Hace 22 años ganó su primer Oscar interpretando a un músico judío polaco que lograba salvarse del holocausto en El Pianista, dirigido por Roman Polanski. Adrien Brody tenía 29 años y eso lo convirtió en la persona más joven en recibir ese premio como mejor actor.
Nominado por segunda vez, este año va por un Oscar por su espléndido trabajo en El Brutalista. Si se lo ganara Timothy Chalamet por su interpretación de Bob Dylan también le sacaría el record al artista ganador más joven.
Fama, celebridad, premios, no es eso a lo que aspira Adrien Brody. Desde aquel primer Oscar estaba buscando “el espíritu alquímico” en algún otro guión, un trabajo trascendente, que lo movilizara, y lo encontró en la historia de este famoso arquitecto húngaro, László Tóth, que sobrevive el holocausto y llega a Nueva York en la búsqueda del sueño americano.
La mamá de Adrien tenía 12 cuando llegó con sus abuelos desde la Hungría que se revelaba a los tanques soviéticos en 1956, con un saldo de un cuarto de millón de exiliados. Su abuela había vivido en la Budapest ocupada por los nazis en la segunda guerra.
Dice el actor que nunca pensó que iba a poder hacer algún tipo de catarsis con ese tema, tratar de entender la soledad del exilio, el sentirse extranjero y tener que empezar de cero.
El orgullo de sus padres
El Brutalista, filmada en 33 días en 2023 en Hungría costó 10 millones de dólares y se llevó 10 nominaciones al Oscar. Que sus padres la vieran y se llenaran de orgullo es uno de los grandes hitos del actor. Cree que el trabajo de su madre fue influenciado por todas esas experiencias, así como su arquitecto de ficción usó el desarraigo como poder sanador.
Guy Pearce, también nominado como actor dereparto, asegura que asi como su personaje, un mecenas retorcido, siente envidia por el arquitecto, a él también lo intimidó el talento de Adrien. “No solo es brillante, es un ser humano divino” lo elogia.
“Es difícil conseguir que haya magia en una botella”, así define Brody la belleza de la película que lo vuelve a poner en evidencia, después de muchas películas con Wes Anderson y un paso fugaz por la exitosa serie Succession. El director de El Brutalista lo compara con un joven De Niro o un Gregory Peck.
No le importa haber perdido roles ante actores “mas sexies”. Narigón, contó que en esta película alguien en maquillaje creyó que le habian puesto una prótesis nasal y trataba de sacársela. Asegura haber logrado imponer la idea de que no tenés que ser lindo para llevar adelante una película.
Las mujeres más influyentes en su vida
No importa su Oscar, el actor dice que muchos en Nueva York lo llaman el hijo de Sylvia Plachy, una fotógrafa que trabajó mucho tiempo en The Village Voice, sacándole fotos a Tom Waits o Jean-Michael Basquiat. Una inmigrante que se reinventó y le transmitió su creatividad, igual que su padre, profesor de historia y pintor.
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“A mi bella y maravillosa compañera Georgina”, en enero Brody le dedicó su Globo de Oro a mejor actor por El Brutalista a su novia, la diseñadora británica Georgina Chapman. “Tu generosidad, tu resiliencia, tu creatividad… no estaría aquí si no fuera por vos”.
La mención a la resiliencia se entiende mejor en el contexto de que Georgina era la esposa del productor Harvey Weinstein cuando en 2017 de hicieron públicas varias denuncias de actrices acusándolo de acoso. Ella pidió el divorcio y la custodia de sus dos hijos y giró de inmediato una página oscura de su vida.
Se dice que conoció a Adrien en 2019. En 2021 caminaron de la mano su primera alfombra roja, un festival de cine en Tribeca. Este año, ella lo ha acompañado en todas sus últimas victorias camino al Oscar: Globo de Oro, Critics Choice Awards y BAFTA.
Viven juntos en un castillo/granja de fines del siglo XIX en el estado de Nueva York que el actor estuvo remodelando por más de una década. Cumplen años el mismo 14 abril y por eso creen ser almas gemelas. Del creador de “la magia en una botella”.
Cortesía de Clarín
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