Abandonar la autenticidad, el precio que pagan las mujeres en puestos gerenciales

Los puestos gerenciales viven varios retos, ya que muchos provienen de la operación y no cuentan con conocimientos en gestión de equipos, así como ser intermediarios entre los directivos y la operación, pero en particular, en el caso de las mujeres, los retos son mayores. 

De hecho, el 43% de la plantilla laboral está conformada por mujeres, pero solo hay una representación femenina del 3% en la Alta Dirección, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), lo que muestra la falta de asenso en el personal femenino.

Te puede interesar

Además, el liderazgo de las mujeres suele ser diferente al de sus contrapartes, debido a que ponen más atención al detalle, indagan más sobre los temas y buscan el bienestar con su equipo, explica Ivonne Mijares, facilitadora de competencias blandas, desarrollo personal y organizacional.

Aunado a que 56% de las personas considera que cuando una empresa cuenta con mayor equidad de género en puestos directivos, se logran mejores resultados y un mayor crecimiento, de acuerdo con Ipsos.

Prejuicios que frenan el desarrollo de las mujeres

A pesar de que el liderazgo de una mujer ha mostrado tener mejores resultados, aún se mantienen prejuicios, tanto sociales como en la propia organización.

Una problemática común de las mujeres gerentes es que no se sienten tomada en cuenta, lo que las lleva a actuar de una manera más firme y fría, pero esto ocasiona que pierda autenticidad.

A veces las mujeres se pasan al otro extremo en el que son más frías, rígidas y cortantes. Se rompe la naturaleza y la riqueza que uno tiene por tener que asumir una actitud que no es tuya, pero lo haces para defender tu idea”, explica Ivonne Mijares.

Asimismo, para defender una idea durante una junta o dirigir a un equipo, las mujeres investigan antes de expresarse, debido a que suelen ser más cuestionadas en esas situaciones; sin embargos, en algunos casos, disminuye la intención de querer participar y se tiene menos confianza.

El techo de cristal y los prejuicios

El techo de cristal consiste en las barreras influenciadas en los prejuicios y estereotipos de género que se pone una mujer cuando considera subir de puesto y por ende, disminuye la presencia femenina en puestos directivos.

Pero, el techo de cristal se presenta porque en la selección de puestos en la Alta Dirección e incluso gerencias, se manejan todavía prejuicios sobre el cuidado de los hijos y el rendimiento de las mujeres y por ello, las candidatas no se sienten seguras si son aptas para el puesto.

Ivonne Mijares relata que algunas empresas les preguntan a las mujeres cuándo tendrán hijos y con base en su respuesta definen si es apta para un puesto gerencial o directivo. “A veces por cuestión cultural, como empresa se piensa: ‘¿Para qué le invierto en un curso de desarrollo si va a ser madre?’”.

En este contexto, las mujeres invierten a la semana 64.8% de su tiempo al trabajo no remunerado, en el que se incluye el cuidado del hogar y el de los hijos o familiares, de acuerdo con la Encuesta nacional sobre el uso del tiempo (Enut), realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Falta equidad de género en las gerencias

De acuerdo con Ipsos, el 33% de los trabajadores elegiría a una mujer para una jefatura, mientras que 19% preferiría un hombre y 43% les sería indiferente.

Por ello, el liderazgo femenino en las gerencias tiene una percepción diferente, en la que los empleados se sienten más escuchados y tomados en cuenta, pero el principal reto comienza con la equidad de género en las organizaciones.

“No hemos alcanzado a entender qué es diversidad. Las mujeres solemos tener más habilidades sociales, pero eso no nos limita a desarrollarnos”.

Recomendaciones para las mujeres en gerencias

Para evitar la desmotivación en las mujeres que lideran equipos, Ivonne Mijares recomienda no dejar de buscar el desarrollo profesional y acercarse con más mujeres para crear redes de apoyo.

Aunado a que aconseja crear metas, pero con la especificación de que sean para el propio bienestar, es decir, no enfocado en el cuidado de terceros, como los hijos, porque en ocasiones, las mujeres ven más por otros que por ellas mismas.

Piensa en tu plan de vida, porque lo que nos falta muchas veces como mujeres es que estamos más enfocadas en ver cómo le resolvemos a los demás y el networking solo lo hacemos cuando de verdad no está llegando el agua al cuello”.

Cortesía de El Economista



Dejanos un comentario: