Adopción acelerada del SPEI pone bajo presión la capacidad tecnológica de las financieras

La acelerada adopción del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) ha puesto bajo presión la infraestructura tecnológica y operativa de bancos, fintechs y otras instituciones financieras

Los principales desafíos se concentran en garantizar que las plataformas sean escalables, seguras, siempre disponibles y capaces de ofrecer una experiencia de pago sin fricciones a los usuarios, al mismo tiempo que cumplen con los requisitos regulatorios del Banco de México (Banxico) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, de acuerdo con la firma especializada en pagos Conecta, según su director general, Daniel Mendieta, el crecimiento del SPEI es el resultado de dos décadas de evolución constante.

“El tema de la aceleración lleva 20 años existiendo, casi desde que se lanzó el sistema. En promedio, el crecimiento anual ha sido grandísimo, arriba de 50%, casi 60% anual, y ha ido creciendo mucho con la adopción tecnológica”, explicó.

El ejecutivo señaló que el cambio cultural hacia los pagos digitales se intensificó durante la pandemia, cuando las transferencias se convirtieron en una herramienta clave para realizar compras y pagar servicios sin contacto.

“La pandemia definitivamente vino a acelerar mucho la adopción del pago sin contacto. Independientemente de si es con tarjeta o transferencia, esta última ayudó muchísimo en pandemia a pagar la comida o los servicios, para evitar el intercambio de billetes y monedas. De por sí ya existía este crecimiento por parte de los usuarios, pero también por parte de las instituciones”, añadió Mendienta.

Las cifras respaldan esta tendencia. En el 2023, el SPEI procesó 3,823 millones de operaciones, lo que representó un crecimiento anual de 37% respecto al 2022. Un año después, en el 2024, el volumen alcanzó 5,342 millones de transacciones, multiplicándose más de seis veces, en solo cinco años. En términos de valor, ese mismo año el sistema movió más de 579 billones de pesos. Aunque no existen datos específicos, Conecta estima que el volumen diario de pagos digitales en el país podría llegar a 50,000 millones para el 2026.

Los retos a superar

Frente a este ritmo de crecimiento, los principales retos se concentran en cuatro ejes: la escalabilidad, ante las limitaciones para procesar pagos masivos y dispersión de fondos a gran escala (aquellos de programas como la pensión para el bienestar); la seguridad y el cumplimiento, con la necesidad de reforzar los mecanismos antifraude y garantizar el apego a los estándares regulatorios; la disponibilidad continua, que exige mantener la operación del sistema 24 horas sin interrupciones, incluso en momentos de alta demanda; y la optimización operativa, enfocada en reducir los tiempos de acreditación y conciliación para mejorar la experiencia del usuario final.

Para enfrentar los retos del crecimiento del SPEI, Mendieta destacó la necesidad de soluciones tecnológicas capaces de procesar grandes volúmenes de transacciones sin pérdida de rendimiento, con integración flexible mediante interfaces de programación de aplicaciones (API), que permiten la conexión directa entre sistemas financieros, cumplimiento automatizado de estándares y acreditaciones inmediatas que reduzcan fricciones en los pagos

Consideró que la seguridad del sistema debe evolucionar hacia modelos con mayor trazabilidad y visibilidad, apoyados en tecnologías como la tokenización, que convierte el valor del dinero en unidades digitales seguras.

Cortesía de El Economista



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