxima a los dos billones de pesos. Es importante indicar, que el saldo de la deuda pública vinculada a los bonos FOBAPROA-IPAB es una medición de stock, mientras que los pagos de intereses asociados a tales bonos a lo largo del tiempo, son una medición de flujo (stock versus flujo). Para hacer compatible una agregación entre ambos, el flujo de pagos de intereses, debe ser llevado a un saldo acumulado a una fecha fija que, se obtiene descontando dichos flujos mediante una estructura temporal de tasas de descuento (curva intertemporal de tasas de descuento, por ejemplo la tasa de descuento hiperbólico de largo plazo), calculados al momento exacto del tiempo en que se tiene el valor del saldo (o stock) de la deuda pública generada por el rescate. El proceso de rescate es dinámico, los flujos de pagos de intereses por parte del gobierno proseguirán hasta que se liquiden los bonos IPAB, por lo que el costo fiscal acumulado ira en crescendo, aunque su proporción respecto al IPAB decline.
Es importante considerar como necesaria esta agregación de costos, para aproximarnos a una medición más exacta o más real del costo fiscal de un rescate bancario, porque de otra manera se subvalúa dicho costo, como lo demuestran otras experiencias. Por ejemplo, el costo de la crisis de Saving &Loan, que se detonó en 1982 en Estados Unidos, se ha subvaluado en distintos cálculos. Un costo estimado por el Departamento del Tesoro y el Resolution Trust Corporation (RTC) determinó para el mes de agosto de 1989 un monto alrededor de 50 mil millones de dólares. Sin embargo, para junio de 1991, la estimación se elevó a un rango que oscila entre 100 a 160 mil millones de dólares. Por razones políticas, el Departamento del Tesoro redujo la estimación del costo fiscal a 120 mil millones de dólares un año después (1992). Una estimación independiente realizada en el año de 1995 arrojó un valor de 152 mil millones de dólares (Timothy Curry-Lynn Shibut “The Cost of the Saving an Loan Crisis: Truth and Consequences“, Federal Deposit Insurance Corporation Banking Review, 2000). Sin embargo, estimaciones rigurosas con enfoque global no oficiales que se realizaron a finales de los 1990´s que, ya incluían el flujo de pago de intereses, revelaron que, el costo de la resolución de la crisis, se elevó a 520 mil millones de dólares, cinco veces más elevado que el de la estimación original (Joel Kurtzman “The Death of Money: How the Electronic Economy Has Destablized the World’s Markets and Created Financial Chaos”, 1994). Otro estudio meticuloso elaborado por la Oficina de Presupuesto del Congreso de EUA, calculó por concepto de pérdidas anuales incrementales del capital productivo de EUA, para el periodo 1981-1992 vinculadas a la Crisis de Saving & Loan, un monto estimado equivalente a 398.2 miles de millones de dólares. Este es un costo adicional para la economía, que pocos estudios sobre la crisis han revelado (Ver Congressional Budget Office, “The Economic Effects of the Saving & Loan Crisis“, 1992). Considerando este último costo, la pérdida económica global experimentada por EUA ascendió como mínimo a 918.2 miles de millones de dólares, con lo cual el quebranto de las Saving & Loan se aproxima al trillón de dólares (billones en el léxico numérico de México) un valor muy superior a las estimaciones que sólo consideran el saldo de la deuda pública y sus intereses generados por el rescate.
Cálculos similares de la crisis bancaria de México efectuada a traves del FOBAPROA revelan lo siguiente: El saldo actual de los bonos IPAB según datos de BANXICO al 29 de octubre de 2025 fue de 1,084,190.82 millones de pesos (1.08 billones de pesos). Este monto
representa por sí solo, respecto del saldo original propuesto por el doctor Ernesto Zedillo en 1998 para convertir los pagarés FOBAPROA en deuda pública por 552 mil millones de pesos, un crecimiento en dicho saldo superior al cien por ciento. A este costo hay que agregar, los pagos de intereses de los bonos FOBAPROA-IPAB que computan más de un billón de pesos, recursos aportados por el gobierno Federal que, se han canalizado por dicho concepto en el periodo que va de 1995 a 2024. Asimismo, este cálculo no considera otros costos fiscales derivados de la crisis financiera y bancaria en comento, tales como, el costo del rescate carretero por aproximadamente 165 mil millones de pesos, y el costo del rescate a ingenios azucareros por 30 mil millones de pesos. Un analista riguroso como el doctor Juan Aupig Birsch estimó que la resolución de la cartera vencida vinculada a la crisis bancaria transferida al FIDELIQ de origen ilegal e irregular de la Banca de Desarrollo (Banco Nacional de Comercio Interior, Banpesca, Banobras, Banrural, Nacional Financiera, Bancomext) equivalió a 100 mil millones de pesos (Juan Auping Birch “Del FOBAPROA al IPAB: El rescate bancario y sus antecedentes” Centro de Estudios Espinosa Yglesias “Privatización Bancaria, Crisis y Rescate del Sistema Financiero: La historia contada por sus protagonistas” Tomo IV, 2011).
En su asombroso cuento “Las estrellas fugaces” de la serie “El candor del padre Brown” (1911), Chesterton afirmó que “Las cosas visibles pueden ocultar más que las invisibles”. Siguiendo la idea de Chesterton podemos afirmar que otros costos fiscales asociados con la crisis bancaria de México como datos públicos, vistos desde la apariencia, no son los datos verdaderamente reales, ya que estos permanecen invisibles, bajo conceptos como impuestos diferidos, deducibilidades fiscales por consolidación tributaria, que efectuaron las entidades rescatadas, deducibilidades fiscales efectuadas por los bancos por las cuotas pagadas por ellos al IPAB (tanto las ordinarias, como las extraordinarias), cuyo monto en el periodo 1999 a 2024 ascendió a 338 mil 371.9 millones de pesos. Si se incluyen las cuotas pagadas por los bancos al FOBAPROA del periodo 1995 fecha en que comienzan los rescates bancarios a 1998 (cuando el FOBAPROA actuó antes de ser sustituido por el IPAB) con la finalidad de tener el periodo completo 1995-2024, el monto de cuotas pagadas que se han deducido fiscalmente en términos nominales ascendió a 463 mil 045.14 millones de pesos. Si convertimos los flujos de cuotas pagadas por los bancos en términos reales (pesos constantes), este monto se dispara a 783 mil 204.58 millones de pesos (poco más que tres cuartos de billón de pesos). El finado exdirector de CitiBanamex Manuel Medina Mora en una célebre entrevista con la conductora Denise Maerker Salmón, entonces conductora del canal 40, afirmó que el Programa de Capitalización y Compra de Cartera, uno de los programas de rescate del gobierno, en el cual se procedió a apoyar a Banamex, tuvo un costo fiscal de cero; esto debido a que los bancos aportan fondos al IPAB por concepto de cuotas. Olvidó decir el ex director de Banamex, que dichas aportaciones eran (y son) deducibles fiscalmente. Otro mecanismo utilizado para evitar el pago de impuestos es el de la elusión fiscal que han practicado los bancos para administrar sus pérdidas cuando ocurren o simplemente para eludir al fisco. El grupo mexicano Banamex beneficiado con recursos fiscales en el Programa de Capitalización y Compra de Cartera (PCCC) pasó a ser propiedad del estadunidense Citigroup en una transacción por 12 mil 500 millones de dólares, sin que se haya realizado pago alguno de impuestos. Con esta operación, los accionistas de Banamex eludieron pagar al gobierno mexicano por concepto de impuestos aproximadamente 3 mil 500 millones de dólares.
Todos los conceptos anteriores han contribuido a reducir la carga fiscal y la recaudación tributaria del gobierno Federal, contribuyendo a que México, sea uno de los países con menor recaudación tributaria del mundo, situación que propicia que, la magnitud económica del gobierno sea mínima en una comparativa internacional y, que por lo tanto no pueda afrontar con atingencia, los enormes requerimientos monetarios necesarios para satisfacer, las ingentes necesidades sociales y productivas de una población, como la de México, cuya magnitud se aproxima en el 2025 a los 135 millones de habitantes. Recientemente se ha comentado que la recaudación tributaria por el gobierno de México ha crecido de manera importante. Sin embargo, matizando este hecho y, sin dejar de reconocer cierta mejoría en la recaudación, creemos que el aumento en la recaudación fiscal es de manera importante producto de un mayor PIB nominal, asociado con el crecimiento poblacional. Lo comprueba el hecho de que la relación Ingresos tributarios sobre PIB se encuentra por debajo del 20%. Para el 2022 último dato señalado en la estadística de la OCDE fue de 16.9%. Si se agregan las aportaciones de ingresos no tributarios (los provenientes de PEMEX, y CFE), que fueron de 7.6 puntos porcentuales del PIB, los ingresos obtenidos ascendieron en ese año a 24.5 % del PIB, pero si se descuentan los apoyos otorgados por el gobierno a PEMEX y al sector energético, el porcentaje se ubica alrededor del 20%. En todo caso, se trata de una de las recaudaciones como porcentaje del PIB más bajas del mundo.
De la ficción a la realidad social: La literatura sin exceptuar la de las sagas policiales, revela notables anticipaciones respecto de las futuras realidades económicas y sociales del mundo
La literatura es una especie de Casandra, en la que las ficciones literarias basadas en agudas observaciones del mundo real y de los actores humanos que lo pueblan, anticipan acontecimientos sociales futuros de singular relevancia. Como es plenamente conocido, Casandra personaje mitológico de la Grecia antigua, tiene el don de ver el futuro de la sociedad y, el destino de hombres y mujeres, pero no puede cambiar su inevitabilidad. En dicha mitologia, el dios Apolo en su afán de conquistar el afecto amoroso de la perversamente esquiva Casandra (mujer troyana, hija de Hecuba y del rey Príamo y por lo tanto hermana del héroe troyano Hector), le otorga el don de la clarividencia de ver y predecir el futuro más no de modificarlo. Cabe preguntarse en este punto, si la literatura policial y los textos de economistas fallecidos de fines del siglo XIX y del siglo XX prefiguran como Casandra acontecimientos sociales y económicos futuros de capital importancia sin que puedan cambiar el curso de su inevitabilidad. La respuesta es sin duda afirmativa, más adelante veremos como es ello, evaluando ejemplos tomados de casos ilustrativos basados en el conocimiento del arte inherente a las sagas policiales clásicas.
Acerca del “Axioma Wilde-Keynes“ citado al principio de este artículo. Este axioma afirma que, la literatura y/o los textos de escritores y pensadores sociales fallecidos, a menudo anticipan eventos futuros claves del curso de la evolución de la sociedad, como si ellos moldearan y determinaran dicha evolución con todo y sus acontecimientos singulares. Para probar esto, expondremos la simetría entre los eventos relatados por las sagas policiales, y los hechos sociales reales que son anticipados o que preludian de facto dichas sagas.
¿Por qué se dice que los relatos del género policial sobre los delitos y crímenes financieros prefiguran hasta cierto punto las irregularidades financieras ocurridas durante los rescates bancarios de las últimas cinco décadas? La mejor respuesta a esta pregunta la ofreció el autor inglés del “Retrato de Dorian Grey” (1890), Oscar Wilde en los siguientes términos: “Schopenhauer ha estudiado el pesimismo; pero Hamlet es quien lo inventó. El mundo se ha vuelto triste porque, en el pasado, una marioneta fue melancolía. El nihilista, ese extraño mártir, que sin fe se encarama al cadalso sin entusiasmo y que pierde la vida por algo que no cree, es un puro producto literario. Lo inventó Turguéniev y más tarde lo perfeccionó Dostoievski. Que Robespierre salió de las páginas de Rousseau es tan cierto como que el Palacio del Pueblo se levantó sobre los restos de una novela. La literatura se adelanta siempre a la Vida. No la copia, sino que la modela a su antojo. El siglo diecinueve, tal como lo conocemos, es en absoluto una invención de Balzac. Nuestros Lucianos de Rubempré, nuestros Rastignaes, nuestros De Marsays, aparecieron en la escena de la Comedia Humana. No hacemos más que practicar (con notas al pie de la página y con adiciones inútiles) el capricho, la fantasía o la visión creadora de un gran novelista” (Oscar Wilde “La decadencia de la mentira” ,1891).
Por su parte John Maynard Keynes el economista más grande del siglo XX, como lo fue Marx en el siglo XIX, señaló la influencia de escritores de economía y de política ya fallecidos, en el diseño y elaboración de políticas públicas posteriores, y en el comportamiento de los hombres prácticos que, con sus decisiones moldean el curso de los acontecimientos económicos, financieros y sociales. Sobre esto en particular, Keynes escribió lo siguiente: “Los hombres prácticos que se creen libres de toda influencia intelectual, suelen ser esclavos de algún economista difunto. Los dementes que poseen autoridad que oyen voces, destilan su frenesí de algún escritorzuelo académico de hace años” (J.M. Keynes “Teoría general del empleo, el interés y el dinero”, 1936). De estas agudas observaciones surgió el “Axioma Wilde-Keynes”
¿Por qué coinciden Oscar Wilde y John Maynard Keynes en su apreciación de la influencia de la literatura, la cultura y el pensamiento social, en los sucesos económicos, financieros y políticos futuros? Quizá fue porque ambos respiraron la cultura emanada del londinense Bloomsbury, el epicentro de la cultura universal de la época victoriana, cuando regía al mundo el imperialismo británico.
Ejemplos paradigmáticos de la anticipación de la literatura de eventos futuros significativos en la evolución económica y social del mundo
De acuerdo con Wilde y Keynes, la literatura se engarza con la vida, e influye en los acontecimientos del futuro, influye determinantemente en la praxis política, económica, financiera y social, tal como la experimentamos y tal como probablemente la experimentarán las futuras generaciones ¿Quién duda, que Frank Kafka se adelantó a señalar con toda precisión en su novela “El proceso”, los rasgos principales de lo que llegaría a ser el régimen estalinista aplicado en la URSS y, en todos los países que integraron lo que Winston Churchill llamó la cortina de hierro?. Kafka anticipó, aunque de manera abstracta los procesos de Moscú en los cuales Stalin asesinó a la elite bolchevique que acompañó a Lenin en la revolución de octubre de 1917. Más aun en la novela “El proceso”, Kafka describe las pesadillas de los procesos judiciales burocráticos en que incurren las llamadas democracias representativas como lo ejemplifica el famoso caso de Sacco y Vanzetti, ejecutados en la silla eléctrica en Estados Unidos sin mayor trámite en 1927. Anticipó Kafka también la pesadilla judicial que atraviesa la vida de Julian Assange. En México, tenemos el kafkiano caso Wallace recientemente tratado por dos investigadores mexicanos; Guadalupe Lizárraga (“El falso caso Wallace”, 2018), y Ricardo Raphael (“Fabricación”, 2025). La novela “El proceso” de Kafka fue publicada por Max Brod en 1925, pero éste cuenta en la biografía que escribió de su amigo, que la novela fue escrita entre 1914 y 1915 antes del advenimiento de la revolución rusa de 1917 (Max Brod, “Frank Kafka: A Biography”, 1995).
En su bello y espectacular libro autobiográfico “Paris era una fiesta” Ernest Hemingway cita (entre otros) la obra del escritor ruso Turguéniev, al respecto dice Hemingway “A partir del día en que descubrí la librería de Sylvia Beach me leí Turguéniev entero, todo lo que había salido en inglés de Gogol, las traducciones de Tolstoi por Constance Garnett y las traducciones inglesas de Chéjov”. No dice Hemingway que Turguéniev en “Padres e hijos” (1862) perfila y por lo tanto anticipa al nihilista revolucionario que da su vida en un acto terrorista en búsqueda de una vida social mejor, pero que en realidad existencialmente, está hastiado de la vida. Tampoco Hemingway tuvo consciencia a pesar de su agudo sentido social (¿Por quién doblan las campanas? 1940) de que en “Relatos de un cazador” (1852), Turguéniev al describir la vida rural en Rusia bajo la esclavitud, influyó de manera determinante en el Zar Alejandro quién conmovido por la novela del escritor ruso en su decisión de abolir la esclavitud en Rusia el país de Lenin. En “Por quién doblan las campanas” se tejen finas influencias, la de John Done un escritor favorito de Hemingway quién escribió “La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y, por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”. Claramente se ve que Done influyó no sólo en el título de la obra maestra de Hemingway sino en su profundo sentido humano. En la Guerra Civil Española relatada por Hemingway, el protagonista, Robert Jordán, lucha por una causa colectiva, enfrentando dilemas morales y personales en una situación de guerra civil. En mi opinión este héroe español corre paralelo con los personajes de “La condición humana” (1933) de André Malraux novela que relata la guerra civil de China de los años 1920´´s. Robert Jordán encarna a Kyo Gisors: Revolucionario idealista, atrapado entre su convicción política y sus dudas éticas, pero más se asemeja a Katow: Militante comunista que encarna el sacrificio y la solidaridad. En John Done, en Hemingway, y en Malraux el mensaje es único y universal la muerte de alguien, también resuena en nosotros, porque somos parte de una misma humanidad. A este trío espléndido podemos agregar el nombre legendario de Karl Marx quien afirmaba “Nada humano me es ajeno” su frase favorita (Confesiones de Marx a Jenny y Laura sus hijas, 1865).
Por cierto, Karl Marx anticipó antes que el libro de Kafka los eventos en torno a la naturaleza burocrática del gobierno a través de la postulación de su axioma sociológico fundamental, que indudablemente rige la Administración Pública, según el cual: “La impotencia es la ley natural de la Administración Pública” (Karl Marx, “Glosas críticas al artículo ‘El rey de Prusia y la reforma social. Por un prusiano”, 1844; en Marx, “Escritos de juventud”, México, FCE,1987. Ver también el artículo de Ariel Eidelman “El joven Marx y el debate del Estado moderno, 1842-1848”, CLACSO, 2013).
La detallada descripción de la férrea burocracia de los estados y gobiernos emanados del socialismo real fue anticipada también por Charles Dickens en su novela “La casa desolada” (1853). Por cierto, se dice que el autor de “Historia de dos ciudades” (1859) visitaba frecuentemente el famoso Pub Lam de la zona de Bloomsbury, allí seguramente escribió la novela que anticipó los rasgos fundamentales de la sociedad burocrática totalitaria de Stalin.
En la zona de Bloomsbury, donde se ubicaba la famosa editorial Faber &Faber trabajó el escritor y poeta T.S. Elliot (otro miembro del grupo Bloomsbury) el famoso autor de “Tierra Baldía” (1922). Sin duda se puede afirmar, que, en uno de los rincones de la editorial, Elliot escribió “Asesinato en la catedral” (1935), drama con ribetes de verso blanco shakespeariano que, cuenta (utilizando los escritos de Edward Grim) el asesinato del arzobispo Tomas Becket ocurrido en el siglo XII (exactamente en 1170) en la Catedral de Canterbury. Edward Grim al parecer fue testigo de ese crimen político-financiero. Grim fue un personaje ubicuo que, dejó notas detalladas de ese infausto suceso. El asesinato del arzobispo Becket fue realizado en el contexto de graves disputas y disensiones políticas entre la aristocracia financiera británica de entonces. Elliot con su novela con carácter de semi-Thriller policíaco sobre el crimen de Tomas Becket, anticipó la lucha enconada en el Vaticano que caracterizó el siglo XX, lucha titánica que, ha relatado con minuciosidad histórica el cronista Gerald Posner, particularmente sobre las intrigas existentes detrás de la acumulación de riqueza en el seno de la iglesia católica (Gerald Posner “God´s Banker: A History of Money and Power at the Vatican”, 2015). Hay quien ha afirmado no sin justa razón, que el asesinato de Roberto Calvi (el denominado banquero de Dios) fue anticipado por el libro de T.S.Elliot. En ambos casos, el asesinato ocurrió en circunstancias misteriosas. El crimen del arzobispo Becket estuvo rodeado de numerosas intrigas al interior de la iglesia en el siglo XII, fue una lucha política y económica de carácter fundamentalmente financiero, donde prevalecía, la actuación de misteriosas sociedades secretas. En el asesinato de Roberto Calvi expresidente del Banco Ambrosiano, con relación estrecha con el Vaticano, también tuvieron que ver sociedades secretas, como la sociedad secreta Propaganda Due (P2), y logias masónicas. En ambos crímenes, hubo conspiración de todo género. El caso Calvi es relatado por Rupert Cornwell en su libro “God’s Banker: An Account of the Life and Death of Roberto Calvi” (1983), este es un libro que, puede leerse como una brillante saga policial, como un thriller criminal de gran suspenso.
En Bloomsbury se ubica el British Museum, famoso por su sala de lectura (Reading Room) donde Marx escribió “El capital” que definió, moduló y anticipó la globalización económica mundial de los siglos XX y XXI. Asimismo, “El manifiesto comunista”, que escribió Marx con su compañero Federico Engels entre 1847 y 1848, parece haber sido escrito en 2008 momento cumbre de la globalización mundial antes de su derrumbe, también anunciado por el profeta Marx. Al formular las leyes dinámicas del capitalismo, Marx anticipó no sólo la globalización, sino el papel del capital financiero en esa globalización, es decir; el sistema de la financiarización del siglo XXI; Marx anticipó también otros eventos propios de la globalización de los siglos XX y XXI, tales como: (i) la crítica antes de que naciera, de la teoría de las Expectativas Racionales de Robert Lucas, fundamento del modelo neoclásico neoliberal globalizador; (ii) la teoría de la información asimétrica que formuló Joseph Stiglitz, cuya presencia es una hendidura negativa, que mina el mundo panglossiano del modelo globalizador de los economistas ortodoxos neoliberales; (iii) la Matriz de Insumo- Producto, puesta en marcha en términos analítico y estadísticos e instrumentales por el grupo de economistas rojos, dirigidos por Nikolai Bujarin, Gueorgui Piatakov y Yevgeni Alekseyevich Preobrazhensky, que propusieron establecer en 1919 una planificación industrial socialista, con elementos de mercado denominada Nueva Política Económica (NEP). De esta industrialización surgió el estudio estadístico de los ciclos económicos y, la Matriz Industrial de Insumo-Producto, que el economista Wassily Leontief, premio Nobel de economía 1973, llevó a occidente, por cierto, un instrumento analítico poderoso que le hizo ganar el premio Nobel de literatura en 1973 (Ver esta anticipación en los volúmenes II y III de “El capital”).
Por estas notables anticipaciones, Karl Marx fue nombrado el profeta de la globalización por Meghnad Desai (“Marx’s Revenge: The Resurgence of Capitalism and the Death of Statist Socialism”, 2004), dictamen que antes había sido avalado por Joseph Schumpeter en 1942 en su texto “Capitalism, Socialism and Democracy”. En junio de 1850, Marx obtuvo el ticket de lector Nº 1833 del British Museum. Es probable que en el Reading Room escribiera el magistral relato político, económico financiero intitulado “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” escrito entre 1851 y 1852 y, donde aplica su imponente teoría de la interpretación materialista de la historia a eventos históricos coyunturales. Similarmente como Rousseau creó a Robespierre, Marx prefiguró con ese texto, las figuras históricas de Lenin y Trotsky, los dos genios políticos más creadores de acontecimientos políticos, económicos y sociales de todos los tiempos. Por cierto, el economista austriaco Joseph Schumpeter con su teoría del desenvolvimiento económico, y su idea de la “destrucción creadora”, anticipó el cambio tecnológico financiero del siglo XXI. La teoría de Schumpeter es una teoría dual simétrica de la teoría dinámica de Karl Marx (Joseph Alois Schumpeter-Roberto Ramos “Karl Marx”, 2021). El texto sobre la dinámica capitalista de Schumpeter se intitula: “The Theory of Economic Development: An Inquiry into Profits, Capital, Credit, Interest and the Business Cycle” (1911), constituye en mi opinión una de las cinco mayores obras del pensamiento económico de todos los tiempos. La “destrucción creativa” de Schumpeter anticipó la revolución tecnológica del siglo XXI impulsada por el capitalismo, y previó el grave riesgo, del régimen contemporáneo capitalista, cuyas grandes corporaciones burocráticas podrían ser barridas en el proceso de “destrucción económica creativa”, cosa que está sucediendo y cuya descripción fue expuesta por el economista griego Yanis Varoufakis. Este proceso dinámico fue denominado por Varoufakis con el término de “tecnofeudalismo”, un régimen postcapitalista orquestado por el capital y los nubelistas digitales “Yanis Varoufakis “Technofeudalism: What Killed Capitalism” (2023). Una crítica incisiva del capitalismo contemporáneo bajo el concepto de tecnofeudalismo se encuentra en Marshall D. Everett “Technofeudalism: The Billionaire Coup Against Democracy: How Elon Musk, Donald Trump, and Zionist Financiers Hijacked America, Weaponized AI, and Built a Corporate Feudal Empire” (2025).
Asimismo, Jean Paul Sartre en su monumental trabajo “Critica de la razón dialéctica”, anticipó el colapso de la URSS y de sus países satélites, cuando en la fecha en que se publicó el año de 1960, los planificadores soviéticos se ufanaban, que pronto antes de fin de siglo, la URSS superaría económicamente a Estados Unidos, y cuando muchos políticos e intelectuales sociales pensaban como un axioma político: “Que país que se convertía en estado comunista constituía un hecho irreversible”. Sartre en ese texto voluminoso previó el total colapso de la URSS y el regreso del socialismo al capitalismo, cosa que sucedió puntualmente conforme a lo anticipado por el magistral estudio sociológico del inefable autor de “El muro” (1939).
Las características de la dinámica de los regímenes político-sociales de izquierda de América Latina (Perú, Argentina, Ecuador, Colombia), y de países europeos (España con el PSOE, y la agrupación Podemos, Grecia con SYRIZA), fueron anticipadas por el escritor Arthur Koestler, sus palabras vertidas en varias de sus novelas han sido proféticas en “Oscuridad al medio día: El cero y el infinito” (1941) escribió Koestler de manera iluminante lo siguiente:
“Hay que encontrar la causa de las deficiencias del Partido. Todos nuestros principios eran correctos, pero nuestros resultados eran erróneos. Este es un siglo enfermo. Diagnosticamos la enfermedad y sus causas con precisión microscópica, pero cada vez que aplicábamos el bisturí, aparecía una nueva llaga. Nuestra voluntad era firme y pura; deberíamos haber sido amados por el pueblo. Pero (al final del camino) terminan por odiarnos. ¿Por qué somos tan odiosos y detestados? Les trajimos la verdad, y en nuestra boca sonaba a mentira. Les trajimos la libertad, y en nuestras manos parece un látigo. Les trajimos la vida viva, y donde se oye nuestra voz, los árboles se marchitan y se oye un susurro de hojas secas. Les trajimos la promesa del futuro, pero nuestra lengua tartamudeaba”.
La anticipación de la literatura policial de los crímenes financieros de cuello blanco en el mundo de la Alta Finanza
A continuación, expondremos varios ejemplos paradigmáticos de anticipación de hechos futuros en el campo de la “Alta Finanza” por parte de escritores que tratan el tema financiero en sus novelas y sagas policiales.
Primer caso: Las iluminantes anticipaciones contenidas en la novela “El dinero” de Emile Zola
El novelista francés Emile Zola representante de la tendencia literaria del realismo naturalista, se consagró como escritor de la talla de Goethe, cuando publicó “Germinal”, novela de dimensión épica calificada por la venerable crítica literaria Ruth Scurr simplemente con el término de “monumental” (Ruth Scurr “Rereading Zola´s Germinal” The Guardian, 2010). Con esta novela, Zola creó un nuevo género literario “el realismo naturalista”, precursor del realismo mágico del boom latinoamericano que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX. Es importante destacar, que el naturalismo de Zola no es mera descripción detallada de la realidad, sino que ahonda en sus novelas en los mecanismos psicológicos profundos detrás de los hechos, pasa este escritor en sus obras de la apariencia (Aussehen) describiendo con detalle hechos constatables con gran minuciosidad, a la esencia (Wesen) al describir los mecanismos psicológicos de la acción humana detrás de los hechos, por esta característica son inmortales “Nana” (1880) y “Germinal” (1885), las dos obras máximas de Zola, aunque a mí en lo personal me resulta muy atractiva “Thérése Raquin (1867), novela que tiene todos los atractivos de una ficción psicológica policial, donde Zola examina un crimen pasional, y va revelando las razones psicológicas humanas de los personajes involucrados y afectados por el crimen de una manera casi perfecta a la manera de su maestro Gustave Flaubert.
En una tesitura similar se encuentra su gran novela “El dinero” (1891), la cual contiene tintes de saga policial, en el que el misterio se encuentra no en el crimen financiero en sí, sino en las razones psicológicas humanas de los participantes en la vorágine de la especulación financiera, tema central de la novela. Zola crea personajes típicos inolvidables que, prefiguran y anticipan el proceso de actuación de los individuos en el mundo dominado por la especulación financiera de finales del siglo XX y primer cuarto del siglo XXI.
Para Zola, la dinámica de la especulación financiera que él entrevió a finales del siglo XIX, en un mundo que desde entonces tendía a lo global, constituía una modalidad peligrosa por sus profundos efectos en la estructura del régimen capitalista del consumo conspicuo del tipo analizado por Thorstein Veblen (“Teoría de la clase ociosa: Un estudio económico de las instituciones”; 1899), especulación que quiere pasar como productiva, pero que entraña significativos peligros sociales para la humanidad, dado que fragmenta de manera abrumadora la personalidad humana, escindiendo dicha personalidad, vaciándola de contenido existencial como lo señalara Hegel al abordar la división del trabajo que ocurrió con la emergencia del capitalismo. Se trata de un peligro previsto por Zola en vísperas del avance incontenible de la financiarización en el esquema económico global capitalista en los albores del siglo XX.
En su texto polémico de 1936 “Narrar o describir”, el afamado crítico literario húngaro George Lukács, minusvalora injustamente a Zola y también a Gustave Flaubert al considerarlos escritores menores, en virtud de que en sus novelas solo describen, no narran como lo hacían Balzac, y Tolstoi. Los escritores naturalistas según Lukács sólo describen en sus novelas con precisión absoluta hechos y detalles minuciosos, que rodean a los sucesos que abordan, sin conectarlos con la acción, lo descrito por los escritores naturalistas no es significativo piensa Lukács. En contraste, los narradores realistas como el citado Balzac narran pocos hechos, pero estos son significativos y sus personajes son activos y modelan la acción social.
En contra de lo afirmado por Georg Lukács, en la novela “El dinero”, Zola alcanza grandeza literaria, porque a mi parecer el naturalismo con que presenta los hechos, la crisis financiera especulativa en toda su complejidad y acción, lo hace merecedor de ser un escritor realista de grandes proporciones en el sentido de Balzac y Tolstoi. Bajo la influencia de la crítica, al naturalismo descriptivo de Lukács, la novela “El dinero”, ha sido injustamente subvalorada. Sin embargo, se trata de una novela que cala muy hondo sobre el peligro de la financiarización globalizadora actual. Zola anticipa fenómenos económico-financieros, que marcarían los siglos XX y XXI, y va más allá retrata genialmente la codicia institucionalizada, al amparo de la especulación financiera. Describe también perfectamente, la fragilidad del sistema financiero global atrapado por la ubicua corrupción, con mayor comprensión, que los esquemas abigarrados de control dictados por Basilea (sea Basilea I, II o III), porque muestra que la corrupción institucionalizada impide soluciones globales estructurales para poner coto de manera genuina a las crisis financieras, y genera mecanismo de control impotentes para atajar sus efectos sociales y económicos, tales como los descritos por Zola en la novela, los cuales son socialmente muy graves, en virtud de que producen la desintegración de la personalidad humana, y el incremento de la desigualdad de la distribución de la riqueza y del ingreso. Los más pobres son los que sufren casi la totalidad de los efectos de la catástrofe económica cuando se desmorona la especulación financiera, Zola describe todo esto con una lucidez impresionante.
¿Qué anticipa Zola en su novela “El dinero”? varios fenómenos de la financiarización, y de las crisis originadas en la especulación tanto de valores como del crédito y sus formas refinadas contemporáneas del siglo XXI como la titularización (securitization). En primer lugar, anticipa el “fraude controlado” (“Control Fraud”) en la dinámica del proceso especulativo financiero de las últimas cinco décadas, descrito un siglo después por William K. Black a propósito de la gran crisis de las sociedades de ahorro y préstamo de EUA ocurrida en 1982. Sobre este tema, William Black escribió tres textos innovadores conceptualmente a saber: Los dos revolucionarios artículos escritos en 2005 “Control Fraud as an Explanation for White-Collar Crime Waves: The Case of the Savings & Loan Debacle”; Y, “Control Fraud as Financial SuperPredators: How Pathogens make Fiinancial Markets Inefficient”. La aplicación sistemática de este concepto al negocio bancario fue desarrollada por William Black en el libro “The Best Way to Rob a Bank is to Own One: How Corporate Executives and Politician Looted the S&L Industry” (2013). Sin duda, los mecanismos descritos por Black son anticipados brillantemente por el autor de “Germinal”.
Emile Zola anticipó también el trabajo analítico de Hyman Minsky, en la que este economista postkeynesiano enunció su hipótesis de la inestabilidad financiera, la cual explica, la dinámica de la especulación económica, asociada con la evolución de las empresas, bajo este ubicuo contexto de poder financiero creciente. La descripción de la especulación financiera que desemboca en la crisis sigue según Hyman Minsky la siguiente secuencia: las empresas en el inicio de la especulación financiera, son extremadamente sólidas, tanto que pueden pagar sus pasivos totales, el saldo de la deuda y los intereses, son denominadas empresas de cobertura (Hedging Firms), posteriormente se van apalancando a medida que se desenvuelve la especulación crediticia y bursátil, convirtiéndose en empresas especulativas (Speculative Firms) cuyos activos y sus flujos sólo pueden pagar sus intereses, pero no pueden repagar el saldo de su deuda, para terminar en la cumbre de la especulación financiera en empresas Ponzi (Ponzi Firms), que no pueden pagar ni el saldo de su deuda ni los flujos de intereses, momento en que todo se desmorona. Puede afirmarse entonces, que Emile Zola anticipa la hipótesis de la inestabilidad financiera de Hyman Minsky (1983). A su vez, la hipótesis de Minsky anticipó la Gran crisis financiera de 2008, que para Ben Bernanke fue más grave que la Gran Depresión de 1929-1933 (Ben Bernanke “The Courage to Act”, 2015). Al estallar la crisis financiera de 2008, los economistas recordaron la teoría de la inestabilidad financiera de Minsky, que denominaron “Momento Minsky” (Duncan Weldon “El hombre que explicó el secreto de las crisis financieras”, 2014; Eduardo Garzón Espinosa “Minsky el hombre que predijo la crisis financiera de 2008, doce años antes de que ocurriera”, 2024). Economistas que además de Hyman Minsky anticiparon la crisis subprime de 2008 fueron: Karl Marx, John Maynard Keynes, Max Webber y Joseph Schumpeter (Bob Jessop “The North Atlantic Financial Crisis and Varietes of Capitalism: ¿A Minsky and or Marx Moment? And Perhaps Max Weber too? 2013; Mark Knell “Schumpeter, Minsky and The Financial Instability Hypothesis”, 2014).
Asimismo, ambos; Hyman Minsky y Emile Zola anticiparon la crisis de deuda griega y la transformación de numerosas empresas griegas sólidas (Hedging Firms), primero en empresas especulativas (Speculative Firms) y luego en empresas Ponzi (Ponzi Firms). En un vasto ejercicio econométrico, distinguidos economistas rusos al analizar la crisis de deuda griega mostraron esa conversión Minskiana para 36 empresas griegas, proceso que abarcó 2001-2014 (Sergey Beshenov & Ivan Rozmainsky “Hyman Minsky´s Financial Instability Hypothesis and The Greek Debt Crisis”, Russian Journal of Economics, November, 2015).
Emile Zola también describió en su novela, el arbitraje financiero que alimenta la burbuja crediticia. Analizó la implacable lucha entre financieros especuladores bajistas y financieros especuladores alcistas. “En el dinero” Zola describe de manera minuciosa como si fuese un técnico consumado de la Reserva Federal o de BANXICO, la lucha entre el frío y cerebral especulador Gundermann que, apuesta a la baja contra las acciones del Banco Universal, y el personaje Aristide Saccard, que, apuesta al alza en dichas acciones. Este último creía en la continuidad perene del movimiento alcista, en una anticipación de la postura mantenida por el economista neoclásico Irving Fisher quien contra toda razón lógica se empecinó en mantener una postura alcista en la crisis de 1929-1933, previó al desencadenamiento de dicha crisis. Mark Skousen en el capítulo doce de su libro “The Making of Modern Economics: The Lives and Ideas of the Great Thinkers” (2009) trata la terrible falla de Irving Fisher la de empecinarse en una postura alcista. Skousen no liga la actitud del economista norteamericano, uno de los fundadores de la sociedad econométrica, con la actitud de Aristide Saccard el personaje clave de la novela de Emile Zola.
En la novela de Emile Zola se prefigura la lucha de 2008 entre David Einhorn el gestor de fondos de cobertura Greenlight Capital, jugador bajista implacable contra las acciones de Lehman Brothers, y Richard Fuld CEO de Lehman apostando al movimiento alcista. En ambos casos la victoria fue para el jugador bajista, Gundermann en la novela de Zola quien con su postura bajista destruye al Banco Universal de Aristide Saccard, similarmente a como el bajista David Einhorn contribuyó a destruir a Lehman Brothers del CEO Richard Fuld (el llamado gorila de Wall Street). En ambos casos, los triunfadores utilizaron información privilegiada, en la novela de Zola, Gundermann utilizó información que le proporcionó la baronesa Sandorff, sobre el agotamiento financiero de Saccard y de los accionistas del Banco Universal. Por su parte, David Einhorn utilizando información privilegiada de gente asustada de Lehman Brothers desencadenó las ventas en corto sobre las acciones de Lehman Brothers, proceso al que siguió con las acciones de los demás bancos de Wall Street en la crisis de 2008. Uno de los procesos de ventas en corto más espectaculares fue el que adoptó el sistema financiero bajo la forma de seguros de incumplimiento crediticio, los famosos Credit Default Swaps (CDS). Michael Lewis en su libro “The Big Short: Inside the Doomsday Machine” (2011) hace una brillante reseña del papel de los CDS en la crisis financiera de 2008. Por cierto, Michael Lewis escribió un libro denominado “Premonition” (2021) para demostrar que el “presagio”, y el “presentimiento” de eventos de shock sociales y económico-financieros son una realidad tangible. A propósito del especulador bajista, David Einhorn, este personaje fue multado por utilizar información privilegiada (Inside Trading) por la Financial Service Authority de Inglaterra con 7.2 millones de libras esterlinas. El arbitrajista utilizó información privilegiada de la compañía Punch Tavern para realizar ventas de las acciones que poseía su empresa Greenlight Capital en la empresa Punch.
Emile Zola describe personajes como los banqueros Jacoby, Delarocque, Sabatini y Schlosser, que pertenecen a una banda de especuladores inescrupulosos que, saben salir indemnes de una crisis financiera, que ellos mismos provocaron, para proseguir con sus irregularidades cometidas en la vorágine especulativa francesa, y lograr imparables dividendos en la crisis, y actuando del mismo modo -dice Zola- en las crisis de las bolsas de Berlín o de Viena. Estos banqueros de la novela de Zola capaces de reciclarse en el mundo de la Alta Finanza bien pudieran prefigurar a personajes como: G. Chris Andersen director de la banca de inversión Drexel Burnham destruida por acusaciones de fraude bursátil, quien después del ocaso de Drexel, saltó a ser vicepresidente de PaineWebber y luego presidente del exitoso hedge fund GC Andersen Partners; Mark Attanasio, jefe del mercado de capitales de Drexel, quien se recicló pasando a ser presidente del fondo de cobertura mundial Crescent Capital, acumulando tal riqueza que adquirió el equipo de beisbol los Cerveceros de Milwaukee; Don Engel, un banquero de inversiones de Drexel muy cercano al legendario Michael Milken. Engel fue famoso por organizar las conferencias anuales de Drexel en Beverly Hills denominadas “Predators´Ball”, es ahora consultor del fondo de cobertura Morgan Joseph TriArtisan; Ken Moelis quien fuera director general de Drexel, después de la declaración de bancarrota de la institución, se unió a Donaldson, Lufkin & Jenrette y a UBS antes de crear su muy exitoso banco de inversión, Moelis & Co; Jon Sokoloff, quien era director de finanzas corporativas de Drexel después de su debacle se asoció con el banco de inversión Leonard Green & Partners y ahora es director en jefe de Whole Foods Market, J. Crew Group and Shake Shack; Lorraine Spurge secretaria de Michael Milken leal hasta el último minuto a su jefe, se recicló en el área de mercados de capitales en Guggenheim Partner; Leon Wagner uno de los directores del legendario departamento de Junk Bonds de Drexel creación de M. Milken, es CEO de Golden Tree Asset Managment; Gary Winnick senior ejecutivo del departamento de alto rendimiento del grupo de Junk Bonds de Drexel se recicló y es ahora socio fundador de la compañía de telecomunicaciones Global Crossing; Peter Ackerman segundo de Michael Milken jefe de mercados de capitales internacionales de Drexel, apoyando a Milken en sus estructuras financieras con Junk Bonds ganó 300 millones de dólares en el último año de Drexel, y para evitar los cargos judiciales que después de la quiebra de Drexel, le iniciaron la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) y el Resolution Trust Corporation sólo pagó 78 millones de dólares, con el patrimonio restante obtenido fundó la empresa Safari Acquisition e intentó un take over hostil para apoderarse de la Metro Goldwyn Mayer, asimismo, fundó las firmas de inversión Rockport Capital Inc, y Crown Capital; Leon Black cercanísimo a Michael Milken, es ahora CEO del hedge fund Apollo Global Managment. Varios miembros de Black Rock como Axel Christensen trabajaron en Drexel. El relato de Brett Duval Fromson para la revista Fortune intitulado “Los últimos días de Drexel Burnham” (16 de octubre de 2015), parece un relato de la quiebra de “El Banco Universal” de la novela “El dinero” de Zola.
Así como dice Oscar Wilde que Robespierre surgió de las páginas de Juan Jacobo Rousseau, Michael Milken el creador de los Junk Bonds es una emanación del implacable arbitrajista Gundermann descrito por Zola. Sin embargo, más similitud tiene este personaje que en todo triunfa a Larry Fink el CEO de BlackRock. ¿A quién anticipa Aristide Saccard el especulador principal de la novela de Emile Zola? Sin duda al arbitrajista Ivan Boesky quien se enriqueció utilizando como Gundermann información privilegiada, el primero de Drexel, el segundo del Banco Universal. El libro de James B. Stewart “Den of Thieves” (1992) que ganó el premio Pulitzer trata como un thriller emotivo la caída de Drexel, de Michael Milken, de Boesky, de Martin Siegel y otros banqueros de inversión. El extenso relato de Stewart pudiera considerarse como una actualización de “El dinero” de Emile Zola.
Los personajes derrotados con la caída del Banco Universal de Saccard, como Maugendre, el empresario Sédille, Pilleraut, y el propio Saccard recuerdan en su colapso al grupo de Enron, Saccard recuerda a Ken Lay, los asociados de Saccard recuerdan a Rebecca Mark, Jeff Skilling y Andrew Fastow. En la novela de Zola el financiero Mazaud se suicida, igual lo hace en la vida real J. Clifford Baxter de Enron. Las similitudes prosiguen puesto que el Banco Universal de Saccard se expande por sus proyectos en las colonias francesas en Egipto, y Asia especialmente en la India, que al final de la fase especulativa se demuestran que son proyectos fallidos, de igual manera Enron se expande con sus inversiones en América Central y América del Sur, África, Filipinas y la India, y se colapsa porque se trata de proyectos sin sustento, en ambos colapsos, ocurre contabilidad creativa, y fraude corporativo.
En síntesis, en “El dinero” Emile Zola disecciona al personaje Aristide Saccard, en los momentos de su gloria y en los momentos de su colapso, lo describe como un especulador financiero sumamente ambicioso y sin escrúpulos más en la línea de Ken Lay y Andrew Fastow que en la línea de Michael Milken, este último a diferencia de los primeros es un genio financiero. Llevado por su ambición Saccard funda un banco denominado Banco Universal (a la manera de la aventura en Francia del escocés John Law), para financiar proyectos dudosos en el Oriente Medio. El comportamiento psicológico de Saccard muy detallado por Zola, le permite al escritor hacer una anatomía y fisiología de los mecanismos e instrumentos financieros inherentes a la especulación no sólo bursátil sino también crediticia, a la manipulación del mercado financiero, fundamento de la creación de las burbujas crediticias y bursátiles. Zola argumenta que estos mecanismos pueden generar valor agregado, pero también pueden conducir a inmensos desastres financieros al generar expectativas ilusorias de enriquecimiento, que solo destruyen riqueza pero casi siempre deja intacta la mayoría de las fortunas personales, y son los más pobres de la sociedad quienes pagan la mayoría de los costos económicos del colapso financiero, generando con ello una rampante desigualdad porque, con excepciones, los especuladores se reciclan y logran preservar su riqueza personal. “El dinero” de Zola tiene la virtud de ser una crítica social y económica y no sólo una descripción psicológica de los individuos. La visión de Zola es totalmente profética revela con gran claridad que, si el dinero es un fin en sí mismo, es un factor destructivo de la solidaridad social humana, corrompe todo los engranajes económicos y sociales, y mina de forma destructiva e implacable los más nobles ideales políticos.
Para el profeta y escritor Zola, “El dinero” considerado como fin absoluto genera periódicamente escándalos financieros, como lo demuestran las 157 crisis financieras descritas por los investigadores del FMI citados más arriba. Nuestro autor, sin conocer estos eventos futuros, ya advertía sobre un sistema financiero que premia la apariencia (Aussehen) sobre la sustancia o esencia (Wesen). Zola anticipó no solo los mecanismos técnicos de la especulación, sino también el perfil psicológico más completo del especulador moderno: carismático, audaz, y dispuesto a sacrificarlo todo por la acumulación de riqueza monetaria. El personaje Busch que crea Emile Zola en su novela, no es otra cosa que el moderno gestor de fondos buitre, quienes gestionan deuda corporativa y estatal en forma inescrupulosa. El personaje Busch de la novela de Zola anticipa a Paul Singer CEO del Vulture Fund Elliot Management Corporation (EMC), quien compró deuda pública de Argentina en default crediticio a gran descuento y que, buscó no sin éxito que el gobierno argentino pague la casi totalidad de los bonos adquiridos dejándole un margen de beneficio significativo a EMC. El Busch de Zola anticipa a otro personaje del mundo del Vulture Fund, Wilbur Ross. Es importante señalar, como un ejemplo paradigmático que en la reestructura financiera de la empresa pública de Puerto Rico “Autoridad de Energía Eléctrica” (AEE) declarada en quiebra, actúan como acreedores diversos Vulture Funds, bajo la apariencia de fondos de cobertura (Hedge Funds), los cuales adquirieron bonos de AEE a enorme descuento. De estos “Vulture Funds”, Destacan los siguientes: Nuveen Asset Management; BlackRock Financial Management; Franklin Advisers; Alliance Berstein; Capital Research & Management; Macquarie Investment Management; Goldman Sachs; Invesco; MacKay Shields; Massachusetts Financial Service Company; y T. Rowe Price.
Aunque el personaje Busch es un empresario que tiene un invisible Vulture Fund en la novela de Zola, es un individuo no una institución. Sin embargo, la forma en que Zola describe sus actividades en la reestructuración de deudas privadas y públicas revela que le acompaña una red sofisticada de personas a su disposición, como si existiera una institución financiera consolidada. Zola en todo caso anticipa la manera en que actúan los gigantes financieros incluidos ciertos hedge funds. Describió también con gran precisión los mecanismos de concentración de capital, sin excluir el papel del factor político (probablemente influido por la lectura de “El capital” de Marx a quien Emile Zola cita en su novela con gran simpatía por sus esfuerzos para crear como mecanismo de defensa económica la Asociación Internacional de los Trabajadores).
En la novela, Aristide Saccard y su Banco Universal canalizan recursos de capital francés para crear un gigante financiero una especie de fondo de cobertura, promoviendo inversiones grandiosas en el extranjero, como recientemente lo hicieron Enron o BlackRock. La estrategia de Saccard es generar confianza en el público y en los inversionistas potenciales mediante propaganda sagaz, inflando el valor de las acciones, incluyendo la atracción de inversionistas sin una base económica sólida pero que tienen aspiraciones de enriquecimiento que les brinda las expectativas optimistas de la burbuja financiera. Este retrato de Zola tiene su contrapartida moderna en fondos de cobertura como PIMCO de William Gross; Tiger Managment de Julien Robertson, el extinto Long Term Capital Managment de los premios Nobel de economía Myron Scholes, Robert Merton y del extrader de Salomon Brothers John Meriwether; Paul & Co., de John Paul; Blue Crest Capital Managment de Michael Platt; Elliot Managment Corporation de Paul Singer; Citadel de Kenneth Griffin; Quantum Group of Funds de George Soros; Green Light Capital de David Einhorn; Bridgewater Associates de Ray Dalio; y D.E. Shaw & Co., de David Shaw; y BlackRock de Larry Fink. Estos fondos de cobertura (Hedge Funds) utilizan preferentemente los recursos de los pensionados de todo el mundo. Si el proyecto que administran triunfa, las ganancias mayores van al fondo de cobertura, si el proyecto fracasa, los pensionados son los que pierden. Es una lógica especulativa ubicua, centrada en la percepción (Aussehen) y no en la esencia (Wesen), lo que convierte en Casino a la economía, como lo expresara Keynes y propicia que las decisiones de política pública tengan que incluir recomendaciones de estos fondos como veremos más adelante, cuyos portafolios en gran medida están focalizados en bonos soberanos y en bonos de gobiernos subnacionales, así como en bonos de empresas públicas generadoras de cuantiosos ingresos (PEMEX, CFE, CODELCO, PETROBRAS etcétera). Zola, con su mirada crítica, en la novela “El dinero”, advertía sobre los riesgos de un sistema donde el capital volátil especulativo se convierte en un poder supranacional, capaz de moldear las decisiones de gobiernos y economías. En este sentido, advierte Zola en el lejano siglo XIX de los peligros de la extranjerización del sistema financiero, advertencia que recuerda la que hizo Margaret Thatcher a Pedro Aspe, secretario de Hacienda de Carlos Salinas de Gortari a quien le expresó: “Privaticen todo, pero no entreguen el sistema financiero al capital extranjero, porque de lo contrario la soberanía de su país estará en grave riesgo”. Con el predominio de los gigantes financieros se puede trazar un puente fascinante entre literatura (Balzac, Dickens, Zola, Chesterton, Vargas Llosa entre otros) y economía contemporánea. En lo particular estoy plenamente convencido que la crítica de Émile Zola en El dinero es sorprendentemente actual, sí, por ejemplo, la conectamos con el concepto de los nubelistas tecnológicos financieros, término acuñado por Yanis Varoufakis para describir a la nueva élite que domina la economía digital: los dueños de plataformas como Amazon, Google, Facebook o Tencent.
Otra importante faceta que describe con lujo de detalle la novela de Emile Zola es el vínculo a veces visible, a veces invisible entre el poder económico y el poder político. Zola retrata a Aristide Saccard como un especulador que manipula la confianza pública y la de los inversionistas, utilizando el poder político, el de su hermano que es ministro de Estado del gobierno imperial de Francia. Se trata de una situación paradójica, en virtud de que los hermanos Saccard son enemigos ideológicos de la misma clase. Saccard saca provecho del cargo político de su hermano Eugene Rougon (quien cambia su nombre para distanciarse del especulador financiero) para atraer inversionistas, y para sostener la burbuja financiera. Es interesante, la antítesis de los dos hermanos Eugene Rougon, es un ministro conservador a quien, le repugna la especulación financiera porque intuye que puede desestabilizar al sistema político imperial basado en la industria manufacturera capitalista, Aristide Saccard hermano de Rougon representa al capitalismo salvaje financiero que solo ve la ganancia de corto plazo. Aunque Zola describe estructuras financieras que operan en el siglo XIX, su lógica es inquietantemente similar a la de los nubelistas del siglo XXI, que no crean valor productivo, sino que extraen renta a través del control de los flujos financieros, de la información o atención digital, como lo señala el economista griego Yanis Varoufakis. Para el exministro de finanzas de Grecia esta nueva clase no vive del beneficio capitalista tradicional, sino de la renta generada por el acceso a plataformas digitales —una forma de “tecnofeudalismo” donde los usuarios son siervos de la nube y los nubelistas, son los nuevos señores feudales.
Emile Zola, sin conocer al capital nubelista, lo anticipa, ya advertía sobre un sistema donde el capital se convierte en un poder suprasocial, capaz de moldear gobiernos, manipular mercados y ¿por qué no? destruir vidas. En conclusión, con la obra “El dinero” de Zola hemos corroborado el célebre Axioma Wilde-Keynes.
Segundo caso: Las anticipaciones de la saga policial de E. C. Bentley “El último caso de Philip Trent” (1913)
Sobre esta novela policíaca por su terso estilo, su trama elegante y sofisticada como los memorables finales de juego de las partidas de ajedrez de José Raúl Capablanca, el flemático London Detection Club (LDC) afirmó sin titubear que: “La novela de Bentley es la mejor novela policíaca jamás escrita”. Para que el lector reflexione sobre la calidad de la afirmación anterior, considere que el Detection Club se integró por escritores de la talla de Simon Brett, G.K. Chesterton, Agatha Christie quien presidió el club hasta su fallecimiento, Lord Gorell, H.R.F. Keating, la inefable Dorothy Sayers, E.C. Bentley, y Julian Symons entre otros clásicos del género. Si el Beatle John Lennon expresó con su contundencia característica que su obra “I Am the Walrus” es la canción que sobrevivirá los siglos, análogamente Dorothy L. Sayers expresó que “El último caso de Philip Trent”, es la única historia detectivesca que pasará a la posteridad como un clásico, como una obra maestra. Por su parte, Agatha Christie afirmó que la novela de Bentley es una de las tres mejores novelas de detectives jamás escrita. Gilbert Keith Chesterton, afirmó que “El último caso de Philip Trent, es la novela de detectives más deliciosa jamás escrita”. En realidad, la novela de Bentley es una saga policial muy sofisticada, cuyo autor la dedicó al creador del famoso detective el padre Brown, Gilbert Keith Chesterton ¿Por qué lo hizo? Fue sin duda la respuesta de Bentley al hecho de que Chesterton le había dedicado su novela filosófica y policial “El hombre que fue jueves” (1908).
“El último caso de Philip Trent” es una saga policial sobre el misterioso asesinato del magnate Sigsbee Manderson, un empresario singular e inescrutable cuya descripción por Bentley anticipó todas las características psicológicas personales del magnate industrial sueco Ivar Kreuger el llamado rey de los fósforos, quien a través de sus empresas Kreuger & Toll y Swedish, logró apoderarse en las primeras décadas del siglo XX del setenta y cinco por ciento de la producción mundial de fósforos. Su monopolio mundial fue realizado otorgando préstamos a gobiernos a cambio de que le dieran concesiones en el mercado de los fósforos, como en el caso de Manderson, el ascenso de Kreuger fue impulsado por personajes dudosos, encumbrados en las altas esferas del poder político. ¿Por qué anticipa el personaje central de la novela de Bentley el magnate de la ficción policíaca Sigsbee Manderson, al magnate de la vida real Ivar Kreuger, quien jugó un papel relevante en la crisis de 1929-1933? Ambos personajes eran personas solitarias, lobos esteparios, pero muy poderosos en el mundo financiero e industrial, Manderson en la novela es descrito como un coloso financiero en Wall Street, cuyo poder irradia a todo el mundo. Ivar Kreuger, el “Rey de los fósforos” era un magnate con poder real en cuando menos una treintena de países. Manderson es descrito por Bentley como un magnate sin amigos, con una vida personal misteriosa, descripción que cuadra perfectamente con el magnate sueco, ambos son empresarios implacables, como también lo fue John D. Rockefeller el fundador de la empresa petrolera Standard Oil Co. Respecto a este último, la dureza y crueldad de su actuación fueron expuestas con impresionante meticulosidad por la periodista Ida Minerva Tardell, en un libro épico publicado en 1904 a saber: “The History of the Standard Oil Company”.
Otra similitud entre Manderson y Kreuger fue que ambos murieron en forma misteriosa. Manderson se suicida para inculpar a John Marlowe, su secretario por sospecha de traición y celos en donde no está exenta la envidia. Manderson teniendo toda la riqueza material que, pueda obtenerse en esta vida, como el Hamlet de Shakespeare, o como Roquetin el personaje de la “Nausea” de Sartre, se encuentra vacío, entonces decide planear su suicidio muy cuidadosamente para inculpar a su secretario a quien le tiene una envidia perversa y maligna que se acrecienta al sospechar que su esposa secretamente ama a su secretario. El magnate sueco Ivar Kreuger, como Manderson oficialmente se suicida, ante las presiones políticas de bancos y hombres de gobiernos europeos en crisis. En el caso de Manderson el escenario del suicidio se manipula, en el caso de Ivar Kreuger, su hermano Torsten Kreuger aduce que la escena del crimen fue manipulada, la pistola con la que supuestamente se suicidó Ivar no era suya.
Manderson y Kreuger estaban metidos en fraudes contables y financieros, es decir sus imperios fueron construidos sobre secretos, el poder que llegaron a alcanzar ocultaba practicas financieras turbias. Manderson e Ivar Kreuger en el mundo de los mercados financieros eran vistos con respetabilidad como guardianes insobornables de los mercados, pero en privado ambos tenían los impulsos criminales y delictivos de los piratas. Ambos Manderson y Kreuger cultivaban una imagen de benefactores financieros, mientras ocultaban con gran astucia una red de engaños. El magnate de la ficción de la novela de Bentley, Manderson representa una crítica anticipada al tipo de financiero que Kreuger encarnó en la vida real: poderoso, enigmático y finalmente trágico. Para conocer con más detalle la historia trágica del empresario sueco, recomendamos el libro de Frank Partnoy “The Match King: Ivar Kreuger, The Financial Genius Behind a Century of Wall Street Scandals” (2009). En el texto de Partnoy se describen de manera muy documentada la manera en que emergió el imperio de Kreuger, sus innovaciones financieras empresariales, la constitución de “Shell Companies” en los incipientes paraísos fiscales, de entonces la creación de operaciones fuera de balance (off-balance-sheet accounting), el falseamiento de la contabilidad. Muchas operaciones financieras de Kreuger mutatis mutandis se asemejan a las que se fabricaron antes de la crisis financiera internacional de 2008.
¿Qué otros personajes, encarna el magnate Manderson de la novela de Bentley? Sin duda al magnate de la prensa estadounidense William Randolph Hearst personaje ubicuo, egocéntrico a más no poder que, siendo dueño de 28 periódicos de circulación nacional en Estados Unidos, los utilizó para acrecentar su imperio económico, promoviendo acciones políticas que favorecían sus intereses personales. Similarmente, Sigsbee Manderson anticipa características de algunos magnates como Rupert Murdoch, dueño de cadenas de medios en países de la comunidad británica, y de Estados Unidos, propietario del Sunday Times, del Wall Street Journal y de 21 Century Fox. Murdoch como Hearst utilizan el espionaje de figuras públicas para sus propósitos de control económico y político. Otra replica de Manderson es Phil Falcone el fundador de Harbinger Capital que dispone actualmente de un patrimonio neto de dos mil doscientos millones de dólares, y quien actualmente vive en un ático de 27 habitaciones en el Upper East Side de Manhattan. Falcone creó y consolidó una fortuna en el despiadado mundo de los bonos chatarra (Junk Bonds).
Desde mi punto de vista, el magnate de la novela de Bentley reaparece en el personaje central de la película “Citizen Kane” de Orson Wells, quien a su vez no es más que una réplica sutil del magnate Randolph Hearst. Abrumado por el filme “Citizen Kane”, considerada la mejor película de la historia, el escritor argentino Jorge Luis Borges efectuó una célebre reseña en 1941 que parece un capítulo de la novela de Bentley. La reseña de Borges se intitula “Un film abrumador”. Vale la pena citarla en extenso: “Citizen Kane -expresa Borges- tiene por lo menos dos argumentos. El primero, […] casi banal, quiere sobornar el aplauso de los muy distraídos. Es formulable así: Un vano millonario acumula estatuas, huertos, palacios, piletas de natación, diamantes, vehículos, bibliotecas, hombres y mujeres; a semejanza de un coleccionista anterior […]descubre que esas misceláneas y plétoras son vanidad de vanidades y todo vanidad; en el instante de la muerte, anhela un solo objeto del universo ¡un trineo […] con el que su niñez ha jugado! El segundo es muy superior. Une al recuerdo de Koheleth el de otro nihilista: Franz Kafka. El tema (a la vez metafísico y policial, a la vez psicológico y alegórico) es la investigación del alma secreta de un hombre, a través de las obras que ha construido, de las palabras que ha pronunciado, de los muchos destinos que ha roto. El procedimiento es el de Joseph Conrad en “Chance” (1914) y el del hermoso film “The Power and The Glory”: la rapsodia de escenas heterogéneas, sin orden cronológico. Abrumadoramente, infinitamente, Orson Welles exhibe fragmentos de la vida del hombre Charles Foster Kane y nos invita a combinarlos y a reconstruirlo. Las formas de la multiplicidad, de la inconexión, abundan en el film: las primeras escenas registran los tesoros acumulados por Foster Kane; en una de las últimas, una pobre mujer lujosa y doliente juega en el suelo de un palacio que es también un museo, con un rompecabezas enorme. Al final comprendemos que los fragmentos no están regidos por una secreta unidad: el aborrecido Charles Foster Kane es un simulacro, un caos de apariencias. (Corolario posible, ya previsto por David Hume, por Ernst Mach y por nuestro Macedonio Fernández: ningún hombre sabe quién es, ningún hombre es alguien). En uno de los cuentos de Chesterton —The Head of Caesar, creo— el héroe observa que nada es tan aterrador como un laberinto sin centro. Este film es exactamente ese laberinto. Todos sabemos que una fiesta, un palacio, una gran empresa, un almuerzo de escritores o periodistas, un ambiente cordial de franca y espontánea camaradería, son esencialmente horrorosos; Citizen Kane es el primer film que los muestra con alguna conciencia de esa verdad. La ejecución es digna, en general, del vasto argumento. Hay fotografías de admirable profundidad, fotografías cuyos últimos planos (como en las telas de los prerrafaelistas) no son menos precisos y puntuales que los primeros. Me atrevo a sospechar, sin embargo, que Citizen Kane perdurará como “perduran” ciertos films de Griffith o de Pudovkin, cuyo valor histórico nadie niega, pero que nadie se resigna a prever. Adolece de gigantismo, de pedantería, de tedio. No es inteligente, es genial: en el sentido más nocturno y más alemán de esta palabra”. En esta reseña se olvidó Borges de citar al matemático y filósofo Blas Pascal, el primero en considerar con terror metafísico la idea de un universo geométrico constituido por una esfera infinita, sin un centro (Pascal “Pensamientos” 1670).
El magnate Manderson de la novela de Bentley es una figura inescrutable su riqueza le permite eludir cualquier escrutinio moral. Encarna al capitalista moderno en su fase financiera de especulador y manipulador de mercados, representa la dualidad del universo físico en su fase amoral el de la esfera infinita de Pascal, sin un centro lo que representa el vacío moral de una elite que opera sin vínculos humanos como el Ciudadano Kane, como los modernos financieros, como John Gutfreund en su momento el “Rey de Wall Street” CEO de la extinta firma de Salomon Brothers. Tal es el poder anticipatorio de la novela de Bentley.
Tercer caso: Los relatos policiales sobre la Alta Finanza de Gilbert Keith Chesterton, un preludio de los delitos financieros incurridos durante los rescates bancarios
El Sistema Político en las sociedades autoritarias (aunque puedan presumir cínicamente de promover la democracia) está construido para generar total impunidad. Quien mejor ha reflejado la impunidad que campea a menudo -no siempre- en el mundo más selecto de la elite social y económica como el representado por la “Alta Finanza” es nuestro conocido escritor inglés Gilbert Keith Chesterton, tal como se aprecia particularmente en los ocho relatos policiales, que integran su obra “El hombre que sabía demasiado” (1922). Al respecto recomiendo encarecidamente la lectura de esta obra singular en la perfecta traducción que hiciera de ella Julio Cortázar.
En los relatos de Chesterton, el detective principal Horne Fisher, es un hombre de vasta cultura, de genio renacentista, profundo y versátil que le permite ver todo lo que ocurre en la vida social, lo que aparece en la superficie de la dinámica política y todo el océano negro de vilezas, traiciones y corrupción que impera tras bambalinas, en la sociedad capitalista más refinada, sobre todo en la integrada por la élite de la “Alta Finanza”. Chesterton a través del detective Horne muestra en los citados relatos que, la elite financiera cuando comete irregularidades mayores casi siempre queda libre de condena. La enseñanza es clara: con los beneficios derivados de la inmunidad, los miembros de la “Alta Finanza” logran consolidar de manera firme, su inmenso poder económico, especialmente cuando utilizan sus numerosas conexiones y ramificaciones en el mundo de la política. Así, Horne Fisher después de resolver numerosos casos de crímenes financieros, y al hacer una evaluación de los resultados obtenidos, le informa a su compañero Harold March (émulo perfecto del doctor Watson en los relatos de Sherlock Holmes) con un dejo de tristeza infinita, que sus triunfos al resolver los casos delictivos, no recompensan los fracasos y la impotencia que siente al estar imposibilitado, casi siempre de castigar a los perpetradores de los crímenes, cuando estos ocurren y, especialmente cuando se presentan en la selecta esfera social de la “Alta Finanza”.
En el fascinante relato “El rostro en la diana”, el detective Horne Fisher, después de elucidar el asesinato realizado en el mundo de la Alta Finanza resuelve el caso criminal pero, revela a su dilecto amigo con cierta desesperanza y frustración y con la resignación de un detective que es, y se siente impotente para impartir la justicia plena, lo siguiente: “Harold no he capturado nada, siempre que resuelvo un caso criminal, invariablemente cuando capturo al pez, tengo que devolverlo al agua, especialmente si se trata de un pez gordo” (Chesterton “El hombre que sabía demasiado”).
En sus relatos, Chesterton considera como más graves las consecuencias de las acciones de los crímenes financieros de cuello blanco que, el sufrimiento humano infligido por una revolución política impulsada por los de abajo. En este tema Chesterton se adelanta a los resultados de la sociología criminal, como son representados por el trabajo clásico pionero sobre el crimen financiero de cuello blanco, en la formulación dada por el inventor de este género sociológico, Edwin Hardin Sutherland en 1939. Al respecto, recomiendo profusamente el texto de Sutherland “White Collar Crime: The Uncut Version” (1985), en virtud de que es la versión que presenta el texto tal y como fue escrito originalmente. El libro clásico contemporáneo sobre los delitos de la “Alta Finanza”, es el de James William Coleman intitulado “The Criminal Elite: Understanding White-collar Crime” (2005), en el que este distinguido sociólogo estadounidense afirma que, el delito financiero de cuello blanco es abrumadoramente superior en sus consecuencias económicas y sociales al crimen convencional, James Coleman afirma por ejemplo, que el costo económico de la crisis financiera de las Saving & Loan de 1982, en EUA (una crisis saturada de graves irregularidades), fue mucho mayor que el costo económico de los crímenes convencionales cometidos en la ciudad de Nueva York durante catorce años.
¿Qué anticipa Chesterton en las sagas policiales de El hombre que sabía demasiado?
Un tema que anticipa además de clarificarlo y catalogarlo como parte del capitalismo financiero global, es el tema de la impunidad refinada o sofisticada. El detective de Chesterton Horne Fisher resuelve crímenes complejos, pero nunca logra que los culpables enfrenten consecuencias legales. ¿Por qué? Porque los criminales suelen ser figuras en la cumbre del poder político, económico o militar, y exponerlos significaría desestabilizar al gobierno o provocar un escándalo nacional, incluso su captura puede perjudicar intereses de la masa del pueblo, puede frenar los ascensos de los miembros de las agrupaciones políticas progresistas de izquierda. Chesterton utiliza esta paradoja difícil de desenrollar, que da pauta a la corrupción sistémica: Fisher el detective “sabe demasiado” porque conoce los entresijos del poder, y eso lo convierte en un detective impotente. La justicia, en este universo chestertoniano, está subordinada a la conveniencia política. El detective es un hombre frustrado que puede ver la verdad, resolver el crimen, pero no puede actuar para castigar a los culpables de los delitos sin consecuencias mayores. Es una visión profundamente kafkiana y totalmente lúcida de cómo funciona el sistema: saber demasiado no te da poder, sino que te condena al silencio si estas fuera de la estructura de poder.
Uno de los relatos más representativos del tema de la impunidad en El hombre que sabía demasiado es “El rostro en la diana”. En esta saga, Horne Fisher investiga el asesinato de un político prominente, Humphrey Turnbull, quien aparentemente muere en un accidente automovilístico. Sin embargo, Fisher descubre que fue asesinado por un disparo cuidadosamente calculado por un miembro ubicado en la cumbre del poder político. Lo impactante no es en sí las brillantes y geniales deducciones del detective para la resolución del crimen, sino lo que Fisher decide hacer con la verdad: no denunciar al culpable. ¿La razón? El asesino es una figura clave del gobierno, y exponerlo provocaría una crisis política de gran escala, que a su vez provocaría una crisis económica desfavorable a las clases trabajadoras. Fisher concluye que revelar la verdad haría más daño social que bien, y opta por el silencio. Este relato encapsula la tragedia del personaje: Fisher no es indiferente al crimen, pero su conocimiento de cómo opera el sistema político y económico lo paraliza. Como él mismo dice: “Sé demasiado. Ese es el problema de todos nosotros”. Saber demasiado, en este contexto, no empodera, sino que condena a la impotencia moral.
Otro relato fascinante donde la impunidad se despliega con fuerza es “El agujero en el muro”. En esta historia, el detective Horne Fisher investiga la muerte de un joven aristócrata, ocurrida durante una cacería. Las apariencias (Aussehen) indican un accidente, pero Fisher cala hondo en sus deducciones basadas en la esencia (Wesen), lo que le permite descubrir que fue un asesinato cuidadosamente encubierto. Fisher se da cuenta (sabe demasiado) que el crimen está vinculado a una red de intereses políticos y familiares: el criminal es parte de la élite, y desenmascararlo implicaría destruir reputaciones de personas e individuos de bien que lo rodean y desatar un escándalo nacional destruiría su reputación. Una vez más, Fisher opta con claridad por no revelar la verdad públicamente. De esta manera, la justicia real queda en suspenso, aplicar la rendición de cuentas, tendría consecuencias sociales nefastas sobre todo para el movimiento progresista. Verbiracia la investigación policial llevada a cabo por el abogado británico Philippe Sands para relacionar al general chileno Augusto Pinochet con Walther Rauff, oficial de las SS alemanas, en los crímenes de la DINA contra militantes socialistas de Chile durante la dictadura pinochetista, relatado en el libro Thriller que escribió Sands intitulado “Calle Londres 38: Dos casos de impunidad: Pinochet en Inglaterra y un nazi en la Patagonia” (2025), es una muestra de la realidad de la impunidad en un régimen neoliberal capitalista dictatorial, proceso anticipado por Chesterton. La investigación de Philippe Sands y las sagas policiales de “El hombre que sabe demasiado” nos dicen ambos que, en los círculos del poder, la verdad es peligrosa y la justicia negociable.
Karl Marx utilizó una brillante analogía o símil para expresar un aspecto social de la realidad capitalista, el que una parte relevante de la sociedad intelectual conservadora (y progresista cuando ésta última asume el poder), e incluso de los miembros de base de dicha sociedad, es que prefieran ignorar los hechos que enfrentarlos, prefieran no ver los hechos de ignominia de la realidad social. Dicho símil, Marx lo expresó en los siguientes términos: “Perseo se cubría con un yelmo de niebla para perseguir a los monstruos. Nosotros nos encasquetamos el yelmo de niebla, cubriéndonos ojos y oídos para poder negar la existencia de los monstruos de la realidad capitalista” (Karl Marx, “El Capital” prólogo, 1867). Este símil de Marx sobre la realidad capitalista es el tema de la saga policial de Chesterton “El agujero en el muro”. El título de este relato es ya de un simbolismo clave para entender el trasfondo moral y político de la sociedad capitalista. El “agujero” aparte de ser un objeto en un muro representa una analogía que constata una grieta profunda en el sistema capitalista: una abertura por la que se filtra la verdad, aunque el mundo prefiera no verla. No se encuentra lo que no se busca. Chesterton resuelve esta compleja situación al considerar que el agujero representa la posibilidad de ver lo que normalmente está oculto: los crímenes de los poderosos, las injusticias encubiertas, las verdades incómodas. Pero Chesterton escrutador profundo de la realidad social del sistema que le tocó vivir, sabe que eso no es suficiente. Su detective Fisher al mirar a través del agujero, ve lo que otros no quieren ver, y ve mucho más lejos por su portentosa inteligencia, es consciente de que sabe demasiado, pero también se da cuenta que no puede actuar para imponer una efectiva rendición de cuentas (strong accountability) sin consecuencias sociales devastadoras, o porque -y esto es lo más seguro- el engranaje del sistema político, económico y financiero es tan sólido y sórdido, que poco puede hacer y, eso lo condena a la impotencia moral. Chesterton, con su maestría para el lenguaje simbólico, convierte un simple detalle arquitectónico en una imagen poderosa de la corrupción sistémica y expone con precisión la tensión entre verdad y estabilidad. En términos del humanismo existencialista: El muro es el orden establecido; mientras que el agujero, es la conciencia moral que lo atraviesa, la libertad está condicionada severamente por los férreos dictámenes del Sistema. En palabras que son una combinación de Sartre-Marx: “Se es libre, pero se está condicionado”.
Otro relato notable de El hombre que sabía demasiado es “La venganza del criminal”. En este cuento, Horne Fisher se enfrenta a un caso que, a diferencia de otros, parece tener una resolución clara desde el principio: un criminal ha sido capturado y condenado. Sin embargo, Fisher sospecha que la historia oficial es demasiado conveniente. Desde el lado de la apariencia (Aussenhen) todo es convincente. Sin embargo, desde el lado incómodo de la esencia (Wesen), al investigar más a fondo, descubre el célebre detective que el verdadero culpable es un miembro respetado del gobierno, y que el condenado ha sido utilizado como chivo expiatorio para proteger intereses políticos. En este sutil relato, Chesterton invierte la lógica del crimen, revela otra dimensión de esta inversión, el castigo no garantiza justicia, y la verdad, una vez más, queda sepultada bajo el peso de la conveniencia del poder estatal y del poder económico. Otra vez el detective Fisher, es consciente de su trágico papel, revelar el crimen puede provocar un daño social mayor, por lo que sabe que no puede hacer nada para remediar la situación. Lo más inquietante del cuento es que, por enésima ocasión, el culpable identificado por el detective Horme Fisher es alguien del círculo del poder, y revelar la verdad tendría consecuencias devastadoras para los miembros de la cúpula del poder político y del poder económico. Fisher resuelve el caso, pero la justicia se vacía nunca llega. El relato de Chesterton es concluyente en los niveles más altos del poder, la verdad es peligrosa y la impunidad, es casi inevitable. Este cuento refuerza la idea central de todos los relatos de la colección de “El hombre que sabía demasiado”: estar enterado plenamente de la verdad, es decir saber demasiado no te permite ser héroe, sino ser un testigo silencioso de un sistema que da cabida a la corrupción sistémica y, que para preservarse prefiere la estabilidad a la justicia social y desde luego a la verdad.
El libro periodístico “La Viuda Negra” de Manu Ureste, Zedryk Raziel y Arturo Angel, publicado en 2022, relata el asesinato de carácter político y financiero de un alto funcionario público y su familia ocurrido el 21 de mayo de 2020 en Temixco, Morelos por un comando armado. Este libro, sugiere que quien organizó el crimen está vinculado a un personaje del más alto nivel político, descartando que el suceso sea producto de un crimen pasional. Si tienen razón los periodistas habría impunidad para el ubicuo personaje, el verdadero autor intelectual del crimen, lo que hace muy afín en contenido y forma de esta interesante investigación periodística (relatada en el citado libro) a la saga policial “La venganza del criminal” de Chesterton. En todo caso el capítulo segundo del libro “La Viuda Negra” lleva por título “El hombre que sabía demasiado”. La connotación en ambas historias es simétrica en su contraste. En el relato “La venganza criminal” de Chesterton, El hombre que sabe demasiado es el detective Horne Fischer, en contraste inverso “El hombre que sabía demasiado” en el libro de los periodistas es Isaac Gamboa, el hombre asesinado, porque presumiblemente sabía demasiado de cierta corrupción sistémica (la Operación Safiro) en el círculo más alto del poder político.
Caso cuatro: Lecciones de la saga policial de Mario Vargas Llosa ¿Quién mató a Palomino Molero? Para la comprensión de los delitos financieros invisibles en los rescates bancarios
Todos los elementos irregulares fundamentales en las soluciones de los rescates financieros en los países de economía emergente (antes denominados países subdesarrollados) están señalados implícita y explícitamente en el thriller de Mario Vargas Llosa. En su brillante novela policiaca ¿Quién mató a Palomino Molero? el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa investiga la muerte de un joven peruano, asesinado cerca de una base militar del ejército. Se trata de un soldado, aviador y un virtuoso guitarrista, es decir, un músico excepcional de nombre Palomino Molero. El premio Nobel de Literatura 2010 propone, para resolver el misterioso crimen, la existencia de dos personajes claves; dos detectives uno de ellos es Leónidas Lituma y el otro es el teniente Alberto Silva, cada uno tiene personalidades distintas y metodologías de investigación policial propias, que sin embargo se complementan. El diálogo de Lituma y Silva a lo largo de este espectacular thriller, que combina el género policial, el género de la novela negra y la crítica social es crucial; no sólo para elucidar el crimen, sino para contextualizar la naturaleza social decadente en la década de los 1980´s que, existía en el Perú sojuzgado por militares, por una clase política corrupta y, una clase social elitista cerrada, lo que impedía la movilidad social, que se supone el capitalismo puede y debe promover.
En efecto, cuando la novela de Vargas Llosa fue publicada por la editorial Seix Barral en 1986, Perú experimentaba lo que el pensador francés Emile Durkheim denominó “Anomía Social” que a la postre se convertiría en categoría central de la sociología clásica, expresión que designa a las sociedades, que experimentan un desorden próximo al caos social debido a la primacía de reglas formales e informales, que promueven el aislamiento o incluso el pillaje más que la cooperación. El término “Anomía Social” fue propuesto por primera vez, por el distinguido filósofo y sociólogo francés en su impresionante texto “El Suicidio: Un estudio sociológico” (1897), tema que, posteriormente profundizó genialmente Robert Merton en su célebre tratado “Social Theory and Social Structure” (1968), textos ambos que en mi opinión, ningún investigador social puede prescindir de su lectura (sin exceptuar a los economistas y financieros) si se está interesado en perfeccionar el marco analítico y conceptual, que se requiere para elucidar con mayor rigor y profundidad, los fenómenos sociales y, su a menudo enigmática e imprevisible evolución, como lo ejemplifica el momento actual, modulado por una, a primera vista, singular y extraña dinámica geopolítica mundial. Los textos de Emile Durkheim y del sociólogo Robert Merton (su hijo Robert Merton Junior obtuvo el premio Nobel de ciencias económicas en 1997) preludiaron la “Anomía Social” de Perú descrita con minucioso detalle novelesco y sociológico por Mario Vargas Llosa.
La “Anomía Social” del siglo XXI que está oculta, pero que no por ello es menos real, escinde y desgarra la personalidad humana, especialmente la de los jóvenes, impulsada decisivamente por el modelo neoliberal globalizador con su pesado lastre que es el de inducir una enorme desigualdad distributiva del ingreso y de la riqueza económica, con una pequeña elite poseedora de casi todo y la mayoría de la población en devastadora pobreza. Esta Anomía Social mundial del siglo actual, fue anticipada en sus características esenciales por el distinguido sociólogo estadounidense Thorstein Veblen en su “Teoría de la clase ociosa” (1901) que hizo del término “consumo conspicuo” el eje epistemológico para describir la sociedad que se ha concretado en el siglo XXI y, que entró en una fase de crisis aguda a partir de 2008 cuando el sistema financiero mundial se colapsó con efectos sociales muy graves. La predicción de la “Teoría de la clase ociosa” publicada en 1901 ha sido corroborada por los principales investigadores mundiales sobre el tema de la desigualdad distributiva del ingreso y la riqueza, con estudios profundos liderados por el denominado Marx del siglo XXI, el economista francés Thomas Piketty. En un informe mundial famoso coordinado por él se concluye lo siguiente: “El 10% más rico de la población mundial recibe actualmente el 52% del ingreso mundial, mientras que la mitad más pobre de la población gana sólo el 8.5%. Las desigualdades mundiales de riqueza son incluso más pronunciadas que las desigualdades de ingresos. La mitad más pobre de la población mundial apenas posee el 2% del total de la riqueza. En contraste, el 10% más rico de la población mundial posee el 76% de toda la riqueza mundial”. (Thomas Piketty y otros autores “Informe sobre la desigualdad mundial, 2022”. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y World Inequality Lab, 2022). En síntesis, el sociólogo Veblen (y siguiéndolo de cerca en algunos aspectos el literato Jorge Luis Borges) anticipó: la expansión incontenible del consumo conspicuo, la globalización (ya anticipada por Marx y Engels en 1848), y la desigualdad de la riqueza, y dicha anticipación (una manifestación clara del axioma Wilde-Keynes) se convirtió en una realidad entre finales del siglo XX y el siglo XXI. Lo estremecedor es la profecía de Veblen avalada por Borges según la cual “El consumo conspicuo, la globalización, y la desigualdad social distributiva son el preludio de un fin aciago de la historia” (Jorge Luis Borges “Prólogos, con un prólogo de Prólogos”, 1975).
En la novela en comento, Vargas Llosa va elucidando con su maestría narrativa, paso a paso, el misterio del asesinato de Palomino Molero, quien, con su virtuosismo musical y su carisma personal, logra conquistar a Alicia Mindreau, elegante y fastuosa dama perteneciente a la cerrada elite peruana. Alicia transgrede el canon social de su época por privilegiar en su conducta, una gigantesca pasión amorosa la que, le hace nacer en su alma, el plebeyo Palomino Molero. La transgresión al orden institucional, es decir al canon social del Perú asociado, que brota de la relación amorosa de Palomino Molero y Alicia Mindreau en el thriller de Mario Vargas Llosa, es de la mayor importancia en virtud de que su ejemplo, permite examinar la manera en que los poderes fácticos con el apoyo de miembros neoliberales incrustados en el Estado, propician que los intentos de la élite por evitar la transgresión social en paralelo con su conducta depredadora financista irreflexiva puedan generar un desorden económico en el país, lo que de suceder propiciaría, que todo termine en una crisis financiera, cuya resolución no resulta en un castigo merecido de quienes ubicados en esa cumbre, cometieron graves irregularidades, y en las cuales los costos económicos, financieros y sociales, los paga la mayoría de la población, aquella que tiene patrimonios económicos reducidos o nulos. Estos costos se extienden al desempleo y a la angustia social, que la acompaña, al minarse la capacidad de crecimiento de la economía (Secular Stagnation) por la imposición de políticas públicas de austeridad aplicadas por el gobierno. Las riquezas de la élite no sólo quedan intactas, sino que se acrecientan, lo que induce a que el Estado salde con sus impuestos, las potentísimas obligaciones financieras generadas por los rescates financieros en cuestión.
En la tragedia de Palomino Molero del thriller de Vargas Llosa, lo que prevalece es un furor interno clasista en el matador del joven guitarrista, por el solo hecho de pensar en su unión con Alicia Mindreau. La naturaleza de la transgresión social del plebeyo Palomino Molero, ocurre al intentar conquistar a una mujer del estrato social más elevado en la sociedad peruana, generando reacciones muy violentas en los miembros de la élite andina, y en especial en uno de sus selectos hombres, que resulta ser el coronel Alfredo Mindreau, que por otra parte es padre de Alicia, su reacción ante el noviazgo indeseable es tan virulenta que, culmina con el asesinato del transgresor del canon social establecido. Es importante señalar, que Palomino Molero es audaz en su conquista amorosa de Alicia. Podemos reconfirmar, que la transgresión social de Palomino Molero por su unión amorosa con Alicia Mindreau es de carácter clasista, por ser una transgresión social de un representante del pueblo en las cumbres del poder económico y político. En la novela de Vargas Llosa, la transgresión social efectuada por Palomino Molero tiene una respuesta contundente por parte de una elite cerrada ultraconservadora, que no permite, con su feroz intransigencia la movilidad social en la sociedad peruana. De otra manera, hay el temor en los miembros de la clase poderosa de que permitir la trasgresión social de gente como Palomino Molero, su ejemplo podría extenderse como el incendio en un bosque y podría poner en peligro, el querido orden social vigente, y con él la posibilidad de pérdida de privilegios económicos de los miembros de la élite.
Las implicaciones sociales y políticas de la novela policiaca de Mario Vargas Llosa
Mediante una sintaxis innovadora que combina la elegancia prosística y el uso de cierto léxico del dialecto peculiar del que tanto abunda el “Main Street peruano”, Vargas Llosa va develando en su novela el asesinato de Palomino Molero, cuyo autor como ya se comentó resulta ser un miembro connotado de la elite social peruana, nada menos que el padre de Alicia Mindreau, el coronel Alfredo Mindreau quien, es un miembro de dicha elite con plenos derechos por ser poseedor de una gran fortuna personal. El drama se detona cuando el coronel Mindreau, se entera del noviazgo de su hija con el plebeyo Palomino, y entonces enfurece y, pierde el control, no le importa que el plebeyo tenga ciertos méritos (es piloto aviador, un militar disciplinado, y sobre todo un gran músico), por lo que decide proceder de cualquier forma (el fin justifica los medios) con la finalidad de impedir tal unión, y para ello en su leal saber y entender, sólo puede evitarse el probable matrimonio de Palomino con Alicia, cometiendo un asesinato para eliminar al audaz pero infortunado novio.
Un rasgo relevante en el thriller de Vargas Llosa es que recalca el papel de la destreza musical de Palomino mediante el cual conquista a Alicia. La música es esencial en esta obra cargada de enorme misterio y gran tensión conforme a los cánones de la novela negra. Es sintomático, que en una de sus últimas obras intitulada “Le dedico mi silencio”, publicada por la editorial Alfaguara el 26 de octubre de 2023, el premio Nobel de literatura peruano crea un personaje llamado Toño Azpilcueta, que resulta ser un músico dotado con la pretensión universal de unir a su país para que salga de la “Anomia Social”, utilizando el poder seductor de la música. El elemento musical es clave en los escritores pertenecientes al boom latinoamericano. Se dice por ejemplo que mientras escribía sus famosos textos literarios, Julio Cortázar (“La casa tomada”, 1946; “Rayuela”, 1963), uno de los escritores más avezados del boom latinoamericano, lo hacía escuchando Jazz.
La novela sobre el crimen del guitarrista, aviador y soldado peruano muestra que, el asesinato es el castigo que infringe el coronel Mindreau por considerar inaceptable y hasta ultrajante, la transgresión del canon social establecido por la sociedad elitista peruana, por parte de un plebeyo Palomino Molero, al atreverse a conquistar a Alicia. El ultraje de este canon es tan gravoso, que al coronel Mindreau, no le basta con el simple asesinato, sino que considera que, es necesario ejecutar un castigo más severo, para enviar un mensaje inequívoco a la sociedad peruana, a efecto de que entienda el pueblo Inca, que no se puede transgredir impunemente el orden social imperante, ni por lo tanto aspirar sus miembros a formar parte de la elite social (como lo promueve una sociedad que reconoce el mérito), sin que exista un castigo severo hacia el transgresor.
¿Cuál es el castigo que se impone a Palomino Molero, representante del pueblo? Se trata de un castigo ejemplar en su dureza, que es adicional a la pérdida de la vida. En efecto, antes de su asesinato, Palomino Molero es salvajemente torturado, hecho ominoso en el que participa el coronel Mindreau con sus cómplices. Este emocionante thriller de Mario Vargas Llosa nos revela con lujo de detalles lo siguiente (I) El autor intelectual del crimen es un miembro de la élite económica con el propósito de mantener el orden social (II) El perpetrador del crimen y sus cómplices no son castigados, el culpable del asesinato Alfredo Mindreau es salvado de cualquier orden de castigo por el Sistema Político dictatorial vigente, su asesinato con todas las agravantes del caso queda impune (III) El perpetrador del crimen mantiene o acrecienta su riqueza económica, es decir, su fortuna personal no solo queda a salvo, sino que inclusive crece (IV) El Sistema político peruano, premia con ascensos económicos, políticos y burocráticos a los cómplices del coronel (V) Se castiga a quienes investigan con seriedad e independencia el crimen. En la novela de Vargas Llosa, los detectives que, resuelven el caso son castigados, se les rebaja en el orden social y laboral, como tributo mal pagado por su tenacidad para elucidar el crimen (VI) Se consolida la “Anomía Social”, al agravarse considerablemente la desigualdad económica. La consolidación de esta “Anomia Social” en la sociedad peruana que retrata Vargas Llosa es ejemplificada por la impunidad vigente en todas las esferas del poder político y económico.
¿Qué similitud tiene la dinámica social expresada por las sagas policiales de Emile Zola, Edmond Clerihew Bentley, Gilbert Keith Chesterton y Mario Vargas Llosa con respecto de los hechos estilizados de los rescates bancarios?
Una dinámica similar a la expuesta en forma cualitativa en estas sagas policiales es la que caracteriza a los rescates de los sistemas bancarios con el uso masivo de ingentes recursos monetarios provenientes del sector público. Así, de una investigación conducida por Luc Laeven (investigador del Banco Central Europeo), y Fabian Valencia (investigador del Fondo Monetario Internacional) obteniendo una muestra selecta de las 151 crisis bancarias identificadas para el periodo 1970-2017 por estos investigadores encontramos lo siguiente: Se pueden inferir similitudes entre los hechos delictivos descritos por las sagas policiales examinadas anteriormente y, los hechos irregulares y delictivos que ocurren durante las crisis financieras que culminan con rescates muy onerosos con el uso de recursos públicos. Los ensayos elaborados por Luc Laeven y Fabian Valencia de los cuales corroboramos las analogías planteadas en este ensayo son: “Resolution of Banking Crisis: The Good, the Bad and the Ugly” (SSRN Electronic Journal, 2010); “Systemic Banking Crisis Database: Un Update” (IMF Working Paper, 2012); “Systemic Banking Crisis Revisited” (IMF Working Paper, 2018), y el paper “Systemic Banking Crises Database II: ¿A Timely Update in COVID-19 Times” (IMF Economic Review 2020).? Del análisis sistemático de estos ensayos (la mayoría de carácter econométrico) deducimos lo siguiente:
(I)La élite económica que perpetra las burbujas crediticias, la especulación financiera, y las irregularidades que las acompañan, es en última instancia, la causante de las crisis financieras. Cuenta con apoyos en la elite política que, presionan a los reguladores para relajar la supervisión financiera en puntos cruciales de interés económico para su beneficio generándose lo que en la literatura de rescates bancarios se denomina con el termino de “dilución Negativa de Capital”. Por otro lado, algunos miembros de la regulación y supervisión financiera son “capturados” por la elite económica, mediante el mecanismo de las puertas giratorias y, los conflictos de interés no atajados por dicha regulación. También son a menudo (no siempre) capturados, los miembros encargados de garantizar una sólida gobernanza, por lo que no cumplen con su papel ya sea como consejeros independientes, ya sea como auditores o como encargados del control interno. Las Agencias de Calificación que forman parte de la estructura de gobernanza corporativa preventiva, son capturadas muy fácilmente por lo que suelen avalar la especulación y la imprudencia de los banqueros y financieros, y solo actúan con seriedad cuando llega la catástrofe financiera. Ejemplos paradigmáticos son los siguientes: Seis días antes del colapso de Lehman Brothers ocurrido el 15 de septiembre de 2008 la agencia Standard & Poor´s mantuvo su calificación al banco de inversión con grado de inversión “A”. Por su parte, la agencia Moody´s sólo rebajó la calificación de Lehman Brothers un día antes de su declaración de bancarrota, antes de ese infausto acontecimiento le había preservado el grado de inversión. El periódico The Guardian se preguntó ¿Cómo estas agencias de calificación crediticia fallaron tan estrepitosamente en juzgar a los bancos de inversión que estaban poniendo en riesgo crítico al sistema financiero mundial? (Roman Frydman y Michael D. Goldberg, “Lehman Brothers collapse: was capitalism to blame?” The Guardian, septiembre 13 de 2013). The Guardian no tuvo respuesta ni de los banqueros privados, ni de los banqueros centrales, ni de los políticos, ni de los miembros flemáticos de la vanguardia académica mundial. Respecto a esta vanguardia, el magnífico libro de Phillip Mirowski “Never Let a Serious Crisis to Waste: How Neoliberalism Survived the Financial Meltdown” (2013) examina entre otros temas el ignominioso papel de las tribus académicas neoliberales (tribus que integran el canon académico mundial dominante) en su comportamiento analítico antes, durante y posterior a la crisis financiera internacional de 2008.
Otro elemento que coadyuvó a la relajación de la regulación y la supervisión financiera es el liderazgo mundial de Alan Greenspan que, como banquero central longevo al mando de la FED, fue promotor de la desregulación financiera. En su comparecencia de 2008 en el congreso de EUA, una vez que estalló la crisis, Greenspan admitió que había “encontrado fallas en la ideología neoliberal, que afirmaba que el interés propio y la autorregulación financiera protegerían a la sociedad de los excesos del sistema financiero”. Los miembros del Comité de Basilea de Supervisión Bancaria, en coincidencia con la postura de Alan Greenspan, introdujeron nuevas normas basadas en un modelo de gestión de riesgos sustentado en la valoración interna de riesgos a cargo de los propios bancos (modelos de valuación interna), y se olvidaron de establecer límites de apalancamiento financiero mediante una ratio como la que propuso Sheila Bair denominado International Leverage Ratio (ILR). En el Libro de la extitular de la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), intiitulado “Bull by the Horns: Fighting to Save Main Street From Wall Street and Wall Street from Itself” (2012), encontramos un valioso y constructivo análisis del ILR.
El banquero central de Suiza Daniel Zuberbühler, afirmó en la reunión del Comité de Basilea reunido en Mérida, Yucatán en 2006 que, la norma de control de riesgos basada en establecer límites al apalancamiento financiero como pretende el ILR era una regulación de la edad de piedra. Sin embargo, Zuberbühler un banquero central arrogante y frívolo, ignoró o no se enteró o no comprendió que las reglas de Basilea II basadas en modelos internos de riesgos, aceleraron la especulación financiera, que culminó con la gran crisis de 2008, por los reducidos requerimientos de capital que los bancos establecieron aplicando las fórmulas de los modelos de riesgos internos. El equipo técnico de Sheila Bair, estimó en el año más agudo de auge 2006 que, la aplicación de Basilea II liberaría importantes requerimientos de capital en EUA, especialmente de los bancos Too Big to Fail. Sheila y su equipo calcularon que Citigroup liberó con las reglas de Basilea II capital por 2.5 mil millones de dólares, Bank of America por 14.6 mil millones de dólares, un Non Bank Bank como Washington Mutual que se declararía en bancarrota, liberó requerimientos de capital por 2.3 mil millones de dólares. Para los Big Banks, Sheila Bair y su equipo estimaron que, las reglas de Basilea II liberaron requerimientos de capital del orden de magnitud del 22 por ciento con una mediana para bancos individuales vulnerables de 33 por ciento (Sheila Bair, Ibid, 2012).
¿Por qué fue tan fatídica la regulación de Basilea II? La respuesta es sencilla. Se creyó en la infalibilidad de los modelos matemáticos de riesgos más sofisticados. Así, sin el límite de la razón de apalancamiento, se generalizó en Wall Street (y en las principales ciudades financieras del mundo) el uso del modelo matemático basado en el VAR, que se convirtió en el instrumento rey de la gestión financiera de riesgos. El problema del VAR es que emplea datos de volatilidades del pasado y el uso acrítico de algoritmos matemáticos en vez del empleo del sentido común, lo que llevó a los bancos y a los Non Bank Banks a la adquisición de montos significativos de activos tóxicos que tambalearon al mundo (Pablo Triana “The Number that Killed Us: A Story of Modern Banking, Flawed Mathematics and a Big Financial Crisis”, 2012). Se suponía que el muy sofisticado, por su estructura matemática, Modelo de Equilibrio General Estocástico Dinámico (MEGED), al imponerse como sabiduría convencional durante la época de la política de la Gran Moderación, en la que, con una menor intervención del Estado, mercados con precios flexibles (el más importante el mercado laboral a través del outsourcing), y reglas monetarias precisas, la volatilidad macroeconómica se reduciría, y gradualmente los ciclos económicos irían desapareciendo. En este contexto, la ciencia económica ortodoxa neoliberal anunció el fin de los ciclos económicos. Steven Weber se preguntaba en 1997 si el mundo desarrollado estaba entrando a la época que marcaría venturosamente el fin de los ciclos económicos (¿“The End of the Business Cycles?”Foreign Affairs Vol. 76. No.4, 1997). Esta idea del fin de los ciclos fue ganando arraigo en la ortodoxia económica que, orientó la política económica neoliberal por casi cuatro décadas.
La analogía con el thriller de Vargas Llosa emerge claramente: El asesinato de Palomino Molero tenía por finalidad garantizar el orden político, económico y social de Perú evitando transgresiones al canon social. Análogamente, se pensó que con la imposición como política monetaria y fiscal basada en el Modelo de Equilibrio General Estocástico Dinámico (MEGED), terminaría con las crisis y los ciclos económicos (The End of the Business Cycles) lo que garantizaría la paz social y la estabilidad política favorable a los intereses de la reducida clase financiera acaparadora de la mayor parte de los privilegios económicos bajo el modelo neoliberal. En la analogía que postulamos, el MEGED, sería el equivalente al coronel Mindreau, y Palomino Molero representa a la clase laboral.
(II) Impunidad sistémica real e impunidad sistémica en la ficción literaria. Históricamente, los perpetradores de las crisis financieras, y sus cómplices intelectuales no son castigados. En el caso de la crisis financiera de 2008 muy pocos banqueros fueron sancionados o castigados. Sobre este particular escribe Mat Tabbi lo siguiente: “Después de cubrir durante años casos de corrupción económica para la revista Rolling Stone, estaba interesado en saber cómo era posible que los poderosos delincuentes de cuello blanco eludieran (en el mundo neoliberal globalizado) cualquier tipo de castigo por lo que parecían ser delitos sumamente graves. Se ha convertido ya en un lugar común pero lo cierto es que desde 2008 ningún ejecutivo de alto rango de ninguna entidad financiera ha entrado en la cárcel, ni uno sólo, por ninguno de los delitos sistémicos que han destruido un porcentaje elevado de la riqueza mundial” (Matt Tabbi “La brecha: La injusticia en la era de las grandes desigualdades económicas”, 2015). Esta cita no necesita explicación es suficientemente reveladora, proviene del mejor periodista financiero de cuantos se han ocupado de los delitos en Wall Street en la era moderna según expresó en su editorial el New York Times.
Los personajes de la elite retratados en la novela policial de Mario Vargas Llosa a pesar de los delitos en que incurrieron no solo no son castigados, sino que crean un entorno que les permite acrecentar su riqueza y su fortuna. Por su parte, la elite financiera después de las crisis y, a pesar de las irregularidades financieras en que se incurrieron, después de los rescates bancarios (sean Bail out o Bail in) incrementó su riqueza económica. Efectivamente, en la crisis financiera de 2008, después de que ocurrieron los rescates bancarios, los accionistas y funcionarios corporativos, obtuvieron respectivamente, ganancias sin precedentes y, estos últimos fueron recompensados con bonos extraordinarios, no obstante haber puesto en bancarrota a sus instituciones. Históricamente en la mayoría de los rescates financieros, las elites económicas resultan beneficiadas, y consolidan su poder, a través de la aplicación de los programas específicos de rescate por parte de los reguladores financieros y del gobierno federal. Al respecto, el citado Matt Taibbi señaló, que a menudo las burbujas financieras contaminadas por el White Collar Crime, cuando estallan, y se procede al rescate por parte del Estado, se genera una colosal dilución negativa de capital (DNK), y al final del proceso monetario, emerge clara la conclusión siguiente: rescatados los financieros, la dinámica de los Bail outs constituye el secreto del éxito de los miembros pertenecientes a la Alta Finanza (Matt Taibbi “Bank of America: Too Crooked To Fail”, Rolling Stone, March, 2012).
(III) Premio al White Collar Crime. El Sistema político dictatorial descrito en el thriller de Vargas Llosa, muestra que los cómplices del asesinato de Palomino Molero son premiados con ascensos en sus cargos burocráticos. Similarmente, el sistema económico y financiero neoliberal premia a los cómplices que permitieron las burbujas crediticias, la especulación y las irregularidades e ilegalidades, que terminan en crisis. Un ejemplo paradigmático de esto lo encontramos en el artículo de Raymond J. Learsy que escribió para “The Huffington Post”, donde relató que Neel T Kashkary, encargado de administrar el fondo de rescate fiscal denominado Troubled Asset Relief Program (TARP) que recibió recursos por 700 mil millones de dólares del gobierno de EUA, para rescatar a banqueros y financieros de Wall Street, fue el artífice de la decisión de intervenir gerencialmente a Fannie Mae y Freddie Mac. Con esta decisión, las dos entidades intervenidas por el gobierno Federal de Estados Unidos, asumieron el pago al cien por ciento de la totalidad de las inversiones de PIMCO en las dos instituciones. Como se sabe, PIMCO, es uno de los más grandes administradores de activos financieros del mundo. PIMCO antes de la crisis financiera de 2008, invirtió en obligaciones subordinadas de Fannie y de Freddie Mac, la escalofriante cifra de 1.7 miles de millones de dólares. Al desencadenarse la crisis, las obligaciones valían menos de 10 centavos de dólar por título, con la intervención gerencial impulsada por Kashkary a Fannie Mae y a Freddy Mac, PIMCO salvó la totalidad de la inversión y los 1.7 mil millones de dólares se convirtieron en deuda del gobierno Federal en favor de PIMCO. El gestor de fondos salvó su inversión a costa del contribuyente. Posteriormente, Kashkary fue premiado al ser contratado por el presidente de PIMCO Bill Gross como consejero independiente, con un jugosísimo contrato laboral y bonos especiales (Raymon J. Learsy “Bond Fund Goliath PIMCO Hires Head of Government´s 700 billion. TARP Program: Citizens Pick Up Yours Slings! Hhffington Post”, anuary 4, 2010).
(IV) Castigo a quien resuelve el crimen y osa enfrentarse al poder económico. En la novela policial de Vargas Llosa, los diligentes detectives que elucidaron el crimen son castigados, se les reubica en un puesto laboral de menor jerarquía, y allí una vez en degradados laboralmente, simplemente pasan a ser olvidados. En el sistema financiero neoliberal, se presiona enormemente a quienes como reguladores financieros se conducen con independencia, y se distancian de los poderes económicos fácticos. En esos rescates, en esos “Bail outs” bancarios, los reguladores y supervisores financieros que, muestran independencia son castigados, limitando sus ascensos, o en su defecto, se les presiona tan enérgicamente por los poderes facticos económicos y políticos que, merced a ello suavizan, los castigos a las elites perpetradoras de las crisis; mientras que, aquellos, que guardan silencio o son cómplices de las elites que, cometieron delitos se les premia, ya sea mediante ascensos burocráticos, o mediante su incorporación a cargos de alto nivel en las corporaciones bancarias y financieras favorecidas en dichos rescates. Neil Barofsky, el Inspector General encargado de auditar y supervisar el fondo de rescate financiero (Troubled Asset Relief Program – TARP-) propuesto por el gobierno de EUA por 700 mil millones de dólares y autorizado por el Congreso, para rescatar al sistema bancario y financiero del país en 2008, señaló explícitamente en un libro que escribió sobre la crisis financiera, que miembros pertenecientes a la elite económica y política, lo amenazaron constantemente para que, suavizara su trabajo de inspección y de rendición de cuentas de los recursos aplicados al Fondo de rescate TARP (Neil Barofsky “Bailout: An Inside Account of How Washington Abandoned Main Street While Rescuing Wall Street”, 2012).
(VI) Consolidación de la Anomía Social y desigualdad distributiva. Otro símil entre la crónica de los eventos narrados en la novela de Mario Vargas Llosa ¿Quién mató a Palomino Molero? y, la perniciosa dinámica social y económica inherente a los rescates financieros, es la asimetría que se genera en ambos casos, respecto de la rendición de cuentas, ésta se reduce para las elites y se acrecienta para el pueblo, y respecto de la desigualdad distributiva no hay la menor duda que se acrecienta. De nueva cuenta recurrimos al análisis de Matt Taibbi, “Producto del modelo económico neoliberal (señala el periodista financiero de Rolling Stone) aplicado por décadas; las personas pobres son cada vez más acosadas y encarceladas por delitos menores en Estados Unidos a veces sin que se trate de un delito en sí, lo que resulta en una población carcelaria que es ahora, la mayor en la historia de la civilización humana. Al mismo tiempo, los criminales de cuello blanco que, incurren en delitos invisibles, pero de efectos tangibles y, que defraudan y ponen en riesgo al sistema financiero y bancario evitan el castigo, lo que les permite acumular aún más riqueza sin temor a un futuro procesamiento penal. El resultado es esta brecha, en la que el dinero ha redefinido el significado de la justicia, distorsionando la noción misma de ciudadanía estadounidense y desafiando los ideales fundadores de su nación” (Matt Taibbi “The Divide: American Injustice in the Age of the Wealth Gap”, 2014). Esto produce un estado perverso de Anomía Social.
El símil entre la narrativa del thriller de Mario Vagas Llosa y lo expresado por Matt Taibbi, fue anticipado por G.K. Chesterton el creador de la serie de la saga policiaca en torno a los geniales detectives que inventó a saber: el padre Brown, Mr. Pond y Horne Fisher. Este escritor inglés, expresó en palabras relativas a la Inglaterra de principios del siglo XX (exactamente 1917), algo notablemente parecido a lo dicho por Matt Taibbi en 2014 para los Estados Unidos. Así en un ensayo famoso, el autor de “Ortodoxia” (1908) escribió lo siguiente: “El inglés pobre -que, numéricamente, tiende a ser el inglés preponderante-[…] vive en un mundo en el que el hombre que le presta dinero lo convierte en un mendigo; en el que, cuando es mendigo, el hombre que le da el dinero lo convierte en un criminal; y en el que, cuando es un criminal y conocido por la policía, pueden arrestarlo en cualquier momento por crímenes ajenos […] se le arresta por dormir en tierras privadas, y se le vuelve a arrestar por dormir en terreno público y nótese que se le arresta por la sencilla y clara razón de que no tiene dinero para dormir en ninguna otra parte […] He ahí el verdadero significado de toda la cháchara sobre criminología científica y penas correctivas: abolir, perpetuándolo, el castigo para esos marginados. Cuando alguien propone eliminar el castigo justo por vengativo se refiere a dos cosas muy sencillas: a dejar de castigar a los ricos y a esclavizar a los demás por ser pobres” (G.K. Chesterton “The Innocence of the Criminals”, The New Witness, 1917).
Lecciones metodológicas de la disección de las sagas policiales enfocadas a examinar los delitos corporativos en la Alta Finanza para la elucidación específica de los privilegiados en los rescates bancarios: El caso Fobaproa 1995-2004
La pregunta filosófica central ¿A quien rescató el Fobaproa? que se intentará responder a continuación se realizará empleando la metodología contenida en las sagas policiales en lo específico: (a) Uso de la analogía entre los procesos de rescate bancario y los procesos descritos en las sagas policiales y, (b) Empleo de la dicotomía existente entre esencia y apariencia. Con estos dos instrumentos heurísticos pretendemos auxiliarnos para determinar con un grado mayor de exactitud, a los principales agentes económicos que, fueron beneficiados de esa gigantesca operación de rescate del sistema bancario de México 1995-2004, que efectuó el gobierno del presidente doctor Ernesto Zedillo Ponce de León a través del FOBAPROA. Nos concentraremos en tres aspectos del rescate bancario: a) El rescate a los tenedores extranjeros de los Tesobonos, b) El rescate a los depositantes en el sistema bancario nacional con mayor riqueza patrimonial, y, c) El rescate a los grandes deudores de la banca.
Sobre la importancia metodológica de la distinción esencia versus apariencia
La investigación social que aspire a ser un referente científico tiene que indagar las concatenaciones internas o esencia (Wesen) del objeto a investigar, pero antes debe examinar la apariencia (Aussehen) con que se reviste externamente dicho objeto. El propósito último es elucidar de manera razonablemente certera la naturaleza del objeto susceptible de estudio. La esencia y la apariencia de un objeto a primera vista son antitéticas, no son idénticas, aunque en realidad son dos modos con que se presentan los objetos a analizar sean fenómenos naturales o sociales. Si la esencia y la apariencia fueran iguales la ciencia sería superflua como lo señaló Marx. Esta sutil distinción es de inapreciable valor heurístico y metodológico para hallar la verdad profunda, distinta de la apariencia. La esencia o verdad profunda de un objeto a investigar, debe ser encontrada por medio de una metódica y ardua búsqueda de la verdad, la esencia es manifiestamente contraria o antitética a la apariencia con que se reviste el objeto. Desde la apariencia (Aussehen), el sol parece girar alrededor del planeta tierra. Luego de siglos de investigación cosmológica, la ciencia determinó que la esencia (Wesen), es decir, el estudio del movimiento planetario indica, que es el planeta tierra el que gira alrededor del sol.
Esta distinción entre apariencia (Aussehen) y esencia (Wesen) es la base de la solución de los casos criminales presentados en las sagas policiales. Los grandes escritores de relatos policiales presentan los casos de crímenes y delitos a resolver, pasando en primera instancia de lo complejo a lo simple, y luego pasando de la apariencia del caso, a la esencia, que describe la solución, y en la resolución del crimen se resuelve la antítesis apariencia-esencia siguiendo en todo el proceso, un orden temporal riguroso, con una lógica racional casi perfecta, lo que produce un deleite no solo científico sino también artístico.
Presentar primero el crimen planteado desde la apariencia, para luego elucidar y aclarar desde la esencia son los cánones que rigen un buen cuento policial. “El verdadero objetivo -escribe Chesterton- de una novela de detectives inteligente no es confundir al lector, sino iluminarlo de tal modo que cada fragmento sucesivo de la verdad sea una sorpresa. En eso, como en otros misterios mucho más nobles, el objetivo del auténtico escritor (o investigador) no es desconcertar, sino iluminar. El objetivo no es la oscuridad, sino la luz; aunque sea en forma de relámpago” (Chesterton “Errors about Detective Sories”, Ilustrated London, 1920). Elucidar y aclarar son también los cánones que rigen una investigación científica, tanto en el ámbito de las ciencias duras, como en el ámbito gelatinoso de las ciencias sociales con resultados satisfactorios y profundos. Esta metodología de investigación es olvidada por los miembros de la ciencia económica positivista neoliberal, amparándose en la filosofía del máximo exponente del pensamiento positivista, el gran Físico Ernest Mach (Augusto Comte, es a mi parecer una figura menor en el campo positivista), quien preconizaba la negación entre apariencia y esencia. Mach exaltado por esta idea negó la existencia del átomo, negó la distinción entre Aussenhen y Wesen, para él no cabía esta distinción en el campo de las ciencias físicas. La postura metodológica positivista rigurosamente seguida por Ernest Mach se encuentra plenamente articulada en su monumental tratado “Desarrollo Histórico Crítico de la Mecánica” (1883). Lenin en su obra “Materialismo y empiriocriticismo: notas críticas sobre una filosofía reaccionaria” (1908), realizó una crítica demoledora de Ernest Mach. La obra de Lenin es todo un compendio de conocimientos filosóficos enciclopédicos, a pesar de que fue el soporte filosófico del marxismo-leninismo, doctrina que se erigió bajo el socialismo real en una ortodoxia desprovista de los sutiles matices que ofrece la teoría de Marx.
En los relatos policiales de mayor rigor, después de realizarse la descripción del delito, se plantea una primera hipótesis sobre la base de los hechos ocurridos Esta hipótesis inicial, se realiza desde la visión de la pura apariencia (Aussenhen), de tal manera, que en primera instancia la revelación del crimen, se articula en base a los datos reales primarios directamente emanados de los hechos ocurridos en la escena del crimen, todo transcurre en esta fase, en la esfera de la apariencia; es decir, en conformidad con la forma externa en que aparece el crimen o el delito. Desde esta visión, emergen sospechosos en la autoría del crimen, en una primera instancia. Los datos vistos desde la superficie parecen abrumadores y, apuntan a una inmediata solución, un sospechoso (que simbólicamente es el representante de una cofradía de perpetradores de crímenes similares) en que las pruebas externas de los datos empíricos crudos lo señalan de manera categórica como el culpable. Sin embargo, cuando está a punto de cerrarse el caso, un detective agudo (El padre Brown, Horne Fisher, Auguste Dupin, Sherlock Holmes, etcétera) demuestra que el sospechoso al que apuntan con mediana claridad los datos, no resulta ser el criminal. En esta parte del relato policial, los escritores de clase Bradman (los de más alta calidad como Poe, Eca de Queiroz, Chesterton, y Arthur Conan Doyle), sorprenden al lector planteando una solución enigmática, y luego al final del relato revelan con aguda lógica racional, que el perpetrador del crimen es otro.
Sin más datos, el lector poco adiestrado a examinar la esencia por un momento queda perplejo debido a que el señalamiento del verdadero criminal parece violentar el sentido común y la lógica más férrea (antítesis entre Aussenhen y Wesen), en esta etapa el cuento se complica, y todo parece un absurdo -diría Chesterton- como si se descubriera, que la gente caminara todo el tiempo por la cabeza y, no por los pies, como si Edgar Allan Poe se emborrachara con agua o como si la luz, produjera oscuridad, y/o la oscuridad fuese siempre luminosa. Sin embargo, los mejores escritores, descifran el misterio y lo acompañan con una solución racional, sencilla y, tan sorprendente, como la que realiza un mago luminoso y diestro que, es capaz de sorprender con sus trucos al público.
Aplicación de la metodología: El uso de la distinción apariencia (Aussenhen) y esencia (Wesen) para resolver el caso cuasi-policial de ¿A quién rescató el FOBAPROA?
A continuación, aplicaremos la metodología implícita en las sagas policiales, basada en la distinción apariencia/esencia para elucidar el problema del rescate bancario a través del FOBAPROA. Rescate, que realizó el gobierno del presidente Ernesto Zedillo y, que culminó la administración del presidente Vicente Fox a través del IPAB en 2004, pero cuyos efectos persisten en la actualidad y seguirán persistiendo por otras cuatro décadas más.
El FOBAPROA la institución fiduciaria de BANXICO, los reguladores, banqueros y personajes del mundo corporativo rescatado, durante la resolución de la crisis bancaria de 1994-1995, presentaron en la dinámica de los hechos irregulares que marcaron su actuación, todos los rasgos institucionales, sociológicos, políticos, y psicológicos de los personajes creados por los maestros más destacados del cuento policial. En ambas situaciones en la vida real y en la ficción, se permite la existencia de delitos de cuello blanco. Así de esta manera, la elite económica que impulsó la burbuja crediticia que se desencadenó en México entre 1989 y 1994 fue quién al final del proceso usufructuó recursos públicos sin aportar mayor valor agregado al país.
En lo concreto, el FOBAPROA y el IPAB culminaron la consolidación financiera (impulsada por una tecnocracia con fuerza política bajo el mando de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari), de una arrolladora nueva clase económica en la cumbre del etéreo mundo de la “Alta Finanza” con un costo monumental para la población trabajadora mexicana, cuya masa salarial registró en el periodo neoliberal una declinante participación en el PIB. Intentemos develar un secreto sutilmente oculto de este opaco asunto balzaciano, examinando la verdadera naturaleza del FOBAPROA, a efecto de mostrar la existencia de una abrumadora socialización de riesgos favorable a miembros de la Alta Finanza, particularmente de la elite financiera internacional, principalmente de Wall Street. Primero examinaremos este rescate financiero del sistema bancario impulsado por el FOBAPROA, desde el ámbito de la apariencia como es presentada por los economistas, políticos y banqueros, para luego pasar inmediatamente a determinar su esencia, aplicable a los tres aspectos que intentaremos elucidar a saber: a) el rescate a los bancos de Wall Street, b) el rescate concentrado en los depositantes de mayor patrimonio y riqueza individual Y, c) el rescate a los grandes deudores de la banca. Antes delinearemos un breve contexto en el que la crisis bancaria de México ocurrió, y enunciaremos la opinión de la sabiduría convencional, que solo mira la apariencia de los hechos no la sustancia y, lo hace porque saben los representantes de dicha sabiduría que, ahondar en la profundidad de los hechos es revelar las redes de intereses fácticos. Saber demasiado es peligroso.
La opinión ortodoxa neoliberal positivista sobre el rescate bancario sustentada en la apariencia (Aussenhen)
Francisco Gil Díaz enfant terrible de los economistas de Chicago de México, en su análisis en torno a la crisis bancaria de 1994-1995 que se desencadenó con la devaluación del peso en diciembre de 1994, ha sostenido de manera reiterada en muchos artículos y ensayos, cuyo objetivo es justificar el rescate bancario con recursos emanados de los contribuyentes, esencialmente lo siguiente: “El objetivo del apoyo financiero brindado por el Gobierno Federal (a través del Fondo de Protección del Ahorro Bancario -FOBAPROA-) a los depositantes, fue el de evitar un colapso del sistema de pagos de México […] Si se niegan apoyos tendrán quebrantos los mismísimos depositantes con el peligro de corridas bancarias. En el mejor de los casos, los bancos perderían un porcentaje importante de su capital. Con menos capital o diminución de depósitos habría contracciones de crédito y de la actividad económica. La consecuencia final sería una recaída, otra depresión económica” (Francisco Gil Díaz, CEY “Privatización Bancaria, Crisis y Rescate del Sistema Financiero”, 2011).
En un artículo escrito en coautoría con Agustín Carstens intitulado “Pride and Prejudice: The Economics and Mexico´s Financial Crisis” (1997) Francisco Gil Díaz esgrimió con el aval de Carstens el argumento clave justificativo de los rescates bancarios ideado en el siglo XIX por Walter Bagehot exdirector del afamado periódico “The Economist”, con la introducción analítica del “Prestamista de Última Instancia” (The Lender of the Last Resort), figura necesaria (según la elite académica neoliberal) para resolver las crisis bancarias. Gil Díaz y Carstens en dicho artículo abogan con argumentos analíticos no despreciables, que para enfrentar una crisis bancaria se debe tener listo para actuar bajo un marco legal apropiado, la figura de un “Prestamista de Última Instancia” que, permita mantener en cualquier momento, una amplia disponibilidad de reservas internacionales y líneas de crédito para inyectar liquidez a los bancos, y que esté pronto para actuar con suficiente discrecionalidad”. Aquí, tanto Gil Díaz, como su aliado intelectual Agustín Carstens tenían en mente, sin duda el apoyo brindado por el Gobierno Federal para rescatar a los bancos, a los depositantes nacionales pero sobre todo a los inversionistas en moneda extranjera cuyos recursos se habían colocado en instrumentos de deuda privada en bancos nacionales que, operaban en México en aquellos momentos, y en instrumentos de deuda soberana; en especial tenían en mente rescatar a los tenedores de bonos soberanos especiales en la forma de tesobonos en su mayoría en poder de tenedores extranjeros. La versión más estructurada y técnicamente más sólida brindada por estos dos autores desde una visión monetarista extrema sobre el rescate bancario se encuentra en el texto “Some Hypotheses Related to The Mexican 1994-95 Crisis” (Documento de investigación de Banxico No. 9601, enero de 1996). No debe olvidarse que Francisco Gil Díaz es un economista monetarista muy rígido. No ha sido casual que es el verdadero padre intelectual de los Chicago Boys, sucursal México.
Por su parte, el expresidente de la CNBV, Licenciado Eduardo Fernández en su texto “La crisis económica y el rescate bancario de México” es más claro y categórico al expresar: “No hay manera de apoyar a un sistema bancario que sufre crisis sistémica y, que debe mantenerse en el sector privado, sin subsidiar a los accionistas, así de claro” (Eduardo Fernández, CEY “Privatización Bancaria, Crisis y Rescate del Sistema Financiero”, 2011).
¿Por qué se dio el rescate bancario? Se preguntó Guillermo Güémez García un ex miembro del Subcomité de Recuperación del FOBAPROA y se respondió “Si la banca dejaba de honrar sus pasivos se detenía la economía nacional” (Guillermo Güémez García “El rescate bancario, indispensable para evitar que se frenara la economía nacional”, CEY “Privatización Bancaria, Crisis y Rescate del Sistema Financiero”, 2011).
Pablo Graf integró en tres grupos los programas de apoyo brindados por el Gobierno Federal que, guiaron la acción de las autoridades financieras para proceder al rescate financiero (Bail out) vinculado con la crisis de 1994-1995. El primero fue evitar el colapso del sistema (el aval a los depositantes es un objetivo central); el segundo fue apoyar a los bancos; y, el tercero fue apoyar a los deudores (Pablo Graf “Policy Responses to the Banking Crisis in Mexico” Banco Internacional de Pagos, 2006). Luego de estas opiniones de lo que Kenneth Galbraith denomina la “sabiduría convencional”, pasemos a examinar el rescate del capital especulativo foráneo por el gobierno del doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, iniciando el análisis con un breve antecedente.
Breve descripción del marco conceptual vinculado a la devaluación del peso de diciembre de 1994, y la crisis bancaria
Desde una perspectiva internacional el ubicuo economista estadounidense Larry Summers durante muchos años un alto funcionario del Tesoro de Estados Unidos, quien impulsó decisivamente la desregulación financiera que, generó la burbuja crediticia especulativa de 2002-2007 en los Estados Unidos y, que se propagó mundialmente, y que culminó en la Gran Crisis Financiera Internacional de 2008, se pronunció desde el poder que ejercía entonces, en la necesidad de rescatar financieramente a México de su crisis bancaria. Al respecto, expresó lo siguiente en una famosa conferencia celebrada el 20 de enero de 1995 en la universidad George Washington: “México incurrió -afirmo Larry Summers- en retrospectiva en grandes errores de política macroeconómica durante 1994, y a menos que México sea capaz de refinanciar el vencimiento de los tesobonos, ello plantearía graves riesgos para los Estados Unidos” (Sidney Weintraub: Financial DecisionMaing in Mexico: To bet a Nation”, University of Pittsburgh, 2000). Note el lector, que en su disertación en la Universidad George Washington la principal preocupación de Larry Summers fue la de brindar protección a los tenedores de tesobonos, la mayoría de ellos en manos de bancos y entidades financieras de Wall Street. Larry Summers ha sido señalado en incurrir en conflictos de interés entre su actuación como alto funcionario del gobierno y su actuación como consultor y director de hedge funds; verbigracia fue director del fondo de cobertura D.E. Shaw & C0., ha sido consultor del fondo de cobertura Taconic Capital Advisors, del fondo de inversión Atlas Merchant Capital, y miembro del consejo de Digital Currency Group, firma especializada en criptomonedas, las firmas más destacadas de Wall Street han requerido de sus servicios como Citigroup, Goldman Sachs, JP Morgan Chase y Merril Lynch.
Cinco días más tarde el 25 de enero de 1995, Robert Rubín compareció ante la Comisión de Moneda y Banca del Congreso de Estados Unidos (The House Committee on Banking and Financial Services), repitió los mismos argumentos de Summers para defender la aprobación del fondo de dinero en moneda extranjera que el gobierno de Estados Unidos y entidades financieras internacionales aplicarían al rescate del sistema financiero de México, añadiendo un nuevo argumento a saber: el espectro de un incremento en 30 por ciento en la inmigración ilegal de México a Estados Unidos, en caso de que el Congreso de Estados Unidos no aprobase esos recursos (Sidney Weintraub Ibid page 139). Robert Rubin antes de ser ministro del Tesoro en el gobierno de Estados Unidos, fue un trader muy destacado en el departamento de Arbitraje de Riesgos de Goldman Sachs. Con el ascenso de los traders a las máximas posiciones de dirección de las firmas de Wall Street Robert Rubin fue nombrado CEO de Goldman. Desde sus posiciones de poder, Rubin fue fundamental para impulsar el desarrollo de la industria de hedge funds, que se consolidó vertiginosamente después de la derogación de la ley Glass Steagall en la que participó de manera notable Robert Rubin. Hay que recordar que Robert Rubin impulsó la fusión de Citicorp y Travelers Group, posteriormente en 1999 fue nombrado presidente ejecutivo de Citigroup. Robert Rubin fue mentor de muchos de los CEO´s de los hedge funds a través del grupo de traders que formó denominado “Rubins Cubs”; es decir sus pupilos formaron famosos hedge funds como: Farallon, Perry Capital, Eton Park, Och-Ziff, Taconic, ESL, TPG-Axon (Richard Toad “Robert Rubin an his proteges-Goldman Sachs Risk Arbitrage, october 2025).
Alan Greenspan longevo presidente de la FED fue una figura central en la crisis del peso y el colapso del sistema bancario mexicano, que estalló en diciembre de 1994. ¿Cuál fue su papel? En su decisión de política monetaria al frente de la FED, cuando a partir de febrero de 1994 decidió con la Junta de Gobierno de la FED, elevar las tasas de interés de manera sistemática y, a lo largo del año mantuvo una política monetaria restrictiva, que culminó con el alza de 75 puntos base en la tasa de interés en noviembre de 1994. Este último movimiento fue devastador al ser el preludio de la crisis económica mexicana que se detonó en diciembre de 1994. Alan Greenspan no consideró los efectos que la medida de noviembre tendría en la catastrófica devaluación del peso en más del cien por ciento el mes siguiente. ¿Por qué no consideró ese efecto negativo para la economía mexicana? Greenspan estaba imbuido hasta las cejas del modelo neoliberal en las cuales las entradas de capital en una economía pequeña y abierta con modelo de tipo de cambio semifijo cuyas fluctuaciones se movían dentro de los límites fijados por la banda cambiaria financiaban con supuestamente bajo riesgo macroeconómico un déficit comercial agudo. Es importante señalar, que en esos momentos Greenspan estaba enamorado de los derivados financieros capaces según él de controlar, los riesgos financieros y de mercado lo que hacía innecesaria la supervisión y la regulación financiera.
¿Qué operación sintética financiera derivada de tipo Over the Counter (OTC) en el mercado cambiario mexicano veía Greenspan para que no le preocupara el choque de tasas de interés, y se animara a elevar en 75 puntos base la tasa de referencia de la FED en noviembre de 1994, desdeñando el impacto que tendría sobre la economía mexicana muy ligada a EUA? La respuesta es simple: El derivado financiero cambiario que veía sólido Greenspan se basaba en el hecho de que el establecimiento de una banda cambiaria imponía un modelo de tipo de cambio semifijo, que era en realidad una estructura financiera que, generaba un macro derivado financiero sintético que incluía dos opciones implícitas calls y puts sobre el peso respecto al dólar, que si bien cubría del riesgo financiero cambiario a nuestra moneda dentro de ciertos límites, no brindaba protección si el activo subyacente “las reservas internacionales del banco central se diluyeran”.
Alan Greenspan como Carlos Salinas de Gortari, como Pedro Aspe, y como Ernesto Zedillo desdeñaron el modelo macroeconómico de overshooting de Rudiger Dornbusch, que anticipaba un elevado riesgo cambiario macroeconómico en el modelo de tipo de cambio semi-fijo basado en la banda cambiaria, en caso de que Banxico perdiera reservas internacionales. El modelo de Dornbusch, en su forma más acabada, fue presentado cuatro años después del colapso del peso en una versión altamente estilizada en 1998 en la revista International Economic Review en el ensayo, ¿“Do Measures of Monetary Policy in a VAR Make Sense?” Sin embargo, dicho modelo había sido presentado por Dornbusch en el lejano año de 1976 en el ensayo “Expectation and Exchange Rate Dynamics”, en el Journal of Political Economy, revista de la Universidad de Chicago. Mucho se especuló en el mundo académico internacional que las contribuciones de Dornbusch le harían merecedor al premio Nobel de economía en un futuro no muy distante. Sin embargo, una versión que explica el no Nobel al distinguido economista alemán, señala que el modelo de overshooting de Dornbusch al estar más orientado a la política económica, que a una elucidación teorética le impidió obtener el preciado galardón. En efecto, los ubicuos miembros del Comité Nobel de Economía en sus decisiones cupulares no valoran suficientemente creaciones de “política económica”. Es importante señalar, que Dornbusch fue mentor de muchos economistas de clase mundial y de por lo menos un premio Nobel, Paul Krugman especialista en la teoría macroeconómica neokeynesiana del comercio internacional, y de un candidato al Nobel Maurice Obstfeld neokeynesiano en la misma línea que Krugman. Quizá si Dornbusch hubiera vivido más tiempo, lo hubiera premiado el Comité Nobel, no lo sabemos. Infortunadamente, Dornbusch falleció repentinamente a los sesenta años aquejado de un cáncer.
Alan Greenspan pensó que el efecto overshooting no era relevante ¿Por qué lo pensó así? ¿Por qué desdeñó el efecto Dornbusch? La respuesta es sencilla, las alzas sistemáticas de la tasa de interés aplicadas por la FED a partir de febrero de 1994 (hasta antes del movimiento de 75 puntos base de noviembre de 1994), y que habían significado un alza de aproximadamente 300 puntos base en un año, solo habían conducido a una depreciación gradual del tipo de cambio del peso mexicano, y a un aumento gradual de las tasas de interés hasta noviembre, antes del colapso de diciembre. Siguiendo este razonamiento, pensó Greenspan que la economía mexicana tenía un equilibrio macroeconómico sólido basado en lo siguiente: La existencia de un endeudamiento externo elevado, pero con un consumo interno robusto, y un tipo de cambio fuerte sobrevaluado, situación que (creía Greenspan) elevaba las garantías con ello disminuían las restricciones generadas al techo de endeudamiento y permitiría mayor endeudamiento externo. En México a pesar de la crisis política, la emisión de tesobonos permitió sin duda ampliar el endeudamiento externo y, que siguieran fluyendo capitales foráneos.
Otro equilibrio macroeconómico posible para una economía pequeña y muy abierta como la de México ocurre cuando el endeudamiento externo es bajo, lo que genera un reducido consumo interno y un tipo de cambio subvaluado, lo que erosiona el valor de las garantías internas, endurece las restricciones al endeudamiento y reduce la capacidad de endeudamiento externo. Transitar del primer tipo de equilibrio al segundo puede entrañar graves riesgos macroeconómicos financieros. Es importante indicar que México se encontraba en un principio en el primer tipo de equilibrio, pero luego transitó sin el mayor cuidado macroeconómico al segundo tipo de equilibrio.
Después del alzamiento zapatista en Chiapas contra el gobierno mexicano, las reservas de Banxico representaban 5% del PIB, mientras que el endeudamiento externo medido por el déficit comercial de balanza de pagos era de 6% del PIB. A lo largo del año esta asimetría fue creciendo, las reservas de Banxico representaban en noviembre de 1994 menos del 2% del PIB (o menos), y el déficit comercial se ubicó en 8% del PIB, la entrada de capitales no se suspendió en el curso del año por la transformación de valores gubernamentales (CETES, Bondes y Ajustabonos) en tesobonos. Estos factores que mostraban un riesgo macroeconómico creciente fueron ignorados por Greenspan y la Junta de Gobierno de la Fed que decidió en noviembre de 1994 incrementar fuertemente la tasa de interés en 75 puntos base. Un mes después el peso se colapsaba y se detonaba con el alza de las tasas internas de interés, y se generaba la crisis bancaria más grave de posguerra en la economía mexicana.
Greenspan pensó que de mantener el gobierno mexicano vía tesobonos el flujo foráneo de capitales de corto plazo sería suficiente para absorber el choque de tasas de interés determinado por la Fed en noviembre de 1994. Sólo hasta 1999, Alan Greenspan basándose en las ideas del economista argentino Pablo Guidotti quien estableció una regla para preservar el equilibrio macroeconómico, entendió las dificultades para de preservar una regla de equilibrio (hoy día denominada “Regla Greenspan-Guidotti”) consistente en que «los países deben gestionar sus activos y pasivos externos de tal manera que siempre puedan prescindir de nuevos préstamos externos durante un máximo de un año». No fue éste el caso de México.
Economistas de la Reserva Federal de Dallas señalaron que la regla de Guidotti-Greenspan conduce a una medida simple de la suficiencia de reservas de un banco central: las reservas de divisas menos la suma de la deuda externa a corto plazo denominada en moneda extranjera y el déficit de cuenta corriente. Estos economistas concluyeron que, hacia finales de 1994, el déficit de la cuenta corriente mexicana era mayor que el stock de reservas internacionales de Banxico, lo que significaba que el banco central mexicano no contaba con suficientes reservas para cubrir un año de nuevos préstamos, y mucho menos para el pago del servicio de la deuda existente. La crisis del peso era inevitable. Una vez desatada la crisis, se convirtió en una obsesión como prioridad máxima de Greenspan, proceder a liquidar los tesobonos a efecto de permitir la reanudación de flujos internacionales de capitales colocados en el sistema financiero de México, tal acción en realidad rescataría a los tenedores de bonos extranjeros.
Conclusión: Larry Summers, Robert Rubín y Alan Greenspan señalaron enfáticamente que liquidar los tesobonos era una prioridad sine qua non para resolver la crisis bancaria mexicana detonada por la devaluación del peso frente al dólar en diciembre de 1994. Al no existir recursos internacionales por el ataque especulativo contra el peso, y por lo tanto detenidos abruptamente los flujos de capitales hacia México, era necesario un rescate internacional. Estos tres personajes estuvieron muy activos para promover un paquete de recursos internacionales para rescatar al sistema financiero mexicano, pero en primer lugar tenían el objetivo supremo de rescatar a los tenedores de los tesobonos. Es decir, en esa acción de apoyo financiero internacional, la primera y absoluta prioridad era liquidar los tesobonos. Este pernicioso razonamiento encubría su deseo más profundo, el de rescatar a Wall Street cuyos bancos eran en realidad los principales tenedores de los tesobonos.
El rescate del doctor Ernesto Zedillo a Wall Street vía la liquidación de los Tesobonos en poder del capital foráneo en 1995. Una prioridad del paquete de apoyo financiero internacional
El fondo de dinero que, reunió el gobierno del presidente Bill Clinton a México bajo el impulso de Summers, Rubín y Greenspan, tenía por objetivo central (muchas veces se olvida esta consideración al analizar la crisis bancaria de México de 1995) fundamentalmente el rescate de los tenedores de tesobonos emitidos por el gobierno de México en cuantiosas emisiones que alcanzaron un monto igual a 29 mil 206 millones de dólares al 31 de diciembre de 1994, las emisiones vencían prácticamente en su totalidad durante los siguientes doce meses (Informe Anual de Banxico, 1995 página 187). Todos estos dólares provenían del capital volátil fundamentalmente de bancos y hedge funds de Wall Street, no olvidar que Robert Rubín fue CEO mundial de Goldman Sachs quien para escalar como un moderno Tensing a esa posición cumbre del Everest financiero mundial, fue antes un brioso y exitoso trader especulador de la entidad que Nomi Prins denomina Government-Sachs (Nomi Prins “It Takes a Pillage: An Epic Tale of Power, Deceit, and Untold Trillions”, 2013).
¿Cómo se constituyó el Paquete de Apoyo Financiero clave para el rescate del sistema bancario de México a partir de 1995?
El Informe Anual de Banxico de 1995 señala que “El Paquete de Apoyo Financiero orquestado por el gobierno de Bill Clinton para el rescate bancario mexicano, se constituyó con un monto disponible de recursos hasta por 51,637 millones de dólares, integrado por las siguientes líneas de crédito: autoridades financieras de los Estados Unidos (20,000 millones), Banco de Canadá (1,100 millones), Fondo Monetario Internacional (17,750 millones), Banco de Pagos Internacionales (10,000 millones), BID y Banco Mundial (2,787 millones)”.
¿Cuál fue la prioridad número del gobierno del doctor Ernesto Zedillo en los programas de aplicación de los recursos del Paquete de Apoyo Financiero Internacional?
El objetivo principal del paquete -señala nítidamente el informe Anual de Banxico 1995 en su página 182-fue asegurar el financiamiento de largo plazo para cubrir la amortización de las obligaciones de corto plazo, principalmente las constituidas por los tesobonos. Asimismo, se buscó la reconstitución del saldo de la Reserva Internacional del Banco de México. De lo anterior es claro y contundente el hecho que de que el Instituto Central admitió en su Informe anual a la Nación que, la prioridad primera de los recursos del Paquete de Apoyo Financiero Internacional fue rescatar a los tenedores de los tesobonos. Podemos concluir con este tema que a menudo se olvida que, “No hay la menor duda de que el Gobierno de Zedillo con prisa y sin pausa y con fervor neoliberal tuvo como primer gran objetivo en el rescate bancario, la liquidación de los tesobonos, incluyendo el pago cuantioso de la garantía cambiaria que ofreció el gobierno mexicano a los bancos y entidades financieras de Wall Street al emitir dichos instrumentos, los cuales tenían como elemento inherente a la emisión de este instrumento de deuda soberana por parte del gobierno mexicano la citada garantía cambiaria implícita a favor de los tenedores de tesobonos, sin exigir el pago de una prima, proceso natural en la contratación de seguros de activos y de precios.
Un recorrido histórico de esos apremiantes días de 1994 y 1995, nos permite afirmar de manera categórica que la emisión de tesobonos, instrumentos denominados en pesos, pero, con una garantía cambiaria de parte del emisor, fue en los hechos producto de una gigantesca presión de Wall Street al gobierno de Zedillo de entidades financieras tales como: US Financial Houses, Investment Bankers, Hedge Funds, y Brokers.
En efecto, entidades financieras de Wall Street que operaban en México redescubrieron en 1994 los tesobonos creados en 1989, siendo la primera emisión en agosto de 1989. Sin embargo, -señala Enrique Cárdenas- la cantidad en circulación era pequeña, nunca rebasando los mil millones de dólares hasta septiembre de 1993, eran, por lo tanto, un instrumento de fondeo del gobierno de México de reducido volumen operativo. Los bancos y operadores de fondos de Wall Street propusieron a los funcionarios del sector financiero de México subastar tesobonos a través de Banxico, como una manera de evitar una devaluación o en su defecto la de evitar un alza de tasas de interés en 1994, situación indeseable para el gobierno mexicano dado el clima electoral tenso que se vivía en el país. ¿Quién lideró en lo específico esa agresiva campaña como condición exigida por los jugadores de Wall Street para permanecer el capital extranjero volátil y especulativo en el Sistema Financiero de México en ese año crítico y difícil? Según el economista Sidney Weintraub fue el Weston Group (un relevante administrador de fondos de pensiones de Estados Unidos) quien organizó un gran foro en el que participaron las principales firmas de Wall Street involucradas en mantener posiciones de capital especulativo foráneo en el país. El Fórum presentó como un consenso de las principales firmas de Wall Street, que se requería transformar los bonos de gobierno en pesos sin cobertura cambiaria (CETES, Bondes y Ajustabonos) en bonos en pesos con cobertura cambiaria ofrecida por el Gobierno Federal bajo la figura de tesobono. Esta acción era, la única posibilidad de permanencia en México del capital financiero foráneo, en ausencia de otras medidas como un alza en las tasas de interés locales o de recurrir al incremento en el ritmo de la devaluación del peso frente al dólar.
Pronto vino la respuesta de Guillermo Ortiz Martínez, quien bajo un manto de fingida soberanía nacional rechazó las conclusiones del Weston Forum expresando lo siguiente: “Una cosa es escuchar (Al Weston Forum) y otra es seguir sus recomendaciones de política. Sería obvio que estaríamos en graves dificultades si fuéramos a seguir el consejo de los inversionistas de Wall Street-” (La cita de Guillermo Ortiz aparece en Peter Smith “Political Dimensions of the Peso Crisis”, pagina 41 en Sebastian Edwards y Moises Naim, “Mexico 1994: Anatomy of an Emerging Market Crash”, 1997). Seguramente Guillermo Ortiz tenía en mente a pesar del asesinato del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en los mercados financieros y cambiarios no había alarmas negativas significativas de parte de los indicadores de riesgos financieros sobre la economía mexicana. Así el diferencial de tasas de interés entre el CETE y la tasa de interés del tesobono se estrechó poco después del asesinato de Luis Donaldo Colosio. A principios de noviembre de 1993, el diferencial era de 10%, en abril de 1994 el diferencial se redujo a sólo 3%. Para este último mes el diferencial de tasas entre el tesobono y la tasa de certificados de depósitos de Estados Unidos fue de sólo 2% (Paul R. Masson y Pierre Richard Agénor “The Mexico Peso Crisis: Overview and Analysis of Credibility Factors, IMF, 1996).
La respuesta a Guillermo Ortiz por el periódico Wall Street Journal fue fulminante: “Los administradores de fondos tenían razón de estar muy contentos con la respuesta del gobierno mexicano -señaló WSJ-. Inmediatamente después de la celebración del Weston Forum, los oficiales mexicanos procedieron a instrumentar la operación del rescate del peso. Emitieron tesobonos de corto plazo como el grupo de inversionistas extranjeros solicitó, y redujo las emisiones de bonos soberanos no indexados al dólar, para reducir la tasa de interés de corto plazo. Los funcionarios más importantes del departamento del tesoro de México volaron a Washington para anunciar un programa trilateral de apoyo a la divisa mexicana con el apoyo de Estados Unidos y Canadá. Después de estas reuniones Pedro Aspe ministro de finanzas de México visitó a los administradores del fondo financiero Fidelity” (Peter Smith, ibid. Página 41)
Por este comportamiento de complacencia hacia el capital volátil, Sidney Weintraub se preguntó ¿Quién estaba dominando la política financiera de México, los integrantes del Weston Forum o las autoridades financieras de México? La respuesta atendiendo a los hechos de 1994 fue clara: Los miembros de Weston Forum querían emisiones cuantiosas de tesobonos condición para permanecer sus capitales en el Sistema Financiero de México o la actitud de Guillermo Ortiz advirtiendo del riesgo extremadamente peligroso de seguir el consejo de Weston Group y colegas. Los datos en favor de la aplicación disciplinada por el gobierno de México de las reglas demandadas por la cúpula de Wall Street representada por los miembros del Weston Forum fue clara y contundente. Conviene recordar que, en febrero de 1995, el H. Congreso de la Unión autorizó al Gobierno Federal a contratar créditos externos dentro del Paquete de Apoyos para la Estabilización, por un monto de hasta 26 mil 500 millones de dólares, los cuales deberían destinarse para refinanciar los vencimientos de tesobonos. Dicha autorización indicaba que los créditos antes referidos, no estaban sujetos al límite máximo establecido previamente al endeudamiento externo neto del sector público para 1995 (5,000 millones de dólares). Estas acciones del gobierno Zedillista fueron una muestra del acatamiento con que actuó el expresidente de México ante Wall Street. La presión política también influyó, al respecto dice Rubin en sus Memorias que el viaje de Larry Summers a México se mantuvo secreto en parte para evitar la impresión entre los mexicanos que el gobierno estadounidense estaba violando la soberanía nacional (Robert Rubín y Jacob Weisberg “In an Uncertain World :Tough Choices from Wall Street to Washington”, 2003).
¿Cómo fue la trayectoria de la emisión de los tesobonos en 1994? En enero de 1994, los cuatro bonos soberanos en circulación eran: Cetes con 24.07 mil millones de dólares (56.6 %), Bondes con 5.22 miles de millones de dólares (12.3 %), Ajustabonos con 10.82 mil millones de dólares (25.4%) y Tesobonos 2.43 miles de millones de dólares con (5.7%), para un total de 42.54 miles de millones de dólares. Para diciembre de 1994, la composición se había vuelto totalmente a favor de los tesobonos con 21.55 mil millones de dólares (73,3%), Cetes representaban 3.94 mil millones de dólares (13.4%), Bondes 0.58 mil millones de dólares (2.0 %), y ajustabonos con 3.31 mil millones de dólares (11.3%), de un total de 29.38 mil millones de dólares.
El cambio en la estructura de la deuda pública en favor de los tesobonos se muestra en la tabla siguiente:
La trayectoria de la liquidación de los Tesobonos durante 1995 paralela a la resolución de la cartera bancaria en moneda extranjera
Los tesobonos emitidos desde finales de septiembre de 1993 y durante 1994, fueron emisiones de corto plazo con vencimientos en su totalidad en 2025. Para su liquidación se determinaron tres acciones de acuerdo con el citado Informe de BANXICO: (1) La principal forma de liquidación correspondió a la obtención de crédito externo de largo plazo a través del Paquete de Apoyo Financiero. (2) La adquisición, por Banco de México, de una parte, de la posición de tesobonos en poder del público inversionista. (3) BANXICO estableció una facilidad para pagar directamente los vencimientos semanales de tesobonos, en dólares. La aplicación de estas tres grandes acciones permitió amortizar en el año de 1995, nada menos que el 99.2 por ciento del saldo vigente de tesobonos al cierre de diciembre de 1994.
Por otro lado, el primer programa de rescate financiero aplicado con los recursos provenientes del préstamo internacional fue el “Programa de Facilidades de Liquidez en dólares” (Dollar Liquidity Facility Program), con el objetivo expreso de otorgar a los bancos mexicanos liquidez en dólares a una tasa de interés elevada para reducir sus posiciones cortas en la divisa norteamericana que se hallaban en su balance financiero. El citado Pablo Graf lo ubicó dentro de los programas top de rescate, lo denominó Programa de Acción Inmediata. El gobierno creó a través de Banco de México una ventanilla de préstamos en dólares a 17 bancos comerciales, y el monto alcanzó un pico -señala Graf- de 4 mil millones de dólares en abril de 1995. Los recursos fueron otorgados a una tasa de interés de penalización en dólares del orden del 25% y en ciertos casos mínimos a una tasa del 17% aplicable a los saldos crediticios pendientes por debajo de cierto umbral (Pablo Graf Ibid, página 169).
Esta tasa de penalización a los bancos mexicanos para gestionar su problemática cartera en dólares está en conformidad con lo expuesto por Walter Bagehot para la conducta del Prestamista de última Instancia (The Lender of the Last Resort) a efecto de distinguir un banco con problemas de liquidez, de un banco en problemas de insolvencia (Walter Bagehot “Lombard Street: A Description of the Money Market” 1873). Respecto a esta obra clásica del pensamiento monetario, recomendamos el capítulo VII Intitulado “A More Exact Account of the Mode in Wich the Bank of England Has Discharded Its Duty of Retaining A Good Bank Reserve”. Walter Bagehot expresa en este capítulo la idea de que el Banco de Inglaterra debe convertirse en Lender of the Last Resort, durante una crisis de Credit Crunch. En mi opinión el lector debe leer antes el capítulo VIII The Government of the Bank of England. De especial interés son los capítulos que Bagehot dedica a examinar instituciones financieras del siglo XIX en Inglaterra como los Joint Stock Banks (capítulo IX); los Private Banks (capítulo X) y los Bill-Brokers (capítulo XI). Una vez que el lector agote el capítulo XI le recomiendo leer la sección cuarta del volumen tercero de “El capital” de Marx en el que se relatan las crisis bancarias imputables a la adopción de las reglas ultra-monetaristas de David Ricardo, que guiaron la legislación bancaria británica y en especial, la imposición de la Ley Peel que, como demostró Marx agravaba las crisis bancarias inglesas con impactos mundiales en ese siglo caracterizado por las convulsiones financieras.
Como Director Corporativo de Tesorería y Operaciones Financieras de Banpaís, banco intervenido el 5 de marzo de 1995, al que fui nominado como funcionario de la institución por invitación expresa del Interventor de entonces Manuel Espinosa de los Monteros, para gestionar las enormes operaciones financieras de derivados de la institución, y de las posiciones de mercado de dinero en 1995, recuerdo haber utilizado operaciones estructuradas con derivados financieros que, se denominaban “créditos sintéticos” y que, permitieron que la institución no se adhiriera al programa en dólares de BANXICO, en virtud de que las operaciones sintéticas nos permitían financiar la nivelación de las posiciones cortas en dólares del balance del banco, a tasas de interés del 14% y no tomar créditos en dólares de BANXICO al 25%, logrando un considerable ahorro para el saneamiento de la institución, lo que redujo aunque marginalmente el costo de rescate fiscal de Banpaís. Esto indica que un instrumento que sirvió para la inmoderada expansión crediticia de Banpaís, mejor aprovechado permitió amortiguar las pérdidas de la institución y aunque hubo un saneamiento costoso, fue con esta aplicación menos costoso de lo que hubiera sido.
La segunda acción consistió en la liquidación de tesobonos por la adquisición de ellos por parte de BANXICO. Durante los dos primeros meses de 1995, el Banco de México realizó cinco subastas para adquirir parte de la posición de tesobonos en poder del público. Estas subastas se instrumentaron para reducir la carga que representaba el vencimiento de estos títulos sobre el saldo de la reserva internacional, así como la presión que ejercería sobre el nivel del tipo de cambio. En particular, las primeras cuatro subastas se enfocaron directamente a la adquisición de tesobonos que formaban parte de la posición de las instituciones de crédito y de las casas de bolsa. De acuerdo con el procedimiento establecido para estas transacciones, el Banco de México obtenía los títulos que mantenían dichos intermediarios financieros a cambio de reducir el saldo del crédito en moneda nacional, que previamente les había otorgado el Instituto Emisor, tanto de manera directa, como a través de reportos. Este procedimiento para intercambiar tesobonos por créditos del Banco de México se diseñó para evitar que se afectara el saldo de la base monetaria, en tanto que para el Instituto Central estas transacciones representaron únicamente una sustitución de activos. El valor nominal de los títulos adquiridos por el Banco de México a través de estas operaciones ascendió a 3,418 millones de dólares (Informe Anual de Banxico, 1995)
Banxico estableció como tercera acción una facilidad para pagar directamente los vencimientos semanales de tesobonos, en dólares. Sobre este punto cabe señalar que BANXICO en el citado Informe Anual, expresó con mucha claridad el mecanismo instrumentado en los siguientes términos: “De esta manera, a partir del 20 de marzo, el Banco de México estableció una facilidad para el pago en dólares del valor nominal de los tesobonos conforme estos fueran venciendo. Con la instrumentación de esta ventanilla, se buscó reducir la volatilidad del tipo de cambio, al excluir la demanda por divisas que se derivaba del vencimiento semanal de estos títulos. El mecanismo operativo de esta facilidad especificaba que el día en que se fijaba el tipo de cambio aplicable para el vencimiento de los tesobonos, los tenedores debían presentar al Banco de México su solicitud para recibir directamente el pago en dólares, del valor nominal de los valores que vencían en la semana en cuestión. Durante el periodo en que la facilidad para la redención en dólares de los tesobonos estuvo disponible, el 64.7 por ciento del vencimiento de estos títulos en poder del público se liquidó directamente en moneda extranjera”.
Reflexión en torno a la dimensión del rescate 1995 del gobierno Federal de la administración del presidente doctor Ernesto Zedillo a los bancos de Wall Street con operaciones en moneda extranjera en México durante la euforia y crisis financiera
¿Por qué fue el “Programa de Facilidades de Liquidez en Dólares”, el primer programa de rescate bancario que se aplicó en 1995? Claramente fue para sanear la cartera en dólares de los bancos y desde luego completar sin disturbios financieros la decisión del gobierno zedillista de repagar los tesobonos que eran deuda soberana en poder de los bancos de Wall Street. Por esta razón este programa se ubicó como “prority top”. El Auditor canadiense Michael Mackey determinó en su evaluación al Fobaproa que al término del programa de liquidez en dólares a los bancos (paralelo a la liquidación de los tesobonos) no se generó costo fiscal. Esta opinión fue reforzada por la revisión de la ASF. Sin embargo, en lo relacionado con la emisión y liquidación de tesobonos existieron costos ocultos que fueron los siguientes:
En primer lugar, la tasa pagada por el préstamo en dólares por el gobierno al utilizar por medio de BANXICO los swaps en dólares fue muy elevada (Weintrab). En segundo lugar, el gobierno al liquidar los tesobonos incluyó en el repagó el inmenso costo de la devaluación de más de 100% inherente a los tesobonos en posesión de los tenedores de esos bonos que como hemos visto eran las entidades financieras de Wall Street. Sospecho que en el incremento de la deuda pública del gobierno mexicano en 10 puntos porcentuales del PIB (1993 a 1994) tuvo que ver con el costo de la liquidación de los tesobonos imputable a la devaluación del peso. Estos diez puntos porcentuales del PIB significaron un costo inmenso para el país. Un costo adicional estimado por Sidney Weintrab fue el siguiente: “Las autoridades mexicanas -expresó Weintraub-utilizaron 13.5 miles de millones de dólares de los créditos otorgados por Estados Unidos de los cuales tres mil millones de dólares fueron utilizados en la forma de swaps de corto plazo, y 10.5 mil millones de dólares en la forma de swaps de mediano plazo. No mas de 12.5 mil millones de dólares vigentes en cualquier momento. El total de intereses pagados por estos préstamos ascendió a 1.5 miles de millones de dólares 580 millones de dólares más de lo que se hubiera inertido en fondos integrados por Treasury Bonds de EUA” (Sidney Weintraub “Financial Decision-Making in Mexico: To a Bet a Nation” (2000).
El rescate a los depositantes por el FOBAPROA, su verdadero significado
Joseph Schumpeter en su ensayo “Common Sense of Econometrics”, el ensayo clave del primer número de la revista Econométrica de 1933, señaló con magistral agudeza que la ciencia económica es más cuantitativa y numérica que la ciencia física. Al elucidar la verdadera naturaleza del rescate a depositantes por el FOBAPROA tendremos un claro ejemplo de lo expresado por uno de los diez pensadores sociales más significativos de la historia. Comencemos por lo dicho por el economista mexicano Francisco Suárez Dávila, quien señaló de manera enfática que el objetivo principal y determinante de un rescate financiero es proteger el patrimonio económico de los ahorradores en sus palabras: “Las autoridades financieras ante una crisis sistémica, que pone en peligro el sistema financiero, tienen como primer objetivo salvaguardar los intereses de los ahorradores” (Francisco Suárez Dávila “La reprivatización bancaria fracasada: tragedia nacional en 3 actos, capítulo III” CEY, 2010). Muchos economistas conservadores que suscriben lo dicho por Suárez Dávila en términos generales enmascaran la sutileza del rescate bancario para no responder a que grupos de depositantes bancarios en lo especifico fueron principalmente los recursos fiscales aportados por el gobierno Federal en la resolución de la crisis bancaria. Vayamos al fondo de la cuestión.
De acuerdo con datos de la memoria estadística anual de 1995 de la entonces Asociación de Banqueros de México (ABM), hoy Asociación de Bancos de México (ABM), a junio de 1995 momento crucial en la decisión del rescate por el FOBAPROA (el IPAB todavía no existía), los saldos del total de los depósitos bancarios ascendieron a 497 mil 668 millones de pesos, y el número de contratos de depósitos existente fue de 15 millones 621 mil 906 contratos. Las preguntas claves para elucidar en que, tipo de ahorradores de la banca se concentró el rescate son las siguientes: ¿Dónde se concentró el monto más significativo de depósitos bancarios rescatados por el gobierno a través del FOBAPROA? ¿Dónde se concentraron los contratos de los depositantes que representaron fundamentalmente los recursos más significativos del rescate del FOBAPROA en el rubro de ahorradores? Las respuestas son muy claras y sencillas y han sido ignoradas totalmente por los analistas del rescate bancario a través del FOBAPROA y son las siguientes:
1. Montos pequeños de depósitos bancarios se concentraban en el vasto número del grupo de ahorradores en la banca con escaso patrimonio. El total de los depósitos de cuentahabientes bancarios que va de 1 mil pesos hasta cien mil pesos de ahorro acumulado ascendió a junio de 1995 a la cantidad de 94 mil 165.8 millones de pesos que, representó sólo el 18.9 por ciento del saldo total de los depósitos bancarios existentes a esa fecha. Este rango de depósitos significó 15 millones 275 mil 613 contratos de depósitos bancarios. Este número de contratos representó el 97 por ciento del total de contratos bancarios. De haber actuado el gobierno del doctor Zedillo con sensatez, el rescate se debió haber concentrado en estos rangos de ahorro con considerable disminución en el costo fiscal del rescate bancario. Esto es factible de hacer con la modalidad de rescate conocida como “Bail In”.
2. Montos cuantiosos de depósitos bancarios se concentraban en una pequeña élite cuantitativa y numérica de ahorradores en la banca con elevado patrimonio. El total de los depósitos de cuentahabientes bancarios que va del rango de más de un millón de pesos de ahorro acumulado ascendió a junio de 1995 a la cifra astronómica de 308 mil 682.8 millones de pesos que representaba el 62.03 por ciento del saldo total de los depósitos existentes a esa fecha. Este rango de depósitos significó comprendió únicamente 26,252 contratos. El pequeño grupo de ahorradores selectos ubicados en este rango que podemos denominar rango fifí acumuló el grueso del rescate bancario en el rubro de los depositantes ahorradores de la banca, en virtud de que significó únicamente el 0.20% del total de los contratos bancarios existentes a esa fecha. Por lo tanto, podemos afirmar con gran certidumbre que el rescate bancario a depositantes ahorradores de la banca en el momento de la decisión del rescate por el FOBAPROA se concentró casi totalmente en un alto porcentaje en tan pequeño número de ahorradores que significaban apenas el 0.20% de los depositantes bancarios. Es decir; el rescate a los ahorradores de la banca por el FOBBAPROA, fundamentalmente se concentró por su peso porcentual en salvar a los depositantes con más patrimonio y riqueza personal un número pequeño de 26,252 cuentahabientes. En todo caso, se trató de un costoso rescate que no aparece en ningún análisis del rescate FOBAPROA.
El rescate a los grandes deudores de la banca
En 1996 un año después del desencadenamiento de la crisis, por el efecto devaluatorio del peso mexicano en más de cien por ciento, la economía mexicana comenzó a recuperarse. La macro devaluación de diciembre de 1994 equivalió en la práctica a la imposición de un fortísimo arancel comercial de gran magnitud. Este arancel, sirvió de manera decisiva para el crecimiento de la economía mexicana en los cuatro años subsecuentes. En 1995, nuestra economía creció en términos reales de manera muy robusta entre 5.5% y 6.8%.
En efecto, el impulso devaluatorio en favor de la industria nacional al ser muy robusto una vez superada la recesión de 1995 comenzó a imponer su estatuto, y con la reducción de las tasas de interés por el pronto regreso de México a los mercados internacionales, a pesar de la contracción bancaria y crediticia, experimento un desempeño muy sólido, diríamos notable en los siguientes años. La tasa de crecimiento del PIB real de México entre 1996-2000 rondó entre 5.48% (Banco Mundial), 5.46% (INEGI-BANXICO) y 5.30% (Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados). Después del año 2000 a la fecha, 2024, la tasa del crecimiento del PIB real de México ha sido muy baja menos del 1.5 por ciento, lo cual se debe en parte no menor, a la sobrevaluación cambiaria (por el arancel sintético negativo que representa) que se generó a partir de 2001. En contraste, la economía china mediante una política cambiaria con devaluación controlada del yuan (arancel sintético terso) ha coadyuvado a generar un crecimiento económico muy robusto en ese país durante muchos años con tasas de crecimiento del PIB real superiores a los dos dígitos. La experiencia de México y China corroboran empíricamente, lo que han revelado una abrumadora cantidad de investigación empírica y ejercicios econométricos a saber: la política cambiaria de sobrevaluación de la moneda (arancel sintético negativo) siempre va acompañada de un bajo y reducido crecimiento económico.
Con la devaluación del peso, el gobierno del doctor Ernesto Zedillo impulsó una política monetarista contraccionista elevando las tasas internas de interés a tres dígitos, de tal manera que apenas transcurridos tres meses de la devaluación del peso en diciembre de 1994, para el mes de marzo de 1995 la tasa interna de interés anual de México, alcanzó en el mercado secundario más de 120%, situación que propició un crecimiento desmesurado de la cartera vencida de los bancos mexicanos, concentrada en grandes deudores corporativos. Como se sabe, los bancos mexicanos prestan poco y a pocos, décadas de abandono del crédito a Pymes se traducen en una oferta crediticia preferentemente canalizada a grandes empresas corporativas. Por ello, el citado efecto del alza de las tasas de interés asociado a la política monetarista del presidente Zedillo colapsó a los bancos mexicanos.
En contraste a esta política monetaria contraccionista del gobierno mexicano para sortear la crisis de 1994, los bancos centrales de los países desarrollados en la crisis financiera de 2008 realizaron una política inversa, inyectaron cantidades prodigiosas de dinero a sus sistemas financieros, y redujeron las tasas de interés locales. Es lo que se denominó la política de Quantitative Easing (QE), política que consistió específicamente en las siguientes medidas, las cuales evitaron una gran recesión como la de 1929-1933:
(i) Adquisición por los bancos centrales bajo el liderazgo de la FED de enormes cantidades de activos tóxicos de los bancos privados y non ban Banks en la forma de Mortage Backed Securities, Asset Backed Securities, CDO´s, Bonos corporativos, papel comercial etcétera. Estas adquisiciones significaron un incremento grandísimo de dinero para dotar de liquidez al sistema financiero de los países desarrollados, generadores de la crisis financiera con impactos mundiales.
(ii) Reducción de las tasas de interés, para estimular los créditos y la inversión y la actividad productiva de los países desarrollados.
(iii) Incremento de las reservas bancarias, recibiendo cash los bancos centrales de los bancos privados como una medida de esterilización de la oferta monetaria, para evitar efectos inflacionarios.
(iv) Inyección de liquidez mediante un aumento de la base monetaria, la cual tuvo por finalidad causar depreciación o devaluación de la divisa (arancel sintético no negativo).
Sin embargo, al impulsar el doctor Zedillo al alza las tasas de interés en el duro programa económico de 1995, mediante la aplicación de una drástica contracción de la oferta monetaria, el efecto fue disparar la cartera vencida de los bancos privados nacionales, particularmente de la proveniente de los grandes corporativos no financieros de México. Entonces, el gobierno de Zedillo se vio forzado (o eligió) rescatar a esos grandes corporativos empresariales con recursos fiscales, mediante reestructuraciones de los bancos, algunos de ellos ya intervenidos por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, agrandando con ello la magnitud del costo fiscal a cargo del FOBAPROA.
El proceso de reestructuración de los adeudos bancarios comprendió a 42 grandes empresas mexicanas con problemas de pago y con significativas deudas bancarias, las autoridades crearon una entidad denominada Unidad Coordinadora de Reestructuración Bancaria Empresarial, siglas UCABE. Las autoridades nombraron adicionalmente al interventor bancario más relevante Manuel Espinosa de los Monteros como representante del gobierno, a Eduardo Bours quien presidiría el organismo a nombre de los grandes empresarios con adeudos en la banca, y se contrató a un asesor externo, nombrado mediante un proceso selectivo de nominación, en el cual se seleccionó a Alberto Mulas entonces representante en México de la firma Lehman Brothers, personaje que había también trabajado en Donaldson, Lufkin and Jenrette y otros bancos de inversión de Wall Street.
Es importante señalar, que la UCABE fue creada en 1996, a partir de la iniciativa de un grupo de grandes empresarios corporativos mexicanos para negociar sus adeudos con los bancos y, el gobierno del doctor Zedillo fue muy receptivo a ese llamado. El objetivo era reestructurar dichos adeudos que, por su monto y peso, se pensó que su quebranto generaría riesgo sistémico en la economía nacional. Se trataba de entidades empresariales consideradas por el gobernó mexicano Too Big To Fail.
El monto para reestructurar superaba los cuatro mil millones de dólares, una cantidad equivalente al nueve por ciento de la cartera de crédito del sistema bancario, lo que venía a reafirmar que los bancos prestan mucho a pocos, y poco a muchos pequeños y medianos empresarios, situación que no ha variado mucho en la actualidad.
Las reestructuras de los adeudos bancarios de las empresas que integraron la UCABE generaron pérdidas a los bancos, pero con el resultado final de que la mayor parte de dichas pérdidas o quebrantos, generados en dichas reestructuraciones, se trasladaron sin duda al FOBAPROA. Varios de estos créditos fueron señalados por el auditor canadiense Michael Mackey contratado por la Cámara de Diputados para revisar el desempeño del FOBAPROA, como “créditos reportables”. Es importante señalar, que Mackey determinó como créditos reportables a aquellos créditos irregulares que presentaban anomalías o ilegalidades en su origen o traspaso al FOBAPROA. En tal caso, la mayor parte de los quebrantos bancarios vinculadas a las reestructuraciones de los pasivos de las empresas de la UCABE se transfirieron al Estado a través del FOBAPROA. Más de una historia de estos adeudos y reestructuraciones y las pérdidas asumidas, fueron anticipadas mutatis mutandis en diversas sagas policíacas como señalamos anteriormente. “La ficción se adelanta a la realidad”.
Finalizamos este artículo señalando que los grandes corporativos de la banca rescatados en la UCABE tenían una parte significativa de su riqueza patrimonial en depósitos en el extranjero, pero también tenían cuantiosos ahorros en la banca nacional que entonces operaba. Es decir, de los 308 mil 682.8 millones de pesos concentrados en 26,252 contratos que, representaban respectivamente el 62.03% de los ahorros totales depositados en los bancos, y el 0.20% de los contratos de depósitos totales (de 15.6 millones de contratos) rescatados por el FOBAPROA, formaban parte no menor estos ahorradores bancarios de lujo de los cuantiosos adeudos bancarios que también fueron rescatados por las reestructuraciones de la UCABE y por lo tanto por el FOBAPROA. Esto sin contar con los distintos programas de rescate bancario diseñados por el FOBAPROA para rescatar al sistema financiero de Mexico. En síntesis, el rescate bancario decretado por el gobierno del doctor Zedillo salvó la riqueza patrimonial de la elite financiera nacional y extranjera.
Cortesía de El Economista
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