Una situación curiosa se menciona desde el pasado lunes en el Senado. El staff del senador Adán Augusto López Hernández señala que en los últimos días no se volvió a hablar del desafuero del dirigente del PRI Alejandro Moreno Cárdenas, pero, en cambio, crecen los rumores, varios operados desde Palacio, de una salida del coordinador de los senadores.
El propio exgobernador tabasqueño se lo habría susurrado a un senador de su confianza: “Alito hace denuncias en Estados Unidos contra gente del movimiento pero pareciera que el que se tiene que ir soy yo y no él”.
La frase, pronunciada no sin cierto grado de hartazgo, expresa la tesis de Adán Augusto de que el Gobierno de Claudia Sheinbaum realiza una cobertura muy tenue de su figura, permanente, constante, pero nunca a fondo.
Alito, por su parte, no retrocede. Llevó una batería de denuncias a Washington que ponen en el centro de la escena al propio coordinador morenista y a varias figuras asociadas a Andrés Manuel López Obrador, pero a nadie del elenco actual.
Un mensaje, muy graficado por las mantas que exhibió Alito, que en el entorno de Adán Augusto exacerba la idea de que el priista estaría haciendo algo que el propio Gobierno de Sheinbaum querría pero que, por motivos obvios, no puede.
El justificativo de esta convicción es que nada se ha vuelto a decir del desafuero de Alito. Hace dos semanas en San Lázaro circuló el rumor de que el campechano estaba cubierto por su buena relación con el secretario de Estado Marco Rubio, que a su vez, lleva buen diálogo con la presidente. La pregunta que flota en las oficinas de la Jucopo: ¿La cobertura de Alito solo tiene su base en la relación bilateral más decisiva o existe alguna motivación en la política doméstica?
Otro detalle no menor es que mientras Alito se estrella contra un sector del morenismo, en el PAN y MC nada sucede. Tampoco es algo demasiado sorprendente: el senador Ricardo Anaya, es conocido por sus pares, tiene ciertos acuerdos con Adán Augusto por eso cuando estalló el drama de “La Barredora” se fue de vacaciones y esta semana, mientras Alito elevaba el tenor de sus denuncias, Anaya se dedica a hablar de Sinaloa.
Cortesía de La Política Online
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