Adiós a il Piacere


Il Piacere era un restaurante de comida italiana que se encontraba en el segundo piso del Centro Comercial La Gran Plaza. Muy cerca de la zona de comida rápida de la plaza o como ahora le dicen, del food court. Este lugar lo conocí con mi esposa casi cuando nos mudamos a Guadalajara. Como vivíamos muy cerca del centro comercial, hasta caminando podíamos ir.

El restaurante era agradable, la comida muy buena y los precios más que justos. Prácticamente llevé a mis hijos en carriola y todavía había sábados en los que seguíamos yendo, pero ya no con bebés, sino con jóvenes universitarios.

A todos nos gustaba la comida, la pizza, las carnes, el pan, en general ir a il Piacere era una garantía de que comeríamos sabroso y que la pasaríamos bien.

Desafortunadamente, desde finales de septiembre, el restaurante cerró. Acudimos un sábado con la expectativa de comernos unas pizzas y nos encontramos que el lugar estaba cerrado.

De inmediato pensé en toda la gente de trabajaba en el lugar y que con el tiempo conocimos, los meseros, cocineros y una persona que siempre me saludaba y que yo supuse que sería el dueño.

El cierre de un negocio formal representa la pérdida de ese servicio y la destrucción de las fuentes de trabajo. No solo representa el fracaso del emprendedor, sino la angustia para todos los que dependían de esa empresa.

Esa es la muerte silenciosa de decenas de micro y pequeñas empresas que se ha dado en el país este año por diversas causas, muchas por temas de inseguridad y otras por padecer una economía en estancamiento.

La economía mexicana no se hunde, pero tampoco despega. Lo que vive el país es una atonía que mantiene a las actividades económicas internas, apenas con vida. El consumo interno parece que se mueve, pero a pesar de ser un elemento “dinámico”, apenas si está un 12.5 por ciento más alto a cómo estaba en 2018.

Es más, prácticamente el consumo interno se ha quedado igualmente estancado desde las elecciones del 2024.

Y de la inversión productiva, esa que genera nuevas empresas y empleos, dejó de crecer desde finales del 2023 y ahora en lugar de subir, cae. Entre que si Trump y sus aranceles y Claudia y sus reformas judiciales, la certidumbre se ha ido y con ella, las ganas de arriesgar el patrimonio en un negocio que quien sabe cómo le vaya.

Por eso los números del empleo formal son un desastre este año. Apenas se han creado poco más de 143 mil nuevos empleos registrados ante el IMSS. Mientras que lo normal para estas fechas es que ya hubiera una creación de 660 mil empleos, hoy en 2025 apenas si va una triste cuarta parte.

También los empleadores se han estado haciendo menos: en los últimos dos años en todo el país se han dado de baja del Seguro Social, más de 34 mil patrones.

En lugar de tener un ambiente económico que esté creando nuevos negocios, registrando nuevas empresas y generando nuevos puestos de trabajo, lo que tenemos es una economía estancada que no solo no genera, sino que saca de la formalidad a los pocos que están registrados.

Sin empresas no hay empleo. Sin condiciones económicas mínimas, no hay empresas. El papel del gobierno debería ser el concentrarse en generar dichas condiciones. Quitar trabas, en lugar de erigir nuevos obstáculos para los empresarios.

Los patrones desaparecen del IMSS, pero es muy probable que sigan trabajando fuera de la formalidad. Generando empleos, pero ya no de calidad o con acceso a la seguridad social y a un plan de pensión.

Lo que está provocando este estancamiento, es la “tianguización” de la economía. Donde todo aquel que puede, prefiere mantenerse en la informalidad. En este proceso todos perdemos, incluyendo al gobierno. Porque menos empresas registradas significan menos pago de impuestos.

Pregunta: ¿de dónde saldrá el dinero para financiar los programas sociales, que tan buenos votos les han dado al gobierno actual?

Adiós a il Piacere. Mi familia y yo lo echaremos mucho de menos.

Cortesía de El Informador



Dejanos un comentario: