
Antes de que termine 2025, cada uno debe hacer un balance personal y preguntarse: qué tanto dependo de los productos chinos porque el próximo año subirán de precio. Lo digo porque hay verdaderos adictos a las chinerías.
El Senado aprobó la iniciativa para imponer aranceles a mil 400 productos asiáticos, principalmente chinos, con cuotas entre el 5 y 50%. La medida responde a una iniciativa enviada por Claudia Sheinbaum.
Esto impactará en el costo de todos esos productos. La lista (que comparto en mis redes @jnlomeli) es enorme, pero los productos más cotidianos son: Artículos de belleza e higiene personal como lápiz labial, maquillaje, champú, lociones y jabones líquidos aumentan del 25 al 36 por ciento.
En el hogar, los incrementos más fuertes de hasta el 35% son para servilletas, toallas desmaquillantes, manteles, libretas, blocs, carpetas, cajas, empaques y papel para envolver. Lo mismo que vajillas, recipientes plásticos, frascos, botellas, tapones, tuppers y bolsas.
El rubro textil sufre un alza generalizada: toallas, ropa interior, playeras básicas, medias, prendas sintéticas, artículos de punto y tejidos. Hay cuotas de 25-35%, por lo que el impacto será directo en tiendas de ropa económica.
Por el lado del calzado, como tenis sintéticos, zapatos de plástico y modelos de bajo costo, también tendrá incrementos fuertes: varias cuotas llegan al 35% de arancel.
Sin embargo, hay muchos más. El sector automotriz, insumos derivados y manufactura relacionada tendrá los aumentos más altos que alcanzan el 50% de cuota arancelaria.
La medida tiene diversas lecturas. En la versión oficial, la Presidenta sostiene que es para proteger el mercado interno bajo la política Hecho en México. Tiene sentido.
Por ejemplo, la industria textil y zapatera local hace tiempo que se queja de los precios demasiado bajos de los productos chinos contra los que no pueden competir.
Los chinos son campeones de producir mucho y muy barato, a niveles absurdos.
La otra lectura es política. La Presidenta lo niega, pero el muro arancelario a China responde a una exigencia de Trump porque el gigante asiático le está comiendo el mandado a las empresas gringas.
La tercera lectura, más fatalista, es que se trata de una locura pelearse con el dragón, la economía emergente destinada a reemplazar a Estados Unidos, un imperio en decadencia. Y que afectará los bolsillos de las y los consumidores mexicanos.
Desde luego esta medida también representa ingresos adicionales para el Gobierno federal en un momento en que el presupuesto se achica ante la deuda pública, el pago de pensiones y la reducción de los ingresos petroleros.
Creo que hay un poco de todo lo anterior y al final, pese a la lectura de expertos, algunos más a la izquierda y otros más a la derecha, la realidad será la que imponga el veredicto final.
Entre geopolítica, proteccionismo y necesidad fiscal, quizá es buen momento para aceptar una verdad incómoda: nadie se va a morir por comprar menos en Temu o Shein. Esa avalancha de chinerías sólo alimenta un consumo desbocado que arrasa con el planeta. Así que respiremos hondo, miremos el carrito virtual y pensemos: ¿Quién diablos necesita esto?
Cortesía de El Informador
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